Kiev ha puesto en marcha una ofensiva diplomática para convencer a Donald Trump de que la ayuda militar para Ucrania no puede desfallecer porque el liderazgo global de Estados Unidos está en juego. Como ha dicho en varias ocasiones el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, sin la asistencia estadounidense, su país está perdido. Trump se prodigó durante la campaña electoral en asegurar que su presidencia terminará con el suministro multimillonario de armamento a Ucrania y que se centrará en sellar cuanto antes el fin de la guerra, aunque esto sea a costa de ceder territorio invadido a Rusia.
Zelenski ha iniciado una campaña para ganarse a Trump con la convicción de que una cosa es lo que decía como candidato republicano y otra lo que hará como líder de Estados Unidos. Fuentes de la oficina del jefe de Estado ucranio confirmaron a este diario que su agenda en las próximas semanas tiene como prioridad acercar posiciones con Trump antes de que asuma la presidencia estadounidense en enero. Zelenski fue el miércoles uno de los primeros mandatarios en felicitar a Trump por su victoria electoral. Y lo hizo en un tono casi exultante: “¡Felicidades por esta impresionante victoria!”, escribió en la red social X. “Esperamos una era de unos Estados Unidos fuertes bajo el decisivo liderazgo del presidente Trump”.
Trump y Zelenski hablaron por teléfono en la madrugada del jueves y el presidente ucranio describió la conversación con grandes elogios hacia el líder republicano: “He tenido una gran charla por teléfono con el presidente Trump y lo he felicitado por su histórica y sólida victoria. Este resultado es posible gracias a una impresionante campaña electoral. He felicitado a su familia y a su equipo por su trabajo excelente”. Este entusiasmo contrasta con las constantes burlas que le dirigió el candidato republicano durante la campaña electoral. Trump recibió la visita del líder ucranio a Washington el pasado septiembre con estas palabras: “Zelenski es el mejor comercial de la historia. Cada vez que viene a Estados Unidos vuelve a casa con 100.000 millones de dólares. Esto tiene que acabar”. Durante entrevistas y mítines en octubre, Trump insistió en este mensaje y avisó de que Zelenski también era en parte responsable de la invasión: “No debería haber permitido que se produjera esta guerra”.
La mano derecha de Zelenski, Andrii Yermak, se expresó en el mismo sentido que su presidente y recalcó las buenas sensaciones que sintió en la reunión que mantuvieron con Trump el pasado septiembre en Nueva York. De aquella cita queda para el recuerdo la comparecencia conjunta que dieron el candidato republicano y Zelenski. Trump afirmó que mantenía “muy buenas relaciones” tanto con Zelenski como con Vladímir Putin, y que su objetivo es conseguir que se sienten y negocien. “Espero que las relaciones sean mejores conmigo”, replicó el político ucranio. Trump respondió con una sonrisa.
Yermak también escribió un breve comunicado dedicado a felicitar a Mike Johnson por su reelección como congresista. El mensaje no pasó desapercibido porque Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, fue quien permitió, tras casi siete meses de bloqueo, que el Partido Republicano diera apoyo el pasado abril a la última gran partida militar estadounidense. Johnson se negó en septiembre a reunirse con Zelenski en Washington, acusándole de hacer campaña a favor de los demócratas.
Zelenski ha subrayado en las últimas semanas que está convencido de que una cosa es el guion exagerado de una campaña y el otro lo que un jefe de Estado debe asumir. Mijaílo Podoliak, miembro de la oficina del presidente ucranio, valoró el miércoles en X que a Trump le interesa plantar cara a los países que desafían el poder estadounidense: “Quizá es el momento perfecto para castigar a los descastados, a los provocadores y a los líderes de alianzas destructivas que retan el liderazgo global de Estados Unidos”. El problema de este planteamiento es que Trump prioriza la política nacional.
Apelar a Ronald Reagan
La noche del miércoles Zelenski evocó en su mensaje diario vespertino al expresidente estadounidense Ronald Reagan y la lucha “por una vida libre de la agresión rusa”. Esta llamada coincidiría con lo que destacó también el miércoles Wolfgang Ischinger, diplomático alemán y presidente de la Conferencia de Seguridad de Múnich: “Trump quiere acuerdos, pero probablemente ninguno que le muestre como un estratega débil. ¿Quién fue, si no, el primero que entregó armamento a Ucrania?”. Con ello se refiere Ischinger a que fue el Gobierno de Trump, y no el de Barack Obama, el que aceptó en 2019 aportar a Ucrania misiles portátiles antiblindados durante la guerra contra los separatistas prorrusos de Donbás.
Dan Rice, presidente de la Universidad Americana de Kiev, exmilitar estadounidense y exasesor del antiguo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Ucranias Valeri Zaluzhni, explicó este jueves a EL PAÍS que la estrategia de Zelenski para ganarse a Trump estará enfocada en apelar a Reagan: “Trump puede ser el líder del mundo libre, como lo fue Reagan [contra la Unión Soviética]. Una cosa es lo que se dice en una campaña electoral para una audiencia nacional y otra el legado internacional, que es el que determina a un presidente estadounidense en la historia. Y Trump no es una excepción. Para bien o para mal, su legado quedará marcado por Ucrania”.
El mensaje de felicitación de Zelenski a Trump subrayaba de varias maneras su confianza en que las relaciones bilaterales saldrían ganando y de que hay más puntos en común que diferencias: “Aprecio el compromiso del presidente Trump cuando afronta los asuntos globales con la idea de [conseguir] la paz a partir de la fuerza. Este es exactamente el principio que en la práctica puede acercar a Ucrania a una paz justa”.
“Yo no iniciaré una guerra, yo finalizaré guerras”, dijo Trump en su discurso como ganador de las elecciones. The Wall Street Journal ha informado este jueves de que los asesores del presidente electo barajan sobre todo alternativas para congelar el conflicto, no para sellar una paz duradera. “Trump prometió en campaña que pondría fin a la guerra en unos pocos días, ahora veremos si es posible”, ha recordado este jueves Vasil Jmelnitskii, exdiputado, empresario y una de las mayores fortunas de Ucrania.
Jmelnitskii atendió a este diario durante el Foro de Economía de Kiev, en el que se han reunido algunas de las mayores compañías y políticos de referencia del país. La victoria de Trump fue una de las cuestiones más comentadas durante las conferencias por las implicaciones que puede tener para terminar el conflicto en 2025, como ha deseado que suceda Zelenski. “Ahora sabremos si es capaz de cumplir con lo que dijo que podía hacer”, ha repetido Jmelnitskii, “sabemos que no será una solución ideal para Ucrania, pero tiene que ser por lo menos con buenas condiciones para nuestro país”.