Por Rob Wile — NBC News
Los dos candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos coincidieron el martes por la noche durante su debate en que el país se encuentra inmerso en una crisis de vivienda en la que la escasez y la alta demanda han provocado un aumento vertiginoso de los precios.
Pero el senador por Ohio, JD Vance; y el gobernador de Minnesota, Tim Walz, defendieron puntos de vista radicalmente distintos sobre cómo ha llegado el país a esta situación y cómo solucionar el problema.
La vivienda es uno de los muchos problemas que Vance, el candidato republicano, considera que tienen su origen en la llegada de inmigrantes indocumentados a Estados Unidos.
“En Springfield, Ohio, y en comunidades de todo el país, las escuelas están desbordadas, los hospitales están desbordados, las viviendas son totalmente inasequibles porque hemos traído a millones de inmigrantes ilegales para que compitan con los estadounidenses por las escasas viviendas”, aseguró Vance.
Vance y el candidato presidencial republicano, Donald Trump, han basado gran parte de sus promesas en un plan de deportación masiva sin precedentes que, según argumentan, reduciría la competencia por las viviendas.
Walz, el candidato demócrata, indicó que las razones de la crisis de la vivienda en Estados Unidos tienen más matices.
“No podemos culpar a los inmigrantes como única razón”, añadió. “El hecho es que no tenemos suficientes viviendas asequibles de forma natural, pero podemos asegurarnos de que el Gobierno esté ahí para ayudar a ponerlas en marcha y crearlas”.
Walz y la vicepresidenta, Kamala Harris, candidata presidencial demócrata, esperan emplear incentivos fiscales y gasto para estimular la construcción de viviendas y aliviar la carga financiera que supone comprar una casa.
Las casas incosteables, una preocupación central para los votantes
La vivienda está cara en todo Estados Unidos: el Índice de Dificultad para la Compra de Vivienda elaborado por NBC News sigue siendo extremadamente alto, y los costos de las casas siguen ocupando la mayor parte de la inflación al consumidor, habiendo subido más de un 24% desde el inicio de la pandemia del COVID-19.
Los alquileres han subido aún más rápido.
Pero muchos economistas han advertido que el problema no se explica simplemente relacionando el aumento del número de inmigrantes con el costo de la vivienda.
Algunos han afirmado que no hay forma de examinar los datos existentes y las encuestas en tiempo real para determinar el alcance del impacto de los inmigrantes en mercados inmobiliarios particulares.
Sin embargo, un gráfico elaborado por Ernie Tedeschi, antiguo economista jefe de la Casa Blanca para el presidente, Joe Biden, no mostró una conexión clara entre el crecimiento de la población nacida en el extranjero y los precios de las viviendas para los estadounidenses, a escala nacional.
Otros economistas han señalado vínculos entre los inmigrantes y el aumento del costo de la vivienda.
Tras el debate vicepresidencial, la cuenta de Vance en la red social X compartió un enlace a las declaraciones de la gobernadora de la Reserva Federal, Michelle Bowman, quien afirmó que “la afluencia de nuevos inmigrantes a algunas zonas geográficas podría provocar una presión al alza de los alquileres, ya que la oferta adicional de vivienda puede tardar en materializarse”.
En esas mismas declaraciones, Bowman afirmó que los inmigrantes también han contribuido a aliviar la escasez de mano de obra.
Más tarde, Vance compartió dos estudios sobre vivienda e inmigración que mostraron una relación entre el aumento de la inmigración y el incremento del costo de la vivienda, aunque cada uno de ellos contenía varias advertencias, como que el impacto cambia con el tiempo.
El miércoles, el Instituto Cato, un centro de estudios conservador, hizo una publicación de blog titulada JD Vance tiene razón: la inmigración aumenta el precio de la vivienda, y eso está bien, en el que sostuvo que, aunque el aumento de la población inmigrante conduce a un incremento del costo de la vivienda, “la mayor parte del incremento de la riqueza inmobiliaria causada por la inmigración corresponde a los estadounidenses nacidos en el país” y que los inmigrantes también aumentan la oferta global de viviendas gracias a su enorme peso en el sector de la construcción.
¿Cómo la crisis de vivienda llegó a este punto?
De forma general, sin embargo, los economistas se muestran escépticos respecto a que los inmigrantes sean el principal motor de la situación actual.
Chris Herbert, director del Joint Center for Housing Studies de la Universidad de Harvard, afirmó que, si bien los inmigrantes contribuyen a la demanda global de vivienda, “no se les puede culpar por el reciente aumento de los precios de la vivienda y los alquileres que despegó en 2020 y 2021”.
Fue en ese momento que la inmigración alcanzó sus niveles más bajos en décadas, debido a la pandemia, comentó en una declaración enviada por correo electrónico a los medios de comunicación.
Cuando la inmigración comenzó a aumentar en 2022 y alcanzó su punto máximo en 2023, aseguró Herbert, “el crecimiento de los precios de la vivienda y los alquileres se desaceleró drásticamente”.
“La subida de las tasas de interés y la demanda de vivienda inducida por la pandemia fueron los principales responsables del reciente alza en el costo de la vivienda”, añadió.
Históricamente, los inmigrantes han tendido a aglutinarse en ciudades o barrios despoblados o infrautilizados sin competir directamente con los residentes nativos, explicó Sharon Cornelissen, directora de vivienda de la Federación de Consumidores de América, quien aboga por políticas de vivienda equitativas.
Cornelissen citó cómo la afluencia de inmigrantes en realidad ayudó a revitalizar Nueva York y Los Ángeles en los años setenta y ochenta, cuando estas ciudades se enfrentaban a las secuelas de la salida de personas blancas.
Las poblaciones del Medio Este también han contribuido a revitalizar las ciudades de Dearborn y Hamtramck, a las afueras de Detroit.
Hay evidencia de que el más reciente flujo de inmigrantes ha resultado difícil de gestionar para las comunidades que los reciben.
En Brockton, Massachusetts, los inmigrantes procedentes de países, como Haití, Cabo Verde y otros de Centroamérica y Sudamérica, han puesto a prueba los recursos locales, aunque sobre todo los relacionados con la acogida de emergencia.
La estación de NBC en Boston informó este verano que grupos sin ánimo de lucro que defienden a los inmigrantes han estado ayudando a alojar a familias recién llegadas en moteles, y que también se han asociado con propietarios privados para hospedar a otras en apartamentos.
Los problemas de vivienda son anteriores al aumento de la inmigración en Springfield, Ohio, una localidad que se ha convertido en un punto álgido del debate nacional sobre inmigración, declaró el administrador municipal Bryan Heck en una carta dirigida a Vance y al senador demócrata Sherrod Brown este verano.
Pero Heck reconoció que los inmigrantes habían contribuido a complicar la situación.
“Más recientemente, Springfield ha visto un aumento de la población mediante la inmigración que ha afectado significativamente nuestra capacidad como comunidad para generar suficientes oportunidades de vivienda para todos”, escribió Heck, estimando que la población haitiana de la ciudad había aumentado de 15,000 a 20,000 en los últimos cuatro años, en una comunidad de poco menos de 60,000 residentes.
Ese crecimiento, afirmó, puso una tensión “significativa” en la capacidad de la ciudad para proporcionar vivienda a todos los residentes. De hecho, los datos de Zillow han dejado claro una clara tendencia al alza en los alquileres de Springfield este año, en comparación con 2023.
“A pesar de las 2,000 viviendas adicionales que se construirán en los próximos tres a cinco años, todavía no será suficiente”, afirmó Heck.
¿Su petición? Más ayuda de Washington.
“Sin más apoyo a nivel federal, comunidades como Springfield están abocadas al fracaso en lo que respecta a satisfacer las necesidades de vivienda de sus residentes”, escribió.
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