Números. Tan importantes para este deporte, pero que a veces no sirven para nada cuando suena el pistoletazo de salida. El 8:21.46 con el que ganó Dani Arce la eliminatoria era el tiempo más veloz de los 16 finalistas, el ‘Kaimán’ también había llegado a Roma con la mejor marca de la temporada en el continente: 8:12.28. Era su gran oportunidad, la oportunidad de la ‘vendetta’ de Múnich 202, pero luego hay que correr. Y las cosas no siempre salen como deberían.
Arce aún espera su bronce de los pasados Europeos, que llegará, y venía a Roma para intentar emular a Antonio David Jiménez Pentinel, único español campeón de Europa de la distancia en la historia (Múnich 2002). Con la barra brava de amigos y familiares que acompaña al kaimán en las grandes competiciones presentes en el Estadio Olímpico, más el equipo de trabajo que dirige Benjamín Álvarez junto a Roberto Cejuela.
Era el momento. Toda la teoría se esfumaba como el humo. La pista sería el único juez. Era el momento. Toda la teoría se esfumaba como el humo. La pista sería el único juez. Salida a ritmo medio. Hasta que el italiano Zoghlami decidió una aventura suicidad en solitario. Rompió el grupo y se escapó para pasar en solitario el kilómetro inicial. Por detrás nadie reaccionaba hasta que lo hizo el español. Poco a poco, metro a metro, reducía la ventaja. Apretando los dientes, junto al alemán Ruppert. Así llegó a la recta del 200. Bien situado, pero con mucho esfuerzo dando la cara. La recta final le pasó factura y terminaba quinto (8:16.70) en el doblete francés de Miellet (8:14:01) y Bedrani (8:14.36). Una lástima. Esfuerzo descomunal sin premio para alcanzar al italiano que luego le pasó factura.
“He hecho lo que he podido. Venía a por el oro y por eso he ido a por el italiano. Las ratas se han quedado detrás esperando a mi movimiento. Es lo que hay. Yo corro para ganar y encima en el estado de forma en el que estoy. Tras la semifinal pasé el doping y me metieron en una sala a 15 grados y me quedé frío. Puede ser que me haya debilitado. Y sólo lo pasé yo y encima no me dejaron cambiarme por lo que entré todo sudado. He tenido que tomar medicación. Hoy prefería salir en camilla que no pelear por el oro. He peleado y qué le vamos a hacer. A los Juegos de París me llevaré una camiseta de manga larga”, decía Dani en zona mixta.
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