ucho, Lucho, Lucho multiplicado por tres, Lucho y su triplete descomunal con Liverpool. LUCHO, así, en mayúsculas, porque Luis Díaz hizo una gesta de esas que se sueñan los futbolistas cuando sueñan bien, eso de hacer tres goles en un partido importante, como de la Liga de Campeones. Suena sencillo, y no lo es, es una gesta, lo hizo Faustino Asprilla hace 27 años con Newcastle, al Barcelona, lo hizo ahora Lucho al Bayer Leverkusen. Luis Díaz aún debe estar recreando lo que hizo, cada gol de su hazaña.
Conforme a los criterios de
De Luis Díaz se esperan partidos así, momentos así, que todo Anfield lo ovacione, que el DT Slot se ría de esas travesuras y no crea lo que ve, que la prensa mundial lo señale como el responsable de otra gran victoria del Liverpool, que sus compañeros lo abracen por tres veces, que él se lleve el balón debajo del brazo o se lo imagine –al final del partido no lo encontró, que alguien se lo haya dado…–, y que Colombia lo celebre a él como suyo. Su actuación es para no olvidar, para repetir, para ver los goles una y otra vez, y si no se puede, acá los recordamos.
Luis Díaz y tres goles para hacer historia en la Champions League
Su primer gol, cuando el partido estaba más enredado, cuando el reloj empujaba con toda su furia, entonces apareció Díaz, recibió un pase perfecto de Jones y definió con armonía, como si en frente no tuviera al arquero del Bayer sino un lienzo, y con su delgada brocha de artista dibujó la parábola de la pelota, para que se elevara por encima del portero vencido y fuera hacia la red.
Luego corrió hacia el arco, confiado en que la pelota lo buscaría; el partido ya iba 2-0 porque Gakpo, su aparente rival del puesto (ambos fueron titulares, y Lucho de centro delantero), anotó el segundo, pero cuando la pelota viajó desde un costado, en un centro de Salah, Lucho la bajó con serenidad de oficina, como quien levanta el teléfono y saluda, y la tocó y adentro.
Después le quedó un rebote, como si la pelota insistiera en ir a su pie, y Lucho, en ese estado de gracia, la empujó una vez más. Con un detalle extra: miró para su derecha mientras empujaba hacia la izquierda. Como si quisiera observar en una tribuna cómo reaccionaban quienes lo miraban hacer su tercer gol. Un mago con picardía.
Luis Díaz, ovacionado en una noche mágica con Liverpool
Con ese Díaz jugando a ser artista, con ese Díaz con capa y varita, Liverpool destrozó a Bayer Leverkusen 4-0 y ganó su cuarto partido en la Champions. Lucho jugó los 90 minutos, si alguien esperaba que Slot lo sacara antes para el aplauso, pues no, Lucho quiere jugar hasta el final, para confirmar que es el qué calidoso, el qué ‘mostro’, el qué jugador, como dice la tonada del reguetonero Ryan Castro en la canción de la Selección.
Solo con el pitazo final Díaz escuchó clarito ese fervor de los hinchas, los aplausos, los coros a su nombre, y se fue al camerino para sentarse –ojalá en la pelota refundida– a pensar cómo fue que hizo lo mismo que hizo Asprilla hace 27 años.
PABLO ROMERO
Redactor de DEPORTES
@PabloRomeroET