En San Francisco, una gran ciudad del estado de California, acaban de instalar los primeros radares fijos para controlar la velocidad la que circula el tráfico.
Mientras que en España hay cerca de 3.000 radares de velocidad contando todas las competencias, en una ciudad del primer mundo con más de 800.000 ciudadanos como es San Francisco, en California, no hay ni una sola de estas cámaras que controlan el tráfico. Al menos hasta ahora, ya que la ciudad estadounidense acaba de activar un proyecto piloto para instalar radares fijos en sus calles.
Resulta llamativo que San Francisco sea la primera ciudad de California que instala radares fijos. Concretamente, las autoridades han situado cámaras de velocidad en 33 puntos de la ciudad, una decisión que ha generado cierta controversia, pero en la que los autores confían como una herramienta que ayude a reducir los accidentes de tráfico y los heridos.
Por ahora, los nuevos radares fijos de San Francisco se han limitado a zonas escolares y calles donde se registra un elevado volumen de siniestros, siendo la velocidad una de las principales amenazas.
Los radares se activaron el pasado jueves y estarán activos inicialmente durante un período de prueba de dos meses en los que los conductores que excedan los límites de velocidad y sean interceptados por las cámaras no recibirán una multa en su domicilio. Sí lo harán una vez acabe ese período de prueba.
Como ocurre con los radares fijos de la Dirección General de Tráfico (DGT) en España, la ubicación de los cinemómetros de San Francisco es pública y puede ser consultada por los ciudadanos.
En cuanto a los márgenes que los conductores tienen para exceder los límites de velocidad establecidos antes de recibir una denuncia, se ha establecido un máximo de 11 mph (17 km/h), lo cual es muy superior a los márgenes de los radares españoles.
A partir de esos 17 km/h y sin superar las 15 mph (24 km/h), los conductores serán multados con 50 dólares. Esta cuantía su multiplica por dos si se circula entre 16 mph (26 km/h) y 25 mph (40 km/h) por encima del límite establecido, y pasa a ser de 200 dólares si se circula superándolo en 26 mph (42 km/h).
La multa alcanzará los 500 dólares para cualquier vehículo que circule a 100 mph (161 km/h) o más en la ciudad. De momento, no hay puntos del carné de conducir que retirar y, según parece, exceder los límites de velocidad tampoco implica delitos que acarreen condenas de cárcel.
Multas con rebaja para los conductores con menos recursos
Las sanciones, eso sí, varían en función de los ingresos del infractor que circule por encima de los límites de velocidad. Los conductores con menos recursos, que vivan solos y ganen menos de 30.120 dólares al año, pueden optar a un descuento del 50%.
Para los conductores que vivan en familia también hay descuentos del 50%. Para ello, los que vivan en pareja deberán ganar menos de 40.880 dólares anuales; las familias de tres integrantes, 51.640 dólares; las de cuatro integrantes, 62.400 dólares; y los de cinco integrantes, 73.160 dólares. Para familias de más de seis integrantes, no podrán ganar más de 83.920 dólares al año para beneficiarse del descuento.
Según la Agencia Municipal de Transporte de San Francisco (SFMTA, por sus siglas en inglés), en la ciudad se podrían emitir hasta 42.000 multas de tráfico por exceso de velocidad al día.
Jule Kirschbaum, directora de transporte de la SFMTA, afirmó ante ABC7 News que habrá señales de advertencia de la presencia de radares de velocidad en cada intersección. También anunció que San Francisco no será la única ciudad de California que contará con cinemómetros fijos y que otras grandes ciudades del estado se sumarán a este proyecto.
Walk SF es un grupo local de defensa que afirma que 42 personas perdieron la vida en accidentes de tráfico en San Francisco durante el año pasado. Su directora de comunicaciones, Marta Lindsey, confía en que las cámaras ayuden a que los conductores reduzcan la velocidad y, a su vez, a que disminuya el número de víctimas mortales en la ciudad.
“Las cámaras de velocidad modifican el comportamiento y eso reduce los accidentes. La ciudad de Nueva York acaba de ver resultados drásticos en el cambio de comportamiento y muy pocas personas reciben segundas multas, así que la gente aprende rápidamente”, aseguró Lindsey.
Desde el otro lado del Atlántico, donde los radares de velocidad son un componente más en las carreteras europeas, resulta chocante que todavía haya ciudades tan densamente pobladas en Estados Unidos que no tengan radares para controlar la velocidad del tráfico.
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Etiquetas: radares
