El sobrepeso est en aumento a nivel mundial, ms del doble de hace 30 aos y, al mismo tiempo, entre 2 y 3 mil millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable. De hecho, las deficiencias de micronutrientes afectan a ms de la mitad de los nios menores de cinco aos y a dos tercios de las mujeres adultas. A esto se llama la doble carga de malnutricin: la desnutricin y las deficiencias de micronutrientes coexisten con el sobrepeso y la obesidad.
Estos son los resultados del Global Food Policy Report de 2024, realizado por el Instituto Internacional de Investigacin sobre Polticas Alimentarias (IFPRI), coescrito por 41 investigadores que representan al IFPRI y a varias organizaciones asociadas.
“El sistema alimentario convencional llena gndolas de supermercados, produce paquetes ultraprocesados que, adems de estar enfermndonos, no nos aportan nutrientes. Son productos cargados de azcares, perfumes y colores. Exceso de caloras y deficitarios en nutrientes. Esto atraviesa todos los quintiles de ingresos”, dice la nutricionista y psicloga social Roco Hernndez, autora de Comemos lo que somos.
Otro resultado del informe es que las dietas poco saludables son el principal factor de riesgo para las enfermedades llamadas no transmisibles, que son responsables de ms del 73 % de las muertes a nivel mundial.
“Mientras 2.000 millones de personas tienen alguna carencia de micronutrientes que afectan a sus potencialidades (como el dficit de hierro, por ejemplo) y ms de 820 millones de personas no acceden a las caloras necesarias bsicas para poder subsistir, ms de 4 millones de personas estn muriendo por las enfermedades crnicas no transmisibles (en realidad son no infectocontagiosas, pero s son transmisibles) por una determinada forma de vivir y, por ende, de comer”, explica Hernndez, conocida en redes sociales como @nutriloca, donde divulga sobre alimentacin basada en plantas.
“Las dietas de mala calidad son la principal causa de enfermedades en todo el mundo y una de cada cinco vidas podra salvarse mejorando la dieta. Por ello, es imperativo que demos prioridad a la mejora de la dieta como punto de partida fundamental para abordar todas las formas de malnutricin y enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta”, subray Deanna Olney, directora de la Unidad de Nutricin, Dietas y Salud del IFPRI y una de las principales autoras del informe.
Salud en tiempos de crisis econmica
Menos de la mitad de la poblacin mundial consume dietas diversas, que incluyen suficientes frutas y verduras, entre otros alimentos. El informe considera como dietas saludables aquellas que proporcionan “frutas, verduras, legumbres, nueces, cereales integrales y cantidades variables de alimentos de origen animal. Las dietas saludables limitan el consumo de alimentos ricos en azcar, sal y grasa, y proporcionan altas concentraciones de nutrientes, fibra y otros elementos protectores. Los alimentos que componen una dieta saludable varan segn la disponibilidad local de alimentos, el contexto cultural y las preferencias individuales. Las caractersticas fisiolgicas individuales, incluyendo la edad, la actividad fsica y condiciones como el embarazo o la lactancia, tambin determinan los requerimientos de nutrientes”.
Para muchas personas, varios alimentos de la lista son inasequibles, no estn disponibles fcilmente o no son preferidos por diversas razones. La tendencia es marcada en los pases de ingresos medios y bajos, donde las dietas estn evolucionando rpidamente para incluir un mayor consumo de ultraprocesados, un cambio que ha resultado de las modificaciones en los medios y los estilos de vida, segn describe el informe.
“Comer ultraprocesados es ms barato a corto plazo, claro est. A largo plazo no lo es para nadie: ni para la salud individual (porque se vincula directamente a las enfermedades crnicas no transmisibles), ni para la salud pblica), ni para la salud planetaria (por la excesiva produccin de residuos plsticos, paquetes, gases de efecto invernadero, etc). Lo que se produce y consume impacta en nuestra salud. Las crisis econmicas agudizan esta situacin. Por supuesto que existen otras formas de alimentarnos, que inclusive pueden ser ms amigables con nuestro bolsillo. Pero no son las ms conocidas. Consumir vegetales y frutas agroecolgicas directo del productor es una manera”, precisa Hernndez.
Urgencia
El desafo de la doble carga de malnutricin convierte en una necesidad urgente la transformacin de los sistemas alimentarios, alerta el informe. Y aclara que cambiar demanda hacia patrones alimenticios nutritivos implica modificar tanto las preferencias individuales como colectivas.
“El principal riesgo de buscar separar el problema de la malnutricin de la crisis ambiental es el que estamos corriendo: ser reduccionistas. Y desestimar la importancia que tiene el sistema alimentario actual y su impacto en el ambiente. Por ejemplo, la huella hdrica de la cra intensiva de animales o de las bebidas azucaradas (mal llamadas gaseosas), o el plstico que generan estas ltimas (ms del que podemos reciclar). La crisis climtica impacta en nuestra salud individual, y ms an en los sectores ms vulnerables”, asegura Hernndez.
