Categoria:

Un nuevo Dios, el Mercado

Autor: Candido Marquesan

La fascinación mutua que tienen entre sí el cristianismo conservador y el capitalismo (versión neoliberal) la observamos en el hecho de que el libre Mercado es una auténtica fe, con sus misioneros, sus apóstoles, sus propios templos (bancos, bolsas…). En el libre Mercado y su mano invisible hay que creer, como en el dogma de la Santísima Trinidad. Esa dimensión religiosa del capitalismo la señaló Karl Marx en El Capital (1867). Ernst Bloch en 1921 afirmó que el calvinismo estableció los elementos de una religión nueva: el capitalismo considerado como religión y como Iglesia de Mammón /Dios de la avaricia). Walter Benjamin en un fragmento de El capitalismo como religión: «El capitalismo es una religión puramente de culto, quizá la más extrema que ha existido nunca: en él todo adquiere significado solo a través de una referencia constante al culto»; un culto culpabilizador/endeudador. Un culto que no ofrece expiación sino culpa por la deuda, que contraen los Estados y los particulares. Karl Polanyi demostró en La Gran Transformación (1944), que en los últimos dos siglos el Mercado se ha elevado por encima de todos dioses hasta convertirse en la Causa Primera de nuestros días. Para Hayek el aspecto religioso del Mercado queda reflejado en un pasaje del padrenuestro que reza; «hágase tu voluntad (que no la mía) así en la tierra como en el cielo», y en una cita evangélica: «No sois vosotros quienes me habéis elegido, sino Yo quien os eligió para que produzcáis fruto y para que este prevalezca (San Juan, 15:16)».

El teólogo Harvey Cox en el artículo de 2016 El Mercado como Dios (siempre lo escribe con mayúscula), nos explica el misterio que lo envuelve y la reverencia que inspira a sus feligreses. La expresión «religión del Mercado» no es solo una figura retórica. La fe en la funcionalidad de los mercados toma la forma de una religión incuestionable, bien pertrechada con sus sacerdotes y ritos, con sus doctrinas, catecismos e ideologías, con sus santos y profetas, y con un celo obsesivo por llevar su evangelio al mundo entero y convertir a los pueblos descarriados. Que los seguidores de la fe en el Mercado no reconozcan formalmente que se trata de una auténtica religión, no cambia esta realidad.

Como los dioses de antaño y el Jehová de los judíos, también el Mercado es un dios iracundo y punitivo de carácter inestable. En los tiempos lejanos, los profetas entraban en trance e informaban después a los ansiosos fieles del estado de ánimo de los dioses y de si era un día propicio para casarse o emprender una guerra… Hoy la voluntad voluble del Mercado nos la aclaran los boletines de Wall Street y los medios financieros. Así, nos enteramos de que el Mercado está «nervioso», «preocupado», incluso en alguna ocasión «eufórico». Sobre estas revelaciones los fieles ciudadanos decidimos comprar o vender. El Mercado, como los dioses del pasado, debe ser mantenido feliz para no ser castigados. Así, puede transformarse en un dios con derecho a matar, para el cual los derechos humanos son irrelevantes y prescindibles. Miremos las políticas de Milei en Argentina, de ahora mismo, con tanto castigo impuesto a sus ciudadanos. Mas, no le importa, al seguir afirmando que los fallos del Mercado no existen y el Estado es una organización criminal.

Como en todas las religiones, en la del Mercado existen herejías que deben ser castigadas, no con la hoguera, sino con la deuda: el ejemplo fue el de Grecia o España. Los cimientos de esa fe en el Mercado fueron sacudidos en la gran recesión de 2008. Pero, esa fe salió fortalecida en la adversidad.

Hay más paralelismos entre las viejas religiones y la nueva del Mercado. Los atributos de los dioses de las religiones como la omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia son extrapolables al Dios Mercado, ya que este todo lo puede, está presente en todas partes y todo lo sabe. Aunque se nos garantiza que el Mercado posee estos atributos divinos, no siempre resultan visibles para los mortales, por lo que deben ser creídos mediante la fe. ¿Dónde están los escépticos y los librepensadores? ¿Qué ha ocurrido con los Voltaire que denunciaban los falsos milagros?

Esta divinización del Mercado vacía la vida pública de argumentos morales. No se plantea valorar si determinados bienes son más dignos o más nobles que otros. Si alguien está dispuesto a pagar por sexo o un riñón y un adulto consiente en vendérselo, la única pregunta que se plantea es, ¿cuánto? Nuestra resistencia a contraponer argumentos morales al Mercado, al aceptarlo sumisamente, nos está haciendo pagar un alto precio: ha vaciado al discurso público de toda energía moral y cívica. Un debate sobre los límites morales del Mercado es necesario e imprescindible.

Suscríbete para seguir leyendo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar también
future-san-francisco-giants-star-selected-for-mlb-futures-game
Locales

Future San Francisco Giants Star Selected For MLB Futures Game

The San Francisco Giants will have one top prospect at the MLB Futures Game, as the rosters for both the American League and National League were revealed on Tuesday. Bryce Eldridge, the Giants’ most recent first-round pick, was selected to participate in the game, which is set for July 13 at Globe Life Field in

Leer Más >>
las-uvas-existen-porque-los-dinosaurios-se-extinguieron,-segun-una-nueva-investigacion
Tecnología

Las uvas existen porque los dinosaurios se extinguieron, según una nueva investigación

Imágenes fósiles y una reconstrucción artística muestran Lithouva, la uva fósil más antigua del hemisferio occidental hallada en Colombia, datada hace 60 millones de años. (Fabiany Herrera/Pollyanna von Knorring) (CNN) — Las uvas han estado entrelazadas con la historia de la humanidad durante milenios, proporcionando la base para los vinos producidos por nuestros antepasados ​​desde

Leer Más >>

¿Quieres hablar con nosotros en cabina?

Nuestros Horarios en el Estudio:

9am a 11am | 12m a 1pm | 4 a 5 pm | 5 a 6pm

horario del pacifico