La política migratoria de Texas se endureció desde el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. En una ofensiva sin precedentes, el gobernador Greg Abbott firmó nuevas órdenes ejecutivas que refuerzan los arrestos y aceleran las deportaciones de migrantes indocumentados. La medida amenaza con golpear la economía local: miles de personas deportadas contribuían con trabajo e impuestos a un sistema en el que ahora peligran ingresos clave.
Mientras Texas refuerza el control fronterizo, por orden del gobernador, un informe del American Immigration Council (AIC) de 2024 puso el foco en el aporte clave de los inmigrantes a la economía texana. El estudio, elaborado junto con cámaras empresariales y organizaciones locales, reveló cifras que contrastan con el endurecimiento del discurso oficial.
Texas tiene más de cinco millones de inmigrantes —según reveló el Pew Research Center— que desempeñan un rol estratégico en sectores clave como la construcción, la salud, la tecnología y los servicios.
Según el informe, los inmigrantes aportan US$58.100 millones en impuestos cada año. De ese total, US$22.600 millones van a la Seguridad Social y US$6000 millones a Medicare.
El poder de consumo combinado alcanza los US$176.300 millones anuales, lo que fortalece a comercios, servicios y economías locales. Incluso quienes no tienen estatus migratorio regular generan riqueza: representan el 6,9% de la población del estado (2,1 millones de personas), aportan US$13.800 millones en impuestos y mueven US$ 48.800 millones en consumo.
Además, casi 226 mil empresarios indocumentados contribuyen a generar empleo y dinamizar sectores clave en diversas ciudades del estado.
El estudio también detalla cómo los inmigrantes sostienen industrias esenciales:
Además, más de 496 mil inmigrantes son emprendedores. En conjunto, sus negocios generan US$15.300 millones en ingresos. Un dato clave: el 32,2% de los empresarios en Texas nacieron fuera de EE.UU., según AIC. Muchos de ellos abren comercios, restaurantes, talleres o servicios profesionales que fortalecen el entramado económico local y generan empleo directo en sus comunidades.
El impacto también se siente en el mercado inmobiliario y educativo:
En el plano político, el peso demográfico comienza a traducirse en influencia:
En total, casi 2 millones de nuevos votantes potenciales podrían incidir en próximas elecciones estatales y federales, especialmente en distritos clave donde la diferencia electoral suele ser estrecha.
Pese al nuevo impulso a la política de deportaciones, el informe concluye que Texas no solo se beneficia de su comunidad inmigrante: depende de ella. Su rol económico y social es estructural, y su futuro político, cada vez más visible.