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F.M.C.
Actualizado
La relación de la cultura y la sociedad japonesa con el nivel de exigencia y ciertas formas de disciplina y sacrificio es un asunto socialmente controvertido tanto dentro como fuera de Japón. Y aunque desde hace tiempo se intentan corregir al menos los extremos de esta tendencia, a veces se siguen apreciando restos de las antiguas ‘costumbres’.
Un ejemplo es lo que ha sucedido recientemente con Keisuke Sawaki, de 80 años, prestigioso entrenador de fondo y dos veces olímpico, en México 1968 y Munich 72, en 5.000 y 10.000 metros. En la actualidad Sawaki era entrenador honorario de la Universidad Juntendo, en Tokio. Una investigación del medio ‘Weekly Shincho’ ha revelado acusaciones de acoso y abuso de poder hacia sus atletas. La Universidad ha reconocido los hechos y le ha apartado de su puesto.
Sawaki dirigió a la universidad en 9 de las 11 victorias que suman en el prestigioso Hakone Ekiden -el Ekiden es un maratón por relevos muy popular en Japón-. Sin embargo este año no habían logrado clasificarse para el mismo. El 26 de junio Sawaki convocó a los miembros del equipo que habían competido en las pruebas clasificatorias y les ordenó correr 10.000 metros de inmediato. Según uno de los atletas “estábamos en medio de otro entrenamiento. No pudimos prepararnos”.
Además los hechos tuvieron lugar a primera hora de la tarde bajo un calor “húmedo y sofocante”. Algunos entrenadores intentaron dar agua a los atletas pero según los atletas “Sawaki se enfadó y gritó ‘¡No seáis tan blandos!'”. Tras el entrenamiento varios atletas se desvanecieron y otros tuvieron que ser trasladados a un hospital con síntomas de insolación. Además de este hecho, por el campus de la Unversidad circulaba una carta de acusaciones contra Sawaki en la que se afirmaba que “miembros del equipo superior y miembros jóvenes del cuerpo técnico” fueron “golpeados y pateados”.
Sawaki, interpelado, no negó los hechos. Dijo: “Siempre lo hemos hecho así” y señaló que había ordenado que los entrenadores controlaran a los atletas con un oxímetro de pulso para que detuvieran a quienes superaran los límites. Sobre el incidente del agua dijo que “ese día no hacía tanto calor”. Tampoco vio los desvanecimientos. “Unos días después escuché que había habido algunos incidentes leves de insolación, pero simplemente dije: ‘Ah, sí'”.
Queda dicho que la Universidad ha apartado a Sawaki del equipo de atletismo. El entrenador, por cierto, fue contemporáneo del maratoniano Kokichi Tsuburaya, cuyo bronce en maratón en Tokio 1964 fue considerado deshonroso y se le impusieron duros planes de entrenamiento y disciplina para mejorar los resultados en México 68. Antes de los Juegos, sin embargo, Tsuburaya se suicidó. “Kokichi está demasiado cansado para seguir corriendo”, decía su nota de suicidio.
