Un cometa que desafió al Sol
El cometa C/2024 S1 (ATLAS), apodado “cometa de Halloween”, intentó un acercamiento extremo al Sol antes de desintegrarse en el intento. El Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) de la NASA y la Agencia Espacial Europea capturaron los últimos momentos del cometa mientras aceleraba hacia el Sol, desmoronándose en fragmentos y apagando las esperanzas de observación para Halloween.
Karl Battams, investigador principal del proyecto Sungrazer de la NASA, explicó que el cometa “probablemente ya era un montón de escombros” antes de entrar en el campo de visión de SOHO, y finalmente, su estructura no pudo soportar la intensa cercanía al Sol.
Una promesa fugaz en el cielo nocturno
Descubierto por el sistema de alerta ATLAS en Hawái el 27 de septiembre, el cometa se ganó rápidamente la atención de astrónomos y aficionados, quienes esperaban que alcanzara un brillo suficiente para ser visible sin telescopios. Según estimaciones, el cometa podría haber mostrado una magnitud de -7, superando el brillo de Venus en el cielo. Pero al acercarse a solo el 1% de la distancia entre la Tierra y el Sol, el cometa sucumbió a las extremas fuerzas solares, desvaneciéndose antes de alcanzar su momento de mayor esplendor.
Los «sungrazers» y su destino incierto
Este cometa de Halloween pertenece a los Kreutz sungrazers, un grupo de cometas conocidos por sus acercamientos extremos al Sol. Identificados por el astrónomo Heinrich Kreutz, estos cometas suelen compartir órbitas similares y se cree que provienen de un cometa gigante que se desintegró hace siglos. La mayoría no sobrevive estos encuentros cercanos, pero algunos logran escapar, aunque debilitados.
Ejemplos famosos incluyen al cometa Lovejoy, que en 2011 emitió un resplandor azul y verde tras su perihelio, aunque su núcleo se desintegró días después. Otro caso fue el cometa Ikeya-Seki, que en 1965 brilló tan intensamente como una media luna, siendo visible a simple vista.
Un espectáculo fallido que quedará en la memoria
Aunque el cometa C/2024 S1 no pudo superar el intenso calor del Sol, su desaparición antes de Halloween añade un toque legendario. Su paso, aunque fugaz, deja una historia que aviva la imaginación de los observadores del cielo y alimenta el misterio de los cometas “sungrazers”, que a veces sobreviven para contarlo… y otras, se desvanecen en el vacío.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Thomas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.