A medida que se acerca el domingo19 de enero, fecha límite para que entre en vigor una ley que prohibiría TikTok en Estados Unidos si ByteDance, su empresa matriz con sede en Pekín, no se deshace de la aplicación, funcionarios chinos todavía buscan alternativas para salvar el futuro de la popular plataforma.
Entre las opciones que están sobre la mesa destaca la posibilidad de permitir que un actor de confianza que no sea chino, como Elon Musk, tome el control de las operaciones de TikTok en Estados Unidos, según fuentes cercanas a las conversaciones.
Aunque no se ha confirmado si esta propuesta ha llegado a los altos mandos del Gobierno chino, la idea implicaría un cambio estratégico para darle vida a la plataforma y forjaría una importante alianza, en un contexto de tensiones crecientes entre Pekín y Washington.
La ley en cuestión ha sido calificada por China como una medida “inaceptable”, mientras que el Tribunal Supremo de EE. UU. parece firme a la hora de respaldarla.
Con la toma de posesión de Donald Trump como presidente de EE. UU. programada para el 20 de enero, Pekín ve en TikTok un posible “as bajo la manga” en medio de negociaciones sobre temas más amplios como aranceles y disputas comerciales.
Elon Musk, CEO de Tesla y propietario de la red social X, aparece como un posible intermediario clave en este escenario. Musk mantiene una relación cercana con líderes chinos y cuenta con una fuerte presencia en el país, donde Tesla tiene una fábrica en Shanghái y uno de sus mercados más grandes.
Sin embargo, un acuerdo que implique la participación de Musk no es tan sencillo, pues podría contradecir la postura oficial de Pekín, que se opone a ceder ante lo que considera una “lógica de ladrones” por parte de Estados Unidos.
Mientras tanto, TikTok enfrenta el desafío de demostrar su independencia de las autoridades chinas. La participación de Pekín en cualquier eventual acuerdo podría reforzar las ideas de que la plataforma actúa como un brazo del Gobierno chino. Lo que complicaría aún más su situación frente a los reguladores estadounidenses y las leyes en contra de la red social.
El corazón de TikTok radica en su algoritmo de recomendación, una tecnología desarrollada por ByteDance que requiere la aprobación del Gobierno para ser vendida a entidades extranjeras.
Aunque ByteDance insiste en que se enfoca en ganar la batalla legal contra la ley estadounidense, no ha mencionado planes de contingencia como una venta parcial o total.
El debate sobre TikTok también ha tomado relevancia en los círculos políticos de EE. UU. El presidente saliente, Joe Biden, y el presidente electo, Donald Trump, han expresado interés en encontrar una solución que permita a la aplicación seguir operando en el país. Trump, en particular, ha buscado caminos para evitar un veto total.
Por ahora, la Corte Suprema de EE. UU. emitirá una decisión, mientras tanto, las discusiones sobre un posible acuerdo con Elon Musk añaden una nueva solución pero también una capa de complejidad a un conflicto de tecnología, geopolítica y libertad de expresión.
