Sabemos que estamos atravesando una triple crisis planetaria: climática, de pérdida de biodiversidad y de contaminación. En este contexto, el mundo exige cada vez más acciones en pos del cuidado ambiental y lo que haga o deje de hacer Estados Unidos será determinante.
¿Por qué? EE. UU. es el segundo país más emisor de gases de efecto invernadero del mundo, detrás de China. En 2021 aportó el 13.5% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO₂), que es el principal gas de efecto invernadero (GEI). El mismo año, China lo hizo en un 30.9%, consolidándose como el principal emisor, y Argentina un 0.5%, según datos de Argendata (Fundar).
La campaña, como ya sabés (porque leés el diario de campaña de Juan Elman en Cenital, #ÚltimoRound), viene bastante picante y todavía quedan algunos meses por delante: intentaron matar a Donald Trump, y Joe Biden, luego de protagonizar varios momentos incómodos y demostrar cierta debilidad para el cargo, se bajó de la candidatura dando la bendición a Kamala Harris, su vicepresidenta. El Partido Demócrata, que parecía estar listo para recibir una paliza de Trump, ahora resurge y da pelea con Harris al mando.
Los cuatro años de Trump (2017-2021)
La postura de Donald Trump ante las problemáticas ambientales siempre fue provocativa. Se caracterizó principalmente por la negación e incluso la ridiculización del cambio climático. Durante su mandato, cuestionó constantemente la ciencia detrás del calentamiento global, inclusive informes y estudios respaldados por cientos de científicos y agencias federales de Estados Unidos.
En Cenital nos importa que entiendas. Por eso nos propusimos contar de manera sencilla una realidad compleja. Si te gusta lo que hacemos, ayudanos a seguir. Sumate a nuestro círculo de Mejores amigos.
Pero su mandato no solo estuvo lleno de frases incrédulas y burlonas sobre el cambio climático, sino que también estuvo acompañado por políticas de desregulación ambiental basadas en la idea de que estas regulaciones obstaculizaban el desarrollo de las empresas, especialmente aquellas dedicadas a la extracción y explotación de combustibles fósiles.
En el inicio de su presidencia, Trump puso en marcha inmediatamente parte de las promesas hechas durante su campaña: retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, tratado internacional donde casi 200 países se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el aumento de la temperatura media global a menos de 2 °C.
Un análisis del New York Times, basado en investigaciones de la Facultad de Derecho de Harvard, la Facultad de Derecho de Columbia y otras fuentes, contabiliza más de 100 normas y políticas ambientales derogadas o desmanteladas durante su gobierno.
Entre ellas muchas normas regulaban el aire limpio, el agua, la vida silvestre y los productos químicos tóxicos. Algunos ejemplos son:
- Eliminó las protecciones de más de la mitad de los humedales del país;
- Retiró una norma diseñada para limitar las emisiones tóxicas de los principales contaminadores industriales;
- Flexibilizó las normas sobre contaminación del aire para algunas plantas que queman carbón residual para generar electricidad;
- Revocó una norma que impedía a las compañías de carbón arrojar desechos mineros en arroyos locales;
- Debilitó los requisitos ambientales para proyectos de explotación de petróleo y gas
La mayor parte de los retrocesos normativos fueron llevados a cabo por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), un organismo con más de 50 años de historia que desempeñó un papel muy importante en la sociedad estadounidense, desde la reducción del smog hasta la regulación del uso de pesticidas. Los representantes designados por Trump para conducir este organismo durante su mandato fueron dos lobbistas de la industria de los combustibles fósiles, negacionistas del cambio climático.
En total, se estima que las acciones desregulatorias de la administración Trump aumentarán significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) durante la próxima década. ¿Cuánto? 1.800 millones de toneladas adicionales de GEI en la atmósfera para 2035. Esto es más que las emisiones energéticas combinadas de Alemania, Gran Bretaña y Canadá en un año.
La vuelta: Trump 2.0
En julio de este año, en la Convención Nacional Republicana, Trump expresó su objetivo de construir fábricas y “recuperar la manufactura”. Y sumó: «Vamos a perforar, nena, a perforar», en referencia a su idea de impulsar como nunca la explotación petrolera del país. Antes de comenzar la campaña se reunió en Florida a cenar con un grupo de ejecutivos del petróleo y les dijo que deberían donar 1.000 millones de dólares a su campaña presidencial porque, de resultar electo, eliminaría las normas ambientales que, según él, obstaculizan la industria.
De volver a ser elegido presidente, se comprometió a frenar las políticas que favorecen la electromovilidad. También se refirió al plan conocido como Green New Deal (Nuevo Acuerdo Verde), como «la nueva estafa verde», dejando claro nuevamente la línea negacionista de su movimiento.
El Green New Deal es un conjunto de propuestas y políticas diseñadas por legisladores progresistas de EE. UU. para abordar simultáneamente el cambio climático y la desigualdad económica. Los aspectos más importantes incluyen la transición energética, la creación de empleos, infraestructura sostenible, justicia social y salud pública.
Jueces amigos
Algunos exfuncionarios aseguran que si vuelve a ocupar la Casa Blanca en noviembre, Trump estaría en una mejor posición para desmantelar normas ambientales y climáticas. ¿Por qué? Con tres jueces de la Corte Suprema nombrados por él, el tribunal ahora cuenta con una super mayoría conservadora que mostró un profundo escepticismo hacia la regulación ambiental.
“Es un Poder Judicial mucho más favorable para un nuevo gobierno de Trump y sus aliados”, opinó Jody Freeman, una de las directoras de la Universidad de Harvard.
Proyecto 2025 y sus consecuencias
El Proyecto 2025 es un plan que busca promover políticas conservadoras y de derecha para transformar el Gobierno federal de Estados Unidos y consolidar el Poder Ejecutivo en el caso de que Trump gane la elección presidencial. El documento fue creado por la Heritage Foundation, un comité conservador que se encuentra entre las organizaciones de política pública más influyentes en el país.
Aunque Trump se distanció del documento, la plataforma de campaña republicana coincide con muchas de las propuestas, y hay múltiples conexiones que lo relacionan a Trump con el proyecto conservador: fue escrito por personas que trabajaron en su administración, el plan comparte los objetivos políticos del líder republicano y la fundación que lo creó está estrechamente vinculada con el compañero de fórmula de Trump, JD Vance.
El proyecto implicaría graves impactos socioambientales en caso de ser implementado: en cuanto a la transición energética, el documento pide reducir la inversión federal en energías renovables e incrementar la producción de combustibles fósiles. Es decir, no habrá tal transición.
En el capítulo “Agencia de Protección Ambiental (EPA)”, el Proyecto plantea políticas gubernamentales en contra del ambiente, tales como:
- Eliminar las medidas que buscan combatir el cambio climático, como la Ley de Reducción de la Inflación implementada por Biden (ya hablaremos de esto en el próximo news)
- Reducir las regulaciones sobre el aire y el agua limpios para priorizar las necesidades de las empresas y los propietarios de propiedades privadas.
- Aumentar las perforaciones en el Ártico: destaca la zona como un área de “inmensa importancia estratégica para Estados Unidos” y con “vastos recursos energéticos” (En esto coinciden demócratas y republicanos).
- Desmantelar la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y privatizar algunas de sus funciones, entre ellas se encarga de investigar sobre el efecto invernadero, clave en el análisis del cambio climático.
El Proyecto 2025 también exige eliminar la oficina de justicia ambiental de la EPA, la cual se enfoca en reducir la contaminación en zonas de bajos ingresos; disolver una oficina dedicada a la salud infantil; volver a conformar consejos consultivos científicos “para expandir la diversidad de puntos de vista científicos”; y “reformar” la investigación de este organismo.
Restringir la EPA ahora, cuando queda poco tiempo para contener el calentamiento global, podría tener consecuencias negativas para EE. UU. y para el mundo.
En estos y más sentidos, una implementación del Proyecto 2025 por parte de Trump “aumentaría significativamente” las emisiones del país, según un informe elaborado por Energy Innovation. Más precisamente, este Proyecto sumaría unas 2.700 millones de toneladas a las emisiones de EE. UU. previstas para 2030.
Desesperanza climática
Estados Unidos se comprometió, bajo el Acuerdo de París, a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 50% para 2030. Faltan menos de seis años para 2030, y lo que ocurra en los próximos cuatro años influirá decisivamente en las posibilidades del mundo para evitar una profundización de la crisis climática. Esto significa que estas elecciones podrían tener enormes implicaciones.
“Un segundo mandato de Trump que desmantele con éxito el legado climático de Biden probablemente acabaría con cualquier esperanza global de mantener el aumento de la temperatura media global por debajo de 1,5 °C”, dice el sitio británico Carbon Brief.
