Casi dos meses después de la DANA que asoló a cerca de 80 municipios de la provincia de Valencia, la sociedad civil sigue organizándose para intentar compensar las terribles consecuencias de un fenómeno meteorológico que ha dejado al descubierto otra fuerza extraordinaria de la naturaleza: la solidaridad.
Dentro de su programación navideña, Sala Russafa y Arden Producciones ofrecen el sábado 21 de diciembre una función benéfica de su espectáculo ‘El día de San Judas’ a favor de los compañeros de las artes escénicas afectados por las inundaciones. Todo lo recaudado en la venta de entradas y la Fila O habilitada se donará a la caja común que AVETID (Associació Valenciana d’Empreses d’Arts Escèniques) está gestionando para destinar el dinero recogido a paliar en el sector los efectos de la riada.
Un estudio realizado por la entidad, con la colaboración de otras asociaciones como AAPV, APCCV, APDCV, ADVAEM o Comité Escèniques, estima en más de 6 millones de euros las pérdidas sufridas en la escena valenciana. Una cifra a la que han llegado tras la elaboración de un censo que recoge a las 80 compañías, empresas y profesionales que han sufrido pérdidas materiales y que han visto afectado su trabajo.
Una dolorosa realidad que contrasta con la ayuda que se canaliza al sector a través de AVETID gracias a iniciativas como la gala ‘Amunt el teló per València’, celebrada en el Teatro Tívoli de Barcelona el 25 de noviembre con la participación de más de 60 asociaciones sectoriales de todo el país. O la campaña de donaciones que han puesto en marcha en el Teatro de Las Esquinas, de Zaragoza y A Escena (Asociación de compañías profesionales de AAEE de La Rioja).
“Nosotros nos ofrecimos desde el principio a ayudar a los compañeros afectados, prestando materiales para que se pudieran hacer funciones si habían perdido algo de su equipamiento, dando apoyo emocional… pero sentíamos que no era suficiente. Por eso propusimos a AVETID hacer esta función benéfica”, explica Juan Carlos Garés, director de Sala Russafa y socio de Arden Producciones, junto a Chema Cardeña y David Campillos. Son conscientes de que este tipo de iniciativas no son más que un granito de arena. También de que lo que puede aportar la sociedad civil no es comparable con las ayudas que son capaces de ofrecer las instituciones. Pero para ellos no es cuestión de entrar en competición ni de intentar suplir a nadie, sino de sumar esfuerzos.
En su faceta de compañía de artes escénicas, colaboran habitualmente con empresas que han sufrido severas pérdidas, como la de iluminación y sonido Yapadú o el escenógrafo Luis Crespo. Mientras que, como teatro, tienen estrecha relación con intérpretes o técnicos afectados por la tragedia y con formaciones como Bramant, Alarcón & Cornelles o Albena, entre otras, que están tratando de retomar las actuaciones previstas, rescatando lo que han podido de sus almacenes, tomados por el agua y el barro. “La verdad es que siempre nos sentimos afortunados por poder hacer y exhibir teatro. Pero ahora más que nunca”. Y, precisamente con aquello que les hace felices, con el teatro, quieren colaborar para que la sociedad y los damnificados puedan, poco a poco, salir adelante.
La comedia como herramienta sanadora
“La risa es una vía de escape maravillosa para la tensión. Estamos en una sociedad polarizada y la crispación pasa de los políticos a los ciudadanos. Si le sumas situaciones límite, como la que hemos vivido con la DANA, todo eso pasa al ambiente, al estado de ánimo general. Pero nosotros estamos convencidos de que la comedia es curativa y de que puede hacerte acabar el día un poquito mejor”, comenta Garés.
Por eso para estas navidades han creado ‘El día de San Judas’, una comedia bárbara, sin límites ni tapujos, llena de humor negro y algo macabro cuyo estreno oficial (tras unas primeras funciones de contacto con el público) se celebra este 19 de diciembre. Una pieza con referencias visuales del expresionismo alemán, gracias a la iluminación y la caracterización de los protagonistas, que presenta su trama en clave de farsa, recreando desde la exageración la manipulación del pueblo que ejercen los estamentos de poder.
Chema Cardeña firma y dirige esta propuesta, ambientada a principios del siglo XX en un pequeño pueblo centroeuropeo que ese día celebra a su patrón: Judas Iscariote (sí, el apóstol que vendió a Jesús de Nazaret por 30 monedas). En una sociedad que idolatra a los traidores, los protagonistas de esta comedia oscilan entre lo delirante y lo grotesco, con influencias de Valle Inclán y Jardiel Poncela. Pero con instintos propios de Berlanga o Tarantino.
Al salón de la Condesa Avaria, llega la profesora Experta para alertar de que se ha visto bajar del tren a las Terranova. ¿A qué vendrán estas mujeres, que fueron expulsadas del pueblo y represaliadas por su ideología progresista? A lo largo de cerca de hora y media, el capellán Don Poncio, el alcalde Don Sañudo y el alguacil Quinto se unirán a la aristócrata y la maestra en divertidas escenas en las que harán lo decible y lo indecible con tal de evitar que salga a la luz el oscuro secreto que les une a todos con sus exvecinas.
Una carrera contra el tiempo y la ética en la que saltan chispas (además de alguna gota de sangre); donde los espectadores van a detectar comportamientos que, un siglo más tarde, siguen en activo. Una comedia sin censuras para despertar la carcajada y el espíritu crítico a un tiempo, invitando a reírse del supremacismo de ‘la gente de bien’.
