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Trump vuelve a incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo

Autor: Carla Gloria Colome

No había pisado aún la rotonda del Capitolio de Washington y Donald Trump ya estaba revirtiendo la última política de acercamiento del Gobierno de Joe Biden hacia Cuba. En las tempranas horas del lunes, su primer día en la Casa Blanca, el ahora presidente de los Estados Unidos volvió a incluir a la isla en la lista de estados patrocinadores del terrorismo, según un comunicado emitido por la Casa Blanca, en el que se refieren a la batería de decretos que ha firmado el republicano que ponen freno a otras medidas impulsadas por el Gobierno anterior. “Las revocaciones incluidas en esta orden serán el primero de muchos pasos que el Gobierno Federal de los Estados Unidos dará para reparar nuestras instituciones y nuestra economía”, se lee en el texto.

En su discurso inaugural, en el que insistió en que recién comenzaba “la edad de oro de América”, Trump adelantó que revocaría 78 de las “acciones ejecutivas destructivas y radicales” de la administración Biden, que tildó como una de las peores de la historia. El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel se apresuró a reaccionar en X a la decisión, que tildó como un “acto de arrogancia y desprecio por la verdad”. También dijo que el revertimiento de la medida “no sorprende”. “Este acto de burla y abuso confirma el descrédito de los listados y mecanismos unilaterales de coerción del gobierno de EE UU”, afirmó.

Hace solo seis días, el Gobierno del demócrata Biden anunció que Cuba quedaba fuera de la lista en la que comparecía junto a Irán, Siria y Corea del Norte, naciones sancionadas por el Departamento de Estado por “brindar repetidamente apoyo a actos de terrorismo internacional”. En enero de 2021, a punto de terminar su primer mandato, Trump puso a Cuba en la llamada lista SSOT, de la que la había eliminado Barack Obama cuando impulsó el restablecimiento de relaciones entre ambas naciones. Entonces, el ex secretario de Estado, Mike Pompeo, aseguró que La Habana brindaba “apoyo a los actos de terrorismo internacional al otorgar refugio seguro a los terroristas”. Se referían a que el Gobierno mantenía vínculos con grupos como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y a la negativa de extraditar a diez líderes del ELN implicados en un atentado de 2019 a la escuela de cadetes de policía de Bogotá.

Este 14 de enero, los cubanos se preguntaron por qué Biden hacía el anuncio en ese momento y no antes, y si era posible que Trump regresara a la isla al listado de países patrocinadores del terrorismo. Hoy se ha demostrado que era solo cuestión depoco tiempo. María José Espinosa Carrillo, directora ejecutiva del Centro para el Compromiso y la Incidencia en las Américas (CEDA), le aseguró a EL PAÍS que este anuncio llegó tarde. “La postura de la Administración Trump es diametralmente opuesta a estas medidas”, sostuvo. “No olvidemos que fue su Gobierno el que incluyó a Cuba en la lista en el último año de su primer mandato”.

La destitución de la medida era previsible. El cubanoamericano Marco Rubio, ahora Secretario de Estado y un fiel oponente al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, dijo hace unos días que, “sin lugar a dudas”, Cuba debía permanecer en dicha lista. “No tengo ninguna duda de que cumple todos los requisitos para ser un Estado patrocinador del terrorismo”, dijo de su audiencia de confirmación en el Senado para ocupar su nuevo puesto. “Nada de lo que la administración Biden haya acordado en las últimas 12 o 18 horas vincula a la próxima administración, que comienza el lunes”, añadió.

Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas y profesor de Antropología en el Departamento de Estudios Globales y Socioculturales de la Universidad de la Florida, no tenía dudas de que la administración Trump pretende seguir con su política de mano dura hacia la isla. “Retomará la política estadounidense de máxima presión, es difícil imaginar una mejoría en las relaciones entre los dos países durante el próximo cuatrienio”, dijo.

No obstante, nadie supuso que la decisión de eliminar a Cuba de la lista llegaría tan rápido, teniendo en cuenta las prioridades del presidente republicano. El propio Duany pensaba que le iba a tomar algún tiempo, “quizás semanas o meses”, revertir la medida demócrata. “La única razón estratégica para demorar esta gestión sería asegurar que el gobierno cubano cumpla con su promesa de excarcelar gradualmente a 533 presos, entre ellos los participantes en las protestas callejeras del 11 de julio de 2021”, dijo el catedrático.

No obstante, Trump ha sorprendido a todos y ni siquiera esperó a que el Gobierno cubano terminara de liberar a los cientos de presos como parte del acuerdo en el que intercedió El Vaticano. Hasta el momento, las organizaciones por los derechos humanos registran que solo 140 presos políticos han sido excarcelados, frente a los casi 1500 que permanecen tras las rejas por motivos ideológicos.

¿Qué implicaciones tiene para Cuba?

Muchos ven en las sanciones económicas de Estados Unidos hacia Cuba una vía de asfixiar al Gobierno de La Habana. No obstante, nada ha cambiado en la isla a pesar de que comparece en la lista de patrocinadores del terrorismo desde 1982, cuando durante la Administración de Ronald Reagan la incluyeron por apoyar los movimientos armados en América Latina y África, tener vínculos con países como Irán y Corea del Norte, o asilar a miembros de ETA y fugitivos de la justicia estadounidense como Joanne Deborah Chesimard (la conocida Assata Shakur) o Charlie Hill.

Según el Departamento de Estado, la designación de Estado patrocinador del terrorismo implica “restricciones a la asistencia exterior de Estados Unidos; prohibición de las exportaciones y ventas de armas y elementos defensa; ciertos controles sobre las exportaciones de artículos de doble uso; y diversas restricciones financieras y de otro tipo”. Ahora, algunos tenían esperanzas en que la eliminación de la isla de la lista SSOT contribuyera a mejorar la crisis generalizada que viven los cubanos desde hace al menos cuatro años.

Los analistas coinciden en que, sin dudas, no es poco el saldo que han dejado estas restricciones hacia la isla. El abogado Pedro Freyre, presidente de la consultora Práctica Internacional de Akerman, explicó que la mayoría de las instituciones financieras no se relacionan con países incluidos en esa lista debido “a los riesgos para su reputación y al riesgo de sanciones secundarias por parte de Estados Unidos”.

“Estar en la lista ha dificultado que Cuba, o quienes desean invertir en Cuba, obtengan financiación internacional”, asegura el abogado, quien insiste en la afectación que también ha tenido el sector turístico. “Los viajeros de la Unión Europea que visitan Cuba mientras está designada, no pueden obtener una exención de visado para visitar Estados Unidos y tienen que pasar por el proceso de solicitar un visado. Sin duda, esto ha tenido un impacto negativo en el turismo”, explica.

Carrillo, directora ejecutiva de CEDA, insiste en la importancia de destacar el impacto de estas sanciones en la vida cotidiana de la gente en Cuba. También asegura que, en medio de la mayor ola migratoria que alcanza en tres años los dos millones de cubanos en el exterior, es innegable la necesidad de “un cambio urgente en la política de Estados Unidos, si realmente busca evitar una crisis migratoria aún mayor, promover la democracia y los derechos humanos y proteger sus intereses de seguridad nacional”.

Por otra parte, Carrillo cree que el Gobierno cubano debe asumir su responsabilidad. “Para frenar el mayor éxodo y darle a los cubanos el derecho a vivir de forma digna en su país, Cuba necesita reformas profundas que aborden la crisis estructural, fortalezcan la transparencia en la gobernanza, garanticen mayor equidad y amplíen las libertades fundamentales. Sin estas condiciones, los cubanos seguirán viéndose obligados a marcharse sin esperanzas de un mejor futuro en su país”, dice.

Es incierto lo que hubiese sucedido con Cuba si la administración entrante hubiese sido la de la demócrata Kamala Harris, pero no pocos especularon que la salida de Cuba de la lista podría haber sido la antesala de un restablecimiento de relaciones diplomáticas.

“No lo sabremos a ciencia cierta, pero una administración Harris probablemente habría preferido seguir un enfoque de distensión hacia Cuba parecido al de Obama”, dice Duany. Aun así, destaca que la Administración Biden no cumplió completamente “su promesa de revertir las medidas tomadas por Trump durante su primera administración, excepto relajar las restricciones sobre los viajes y las remesas de los cubanoamericanos y restablecer el proceso de otorgar visas para ciudadanos cubanos en la Embajada de Estados Unidos en La Habana”.

A última hora, además, eliminó a Cuba de la lista en la que se suponía iba a volver una vez Trump tomara la presidencia. Ahora está por ver qué sucederá con la parte del acuerdo que resta al Gobierno cubano, es decir, si sacará o no de las cárceles a los cientos de presos que prometió excarcelar.

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