Por Berkeley Lovelace Jr. – NBC News
A medida que se perfila la agenda de salud del presidente, Donald Trump, para su segundo mandato, va quedando claro que muchas políticas de la era de Joe Biden no van a sobrevivir.
El lunes, Trump firmó una orden de gran alcance destinada en parte a revertir varias órdenes ejecutivas de la Administración Biden en materia de salud, incluidos los esfuerzos para reducir el costo de los medicamentos recetados para las personas en Medicare y Medicaid, la mejora de la Ley de Asistencia Asequible y el aumento de las protecciones para los afiliados a Medicaid. La llamada orden de rescisión inicial, según la Casa Blanca de Trump, está dirigida a las políticas de Biden que dice que son “profundamente impopulares” y “radicales”.
Las medidas de Trump, afirman los expertos, probablemente no tendrán consecuencias para muchos estadounidenses en términos de lo que pagan en costos de atención médica de bolsillo.
Una iniciativa de Biden revocada por Trump, por ejemplo, había ordenado a Medicare que buscara formas de reducir los costos de los medicamentos, incluida la posibilidad de imponer un límite mensual de 2 dólares a ciertos medicamentos genéricos.
Esa medida, sin embargo, sólo estaba en la etapa de desarrollo, indicó Stacie Dusetzina, profesora de Política de Salud en la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee, y no estaba claro si iba a ser implementada en absoluto.
Las iniciativas de atención de salud más abarcadoras de Biden, como un límite mensual de 35 dólares en los costos de la insulina, un límite anual de desembolso de 2,000 en medicamentos por receta y la disposición de negociación de precios de medicamentos de Medicare no se vieron afectadas por las acciones ejecutivas de Trump del lunes.
“Cuando las administraciones cambian, muchas de ellas quieren deshacer algunas de las acciones de otros presidentes, incluso cuando estas son más simbólicas”, indicó Dusetzina.
Sin embargo, el paso de Trump indica que la Administración entrante puede no estar dispuesta a seguir adelante con las políticas establecidas por su predecesor.
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“Podría significar que la Administración Trump no está interesada en proseguir con ninguno de los trabajos que se han desarrollado desde entonces a partir de estas órdenes ejecutivas”, comentó.
Un cambio de prioridades
Algunas de las acciones del lunes eran esperadas, según los expertos, incluido el debilitamiento de la Ley de Asistencia Asequible, también conocida como Obamacare, uno de los principales objetivos de Trump durante su primer mandato.
Trump revocó una política que había extendido el período de inscripción al Obamacare por otras 12 semanas en 36 estados, lo que daba a los estadounidenses sin seguro más tiempo para sumarse al plan.
También anuló una orden destinada a fortalecer Medicaid, que incluía proporcionar más fondos de extensión a los estados.
Algunas de las políticas eliminadas, sin embargo, estaban alineadas con objetivos previos de Trump, lo que posiblemente indica un cambio en sus prioridades, declaró Larry Levitt, vicepresidente ejecutivo de política de salud en KFF, un grupo sin fines de lucro que investiga temas sobre sanidad pública.
Desechar la orden de Biden de buscar nuevas formas de reducir el gasto de bolsillo en medicamentos recetados, explicó Levitt, podría indicar que Trump se toma menos en serio abordar el costo de la atención médica en Estados Unidos.
“Trump está haciendo una especie de borrón y cuenta nueva“, indicó. “Si contrastas el día uno de esta administración Trump con la anterior, es un enfoque diferente en la atención médica”.
Levitt señaló que aún no está claro si la Administración Trump apoya que el Medicare negocie los precios de los medicamentos, una disposición clave de la Ley de Reducción de la Inflación de Biden. La semana pasada, Medicare anunció la próxima ronda de medicamentos recetados para negociar, incluidos Ozempic y Wegovy.
“Trump podría señalar que quiere continuar con la negociación de los precios de los medicamentos o, alternativamente, tratar de derogarla”, indicó Levitt. “La Administración Trump tiene bastante margen para elegir negociar de forma más agresiva o menos agresiva”.
Arthur Caplan, jefe de la división de ética médica de la Facultad de Medicina Grossman de la NYU, en Nueva York, declaró que, por ahora, parece que Trump está procediendo en materia de costos de salud “con mucha cautela”, sin tocar las iniciativas de mayor envergadura de Biden.
Aunque Trump ha abogado por un enfoque minimalista del Gobierno, Caplan cree que Trump es consciente de que Estados Unidos paga precios mucho más altos por la atención de salud que otros países y que puede que el Gobierno tenga que intervenir.
Caplan dijo que espera que Trump deje viva la iniciativa de negociación con el Medicare.
“En este momento, parece estar mordisqueando los bordes”, señaló Caplan. “Espero que no vaya más allá”.