Trump firma órdenes ejecutivas para retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París y de la OMS, con el argumento de defender los intereses nacionales, cuestionar la gestión de la pandemia y la influencia política de organismos internacionales
El presidente de EEUU, Donald Trump, muestra la firma de una orden ejecutiva / Foto: EP
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca viene marcado por una serie de decisiones que siguen la línea de su política “América Primero” y buscan consolidar sus promesas de campaña. Una de las más destacadas ha sido su firma de una orden ejecutiva para retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, una medida que había adoptado anteriormente durante su primer mandato y que ahora se materializa de nuevo en su segundo período presidencial. Esta decisión, en su supuesto compromiso de Trump con la soberanía nacional y su visión de que los acuerdos internacionales no deben perjudicar los intereses estadounidenses, genera una fuerte división tanto dentro como fuera del país.
El Acuerdo de París, un tratado internacional que busca mitigar el cambio climático a través de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, ha sido uno de los puntos de conflicto más importantes entre Trump y la comunidad internacional. A pesar de las críticas que ha recibido por su postura, Trump ha mantenido su promesa de campaña de abandonar este pacto, asegurando que sus decisiones están enfocadas en proteger los intereses económicos de Estados Unidos. En varias ocasiones, el Secretario General de la ONU, António Guterres, ha instado a Estados Unidos a seguir siendo un líder en cuestiones medioambientales, destacando la necesidad de un enfoque más ágil y colectivo para enfrentar los desafíos climáticos globales.
Al mismo tiempo, la decisión de Trump ha sido celebrada por sus seguidores más fieles, quienes consideran que su retirada del Acuerdo de París es un paso hacia la desregulación y la preservación de empleos nacionales, especialmente en sectores como la industria energética. Durante un discurso en el Capital One Arena de Washington, Trump reafirmó su visión de una “América Primero” y afirmó que, en su mandato, las políticas medioambientales no deben comprometer la competitividad del país. Para sus detractores, esta postura refleja una falta de compromiso con el futuro del planeta y la cooperación internacional, pero para los partidarios de Trump, esta es una manifestación de fuerza y determinación.
Retirada también de la OMS
Otro de los movimientos significativos en su primer día de mandato ha sido la firma de una orden ejecutiva que cuestiona la eficacia y la independencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Trump ha criticado abiertamente a la OMS por su manejo de la pandemia de COVID-19, a la que señala como un ejemplo de su ineficacia y su dependencia de la influencia de los países miembros, particularmente de China. En su orden, Trump ha mencionado que la organización sigue exigiendo pagos excesivos a Estados Unidos, un punto que ya había sido planteado durante su primer mandato y que le llevó a iniciar el proceso de retirada de la OMS. Aunque esta acción no se materializó debido a su derrota electoral, ahora ha vuelto a la agenda con renovada determinación.
En el ámbito de la política migratoria, Trump también ha tomado decisiones clave, como declarar una emergencia nacional en la frontera sur de Estados Unidos. Esta medida es parte de su enfoque de seguridad nacional y su constante lucha contra lo que considera una crisis migratoria. Además, ha eliminado un grupo de trabajo interinstitucional que tenía la finalidad de reunir a las familias separadas durante su primer mandato, una de las políticas más controvertidas de su administración. En cuanto a la ciudadanía por derecho de nacimiento, Trump ha declarado su intención de eliminar este derecho, una medida que refleja su visión de limitar la inmigración legal e ilegal en el país.
Otro aspecto que ha llamado la atención de la opinión pública es la firma de una orden ejecutiva que busca cambiar el nombre del Golfo de México por el de Golfo de América, con el argumento de que este cambio honra la grandeza de la nación. Esta acción, aunque simbólica, refleja el énfasis de Trump en la afirmación de la identidad estadounidense frente a la influencia extranjera. Instruyó que todos los mapas y documentos oficiales reflejen este cambio, lo que provocó un debate sobre el simbolismo y las implicaciones de esta modificación.
En su discurso inaugural, Trump ha proclamado el inicio de una “era dorada” para Estados Unidos, anticipando una época de respeto internacional y fortaleza interna. Además, ha celebrado la confirmación por unanimidad de Marco Rubio como nuevo Secretario de Estado, el primer nominado de su administración en ser aprobado por el Senado. Este gesto ha sido interpretado como un intento de Trump por consolidar su poder político, asegurando que su administración cuenta con el respaldo de la Cámara Alta.
El primer día de Trump en su segundo mandato ha estado marcado por decisiones contundentes que no solo buscan reafirmar su política nacionalista y populista, sino también redefinir la posición de Estados Unidos en el escenario mundial. La controversia que ha generado estas decisiones será un tema central de debate en los próximos meses, mientras el país se adapta a esta nueva fase de liderazgo. Trump, con su enfoque decidido y su retórica influyente, ha dejado claro que su visión para Estados Unidos sigue siendo una de confrontación con los acuerdos internacionales y un énfasis en la defensa de los intereses nacionales.