Donald Trump and Joe Biden. (File Photo, AFP)

El presidente Donald Trump insiste en culpar de la inflación a Joe Biden. Aún así, dice que bajar los tipos sería tan bueno como subir los aranceles. (Foto de archivo AFP)

Los resultados sobre la inflación muestran que el Presidente no lo tendrá fácil para evitar que la economía se desequilibre aún más.

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La inflación en Estados Unidos mostró un incremento en enero de 2025, alcanzando un 3.0% anual, según datos oficiales. Este resultado supera las proyecciones de analistas, que esperaban una tasa de 2.8%, y genera presión sobre la política monetaria de la Reserva Federal (Fed).

El aumento de la inflación ha generado llamados a la Fed para que mantenga su postura restrictiva. La entidad ha indicado que no tiene prisa en bajar las tasas de interés, manteniéndolas entre el 4.25% y el 4.50%, con el objetivo de alcanzar su meta del 2% de inflación. En este contexto, el presidente Donald Trump ha intensificado su presión sobre la Fed.

“¡¡¡Hay que bajar los tipos de interés, algo que iría de la mano de los próximos aranceles!!! Lets Rock and Roll, America!!!”, escribió Trump en su cuenta de Truth Social.

Trump no tiene control directo sobre la Fed, pero sus comentarios han sido constantes desde su regreso a la Casa Blanca en enero. Durante su primer mandato también insistió en la necesidad de reducir las tasas para estimular la economía.

En su post hay una contradicción natural: la inflación y los aranceles sí pueden ir de la mano, pero para aumentarles los precios a los consumidores. Así las cosas, Trump parece no entender o no querer entender en el callejón sin salida que podría meter al país.

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Los aranceles y su efecto inflacionario

Trump ha reactivado una estrategia de tarifas comerciales que podría tener un impacto en la inflación. Esta semana, impuso un arancel del 25% sobre el acero y el aluminio importado, además de amenazar con nuevos gravámenes a productos de los principales socios comerciales de Estados Unidos.

Los economistas advierten que estas medidas pueden aumentar los costos para consumidores y empresas, lo que presionaría aún más la inflación y dificultaría una futura reducción de tasas por parte de la Fed.

Si la inflación sigue en ascenso y la Fed decide mantener o incluso subir las tasas, se podría generar una desaceleración económica. Esta situación pondría en riesgo la estrategia de crecimiento del gobierno de Trump, ya que tasas de interés más altas encarecen el crédito para hogares y empresas, reduciendo el consumo y la inversión.

A esto se suma la incertidumbre política, pues Trump ha tomado una serie de decisiones que han sorprendido a Washington y al mundo en muchos frentes como las políticas de inclusión o el tratamiento de los migrantes ilegales.

El panorama económico de Estados Unidos en 2025 depende en gran medida de la evolución de la inflación y de la respuesta de la Fed. La combinación de presiones inflacionarias y medidas proteccionistas podría generar un escenario complejo para el crecimiento del país.

El debate sobre tasas de interés, inflación y aranceles seguirá marcando la agenda económica en los próximos meses, mientras la administración de Trump busca consolidar su estrategia económica de cara a los desafíos globales.