WASHINGTON (AP) — Donald Trump regresará a Washington el sábado para dar inicio a días de fastuosidad que anuncian su segunda investidura como presidente, cuatro años después de haber dejado la ciudad bajo la sombra del asalto al Capitolio por parte de sus simpatizantes.
El ceremonial cambio de poder comenzará mientras la solemne pompa de Washington se combina con el estilo festivo de Trump. Habrá un espectáculo de fuegos artificiales en una de las propiedades de golf de lujo del presidente electo, que contará con la presencia de invitados que incluyen a titanes de la industria tecnológica, amigos del mundo empresarial y estrellas de los medios de comunicación conservadores, así como miles de sus simpatizantes que llegarán de distintas partes del país.
Debido a que se tiene previsto que una ráfaga de aire ártico deje a la capital de la nación enfrentando temperaturas frígidas el Día de la Investidura, los organizadores se apresuraban a trasladar al interior la mayoría de los eventos al aire libre del lunes, incluida la ceremonia de investidura.
El cantante de ópera Christopher Macchio, elegido por Trump para cantar el himno nacional en la ceremonia, comentó a The Associated Press el sábado que una actuación en interiores ayudaría al sonido de la música y a su rendimiento vocal.
Pero, Macchio agregó: “Debo decir, estaba esperando ver a 100.000 personas extendidas a lo largo del National Mall. Así que desafortunadamente no tendré esa visual mientras actúo, pero aún así será un tremendo honor”.
En la Avenida Pensilvania que conduce a la Casa Blanca, los equipos estaban desmontando las gradas metálicas que iban a ser utilizadas para las tribunas de visualización de la ceremonia de investidura al aire libre.
Incluso antes de que Trump llegara a la ciudad, grupos de manifestantes comenzaron a salir a la calle por la mañana mientras caía una ligera aguanieve.
Melody Hamoud, una residente de Washington, llevaba un sombrero rosa que había usado en una marcha de 2017 para protestar por la primera investidura de Trump.
“No quería quedarme en casa y preocuparme frente al televisor”, comentó. “Quería sentir que nuestro movimiento todavía tiene energía y estar con otros que sintieran lo mismo”.
Trump, un republicano, dejó el cargo en 2021 como un paria político después de que su negativa a aceptar su derrota ante el demócrata Joe Biden llevó a una turba a tomar el Capitolio federal. Luego rompió la tradición al no asistir a la toma de posesión de Biden.
Biden se adherirá a uno de los símbolos más potentes de la transición democrática, dando la bienvenida a Trump a la Casa Blanca y uniéndose a él en el viaje al Capitolio antes de tomar posesión del cargo.
La primera vez que Trump asumió el cargo hace ocho años, el ex magnate de los realitys de la televisión llegó como un forastero que alteraba las normas de Washington, pronunciando un sombrío discurso mientras su investidura provocaba grandes protestas y algunos enfrentamientos en la calle.
Esta vez, se espera que las protestas sean mucho menos notables, eclipsadas por las ceremonias y celebraciones en torno a la toma de poder de Trump. Como un marcador más del notable regreso de Trump, los eventos que rodean su investidura contará con muchas más celebridades que la última vez, junto con una notable asistencia de un grupo de multimillonarios del mundo tecnológico.
Las estrellas de la música country Carrie Underwood, Billy Ray Cyrus y Jason Aldean, la banda de disco Village People, el rapero Nelly y el músico Kid Rock están programados para actuar en ceremonias y eventos relacionados con la investidura. También se tiene previsto que asistan el actor Jon Voight y el luchador Hulk Hogan, así como de un grupo de ejecutivos empresariales que apoyan a Trump: el director general de Tesla y X, Elon Musk, el fundador de Amazon, Jeff Bezos, el CEO de Meta, Mark Zuckerberg, y el director general de TikTok, Shou Zi Chew.
La pompa comienza el sábado, cuando el presidente electo deje su hogar en Florida para dirigirse a Washington. Los asesores de Trump no han detallado cómo pasará la primera parte del día, y el único evento público en la agenda de Trump es una recepción vespertina y un espectáculo de fuegos artificiales en el Trump National Golf Club de Sterling, Virginia, fuera de la ciudad.
Mientras Trump preside en su club, el vicepresidente electo JD Vance asistirá a una recepción para miembros del gabinete y será anfitrión de una cena en Washington.
El domingo, víspera de su investidura, Trump tiene previsto participar en una ceremonia de colocación de una corona en el Cementerio Nacional de Arlington y posteriormente acudirá a un mitin en la Capital One Arena de Washington. El mitin será seguido por una cena privada.
El Día de la Investidura, Trump comenzará con el tradicional servicio de oración en la Iglesia Episcopal de St. John y más tarde se dirigirá a la Casa Blanca para un té ceremonial con el presidente saliente y la primera dama.
Trump luego se dirigirá al Capitolio, donde su ceremonia se ha trasladado al interior ya que se pronostica que las temperaturas desciendan y hagan que sea el Día de Investidura más frío en 40 años. No está del todo claro cómo se adaptará la ceremonia a la Rotonda del Capitolio, que sólo tiene capacidad para 600 personas. Más de 250.000 invitados tenían entradas para ver la toma de posesión desde los alrededores del Capitolio.
Hace ocho años, los críticos de Trump luchaban con la decisión de asistir a su investidura, contemplando si desafiar la práctica de larga data y enviar una señal al nuevo presidente divisivo. Este año, gran parte de la resistencia abierta a Trump ha desaparecido, aunque habrá dos ausencias notables: la ex primera dama Michelle Obama y la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Ninguna dio una explicación sobre por qué no asistirá a la ceremonia.
Después de que Trump asuma el cargo y pronuncie su discurso, habrá una despedida ceremonial a Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris. A medida que el nuevo gobierno republicano toma el poder, Trump se dirigirá a una ceremonia de firma en el Capitolio para aprobar algunos de sus primeros actos oficiales, seguido por un almuerzo legislativo y una revista de las tropas estadounidenses.
El desfile tradicional planeado por la Avenida Pensilvania se ha transformado en un evento bajo techo debido al frío, y Trump tiene planeando nuevamente hablar a sus seguidores reunidos antes de dirigirse a la Casa Blanca para una ceremonia de firma en el Despacho Oval. A continuación, se celebrarán tres bailes glamurosos por la noche, acompañados de actuaciones musicales.
La llegada de Trump a Washington volverá a estar acompañada por protestas y vigilias sobre temas como el aborto, los derechos de inmigrantes y, esta vez, la guerra entre Israel y Hamás, pero se espera que el tono y la fuerza de esas manifestaciones sean diferentes respecto al inicio de su primer mandato.
La Marcha de las Mujeres, impulsada por mujeres indignadas por la victoria de Trump en 2017, atrajo a más de 500.000 personas a Washington y millones más en ciudades de todo el país, marcando una de las mayores manifestaciones de un sólo día en la historia de Estados Unidos.
La marcha regresa el sábado, rebautizada como la Marcha del Pueblo, y los organizadores señalaron que su enfoque será menos en Trump y más en objetivos más amplios en torno a los derechos de las mujeres y reproductivos, los derechos de la comunidad LGBTQ, la inmigración, el clima y la democracia. Se prevé que atraiga a unas 50.000 personas, muchas menos que hace ocho años.
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Los periodistas de The Associated Press Lindsay Whitehurst, Ashraf Khalil, Gary Fields y Lindsey Bahr contribuyeron a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
