Washington, D.C. – Donald Trump juró este lunes como el 47° presidente de Estados Unidos en una ceremonia de investidura que tuvo lugar en el interior del Capitolio debido a las bajas temperaturas. Con 78 años, siete meses y seis días, se convierte en el mandatario de mayor edad en la historia del país al asumir el cargo.
La toma de posesión de Trump contó con la presencia de destacadas figuras políticas y empresariales. El presidente prestó juramento con la mano sobre dos biblias: su ejemplar personal y la utilizada por Abraham Lincoln. La primera dama, Melania Trump, sostuvo los libros sagrados mientras el juez John Roberts, presidente del Tribunal Supremo, administraba el juramento. Tras sus palabras, una salva de cañones resonó en el Capitolio y la ceremonia continuó con la interpretación de Salve al Jefe, el himno presidencial.
Un discurso con tono nacionalista y promesas contundentes
En su primer discurso como presidente, Trump declaró: “La era dorada de Estados Unidos empieza ahora”. Con un tono marcadamente nacionalista, aseguró que en cada día de su mandato priorizará los intereses de su país: “Nuestra prioridad será crear una nación que sea orgullosa, próspera y libre”. Además, prometió restablecer la soberanía estadounidense, reforzar la seguridad nacional y acabar con el uso político del Departamento de Justicia.
El discurso estuvo cargado de referencias a su regreso a la Casa Blanca, destacando que su vida fue salvada por un propósito divino tras el atentado que sufrió durante la campaña. “Dios me salvó para hacer a EE.UU. grande de nuevo”, afirmó.
Trump también anunció que firmará varias órdenes ejecutivas desde el primer día de su mandato. Entre sus medidas más destacadas, adelantó que declarará la “emergencia nacional” en la frontera con México, enviará tropas para frenar la inmigración irregular y clasificará a los cárteles del narcotráfico como “organizaciones terroristas”.
Medidas económicas y energéticas
El nuevo presidente criticó duramente las políticas económicas de su predecesor y adelantó una serie de reformas en el ámbito fiscal y energético. “En lugar de poner impuestos a nuestras ciudades, pondremos impuestos a otros países para enriquecernos”, aseguró. En cuanto a la crisis inflacionaria, descartó la promoción de energías limpias y prometió potenciar la explotación de combustibles fósiles: “Vamos a perforar, baby, a perforar”.
También destacó que impulsará la manufactura nacional y prometió devolver la competitividad a la industria automotriz estadounidense.
Ambiciones espaciales: la bandera de EE.UU. en Marte
En un giro inesperado, Trump aseguró que su administración apostará por la exploración espacial y se comprometió a plantar la bandera estadounidense en Marte. “Perseguiremos nuestro destino manifiesto hacia las estrellas”, afirmó, provocando el entusiasmo de Elon Musk, quien estuvo presente en la ceremonia.
Políticas migratorias más estrictas
Entre sus anuncios más polémicos, Trump reafirmó su intención de reforzar las restricciones migratorias. Sostuvo que las personas que ingresen ilegalmente a EE.UU. serán “detenidas inmediatamente” y que reactivará la política de “Permanecer en México” para solicitantes de asilo. Aunque no detalló cómo financiará la detención masiva de migrantes, aseguró que su administración pondrá fin a la liberación de personas mientras esperan su proceso en cortes de inmigración.
Además, reiteró una de sus afirmaciones más controversiales al sostener que algunos migrantes que cruzan la frontera provienen de cárceles y hospitales psiquiátricos, aunque no presentó pruebas que respalden esta aseveración.
Una presidencia con objetivos claros
Trump concluyó su discurso con un mensaje de confianza en su liderazgo: “Estoy con ustedes, lucharé por ustedes y ganaré para ustedes. Ganaré como nunca antes”. Con una visión de grandeza nacional, reafirmó su compromiso con un país fuerte y soberano: “Nada se interpondrá en nuestro camino porque somos estadounidenses y nuestra edad dorada acaba de comenzar”.
El republicano asume su segundo mandato con el respaldo de una base leal y con la promesa de implementar cambios radicales desde el inicio. Su retorno a la Casa Blanca marca el comienzo de una nueva era política en Estados Unidos.