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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este jueves un decreto para comenzar el desmantelamiento del Departamento de Educación, buscando cumplir con décadas de ambición conservadora de deshacerse de la agencia, pero planteando nuevas preguntas para las millones de escuelas públicas, titulares de préstamos estudiantiles y padres del país.
Ningún presidente en la historia moderna ha intentado cerrar una agencia a nivel de gabinete. Cerrar el departamento por completo requeriría un acto del Congreso, que creó la agencia en 1979. Los funcionarios de Trump reconocen que no tienen los votos necesarios para disolver el departamento de esa manera.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo antes de la firma de este jueves que el decreto buscaría “minimizar en gran medida la agencia”, y que ciertas “funciones críticas”, como los préstamos estudiantiles, permanecerían bajo el paraguas de la agencia.
Se espera que el decreto instruya a la secretaria de Educación, Linda McMahon, a tomar “todas las medidas necesarias para facilitar el cierre del Departamento de Educación y devolver la autoridad educativa a los estados”, dijo un funcionario de la administración antes de la ceremonia de firma, que se esperaba que incluyera a gobernadores republicanos, funcionarios de educación estatal y escolares.
Desde que asumió el cargo, Trump suele firmar varios decretos a la vez desde la Oficina Oval, con los documentos reales a menudo eclipsados por sus comentarios sobre otros temas.
El importante evento de este jueves en la Sala Este para la directiva de educación subraya su importancia para Trump y sus compañeros conservadores, quienes han intentado durante mucho tiempo cerrar la agencia y trasladar más control sobre las escuelas públicas a los estados individuales.
La iniciativa ha ganado impulso en los últimos años, impulsada por la ira sobre ciertas políticas y los currículos de las escuelas locales, combinada con el descontento por los cierres de escuelas durante la pandemia de covid-19. Un movimiento por los derechos de los padres se opuso a medidas en las escuelas destinadas a abordar los derechos LGBT y promover la diversidad, la igualdad y la inclusión.
Casi todo el financiamiento de las escuelas públicas en Estados Unidos es proporcionado por los estados y localidades, con esos Gobiernos ejerciendo control sobre los currículos. El Departamento de Educación es responsable de administrar el financiamiento federal para estudiantes con discapacidades, que están bajo la Ley de Educación para Individuos con Discapacidades, junto con la financiación del Título I para escuelas de bajos ingresos y los pagos de préstamos estudiantiles federales como las Becas Pell.
Horas antes de la ceremonia de firma de Trump, la Casa Blanca dijo que el Departamento de Educación continuaría supervisando las Becas Pell y los préstamos estudiantiles federales, junto con la aplicación de las leyes de derechos civiles y el financiamiento para la educación especial.
“Cuando se trata de préstamos estudiantiles y Becas Pell, esos seguirán siendo administrados por el Departamento de Educación, pero no necesitamos gastar más de US$ 3 billones en el transcurso de unas pocas décadas en un departamento que claramente está fallando en su intención inicial de educar a nuestros estudiantes”, dijo Leavitt.
“Cualquier función crítica del departamento como esa permanecerá, pero nuevamente, estamos reduciendo en gran medida la escala y el tamaño de este departamento”, agregó.
Trump ha argumentado públicamente a favor de trasladar algunas de las responsabilidades de la agencia a otros departamentos dentro del Gobierno federal. Por ejemplo, ha dicho que la supervisión del programa de préstamos estudiantiles podría caer bajo la Administración de Pequeñas Empresas, que supervisa préstamos comerciales separados.
Sin embargo, el Departamento de Educación ha luchado por encontrar una agencia alternativa viable para gestionar su enorme cartera de deuda estudiantil, según dos fuentes involucradas en las discusiones. La cartera de préstamos totaliza una asombrosa deuda de US$ 1,8 billones, con un estimado del 40% de los préstamos vencidos, dijeron las fuentes, un aumento de lo que CNN ha informado previamente basado en información disponible públicamente.
Casi la mitad de los empleados del Departamento de Educación han sido notificados de que podrían ser despedidos. Además, una serie de programas destinados a promover la diversidad y establecer protecciones para estudiantes transgénero han sido revertidos.
A medida que se difundía la noticia del decreto del presidente el miércoles por la noche, el personal del departamento que estaba entre los 1.300 recientemente despedidos recibió un correo electrónico del jefe de recursos humanos instruyéndoles a programar un tiempo para recoger artículos personales de su oficina y devolver dispositivos gubernamentales.
A cada empleado se le dará 30 minutos para empacar sus artículos, y se les instruyó que proporcionaran sus propias cajas y cinta para empacar sus pertenencias.
Algunos empleados de larga data del departamento estaban tambaleándose por el decreto largamente anticipado y todavía tratando de averiguar qué presagiaría para su trabajo y sus empleos.
Un empleado actual del departamento dijo que muchos dentro de la agencia sienten que el decreto es una “bofetada en la cara y patearnos mientras estamos abajo” después de los despidos masivos.
“Este decreto subraya que Linda McMahon, Donald Trump y el resto de esta administración siguen ignorantes sobre lo que realmente hace nuestra agencia y cómo sus esfuerzos por desmantelarla afectarán negativamente a los niños y las familias en todo el país”, dijo el empleado, que solicitó el anonimato por temor a represalias, a CNN.
En su campaña, Trump prometió que tomaría medidas para desmantelar la agencia una vez en el cargo nuevamente, señalando al departamento como un signo de extralimitación federal y lo vinculó a cuestiones de guerra cultural.
“Le dije a Linda (McMahon): ‘Linda, espero que hagas un gran trabajo poniéndote fuera de un trabajo.’ Quiero que se ponga fuera de un trabajo, el Departamento de Educación”, dijo Trump en febrero.
Como muchos de los decretos de Trump, es probable que el decreto de educación enfrente desafíos legales. Los sindicatos que representan a los maestros denunciaron la acción antes del evento de Trump.
“Donald Trump y Elon Musk han apuntado su bola de demolición a las escuelas públicas y al futuro de los 50 millones de estudiantes en comunidades rurales, suburbanas y urbanas en todo Estados Unidos, desmantelando la educación pública para pagar recortes de impuestos para los multimillonarios”, dijo la presidenta de la Asociación Nacional de Educación, Becky Pringle, en un comunicado.
“Si tiene éxito, las acciones continuas de Trump perjudicarán a todos los estudiantes al aumentar el tamaño de las clases, recortar los programas de capacitación laboral, hacer que la educación superior sea más cara e inaccesible para las familias de clase media, eliminar los servicios de educación especial para estudiantes con discapacidades y desmantelar las protecciones de derechos civiles para los estudiantes”, dijo.
Kayla Tausche de CNN contribuyó a este informe.
