El presidente Donald Trump firmó el jueves una orden ejecutiva sobre inteligencia artificial que revocará políticas gubernamentales anteriores que según su decreto “actúan como barreras para la innovación estadounidense en IA”.
Para mantener el liderazgo mundial en tecnología de IA, “debemos desarrollar sistemas de IA que estén libres de sesgos ideológicos o agendas sociales manipuladas”, dice la orden de Trump.
La nueva orden no especifica qué políticas existentes están obstaculizando el desarrollo de la IA, pero se propone rastrear y revisar “todas las políticas, directrices, regulaciones, órdenes y otras acciones tomadas” con base en la amplia orden ejecutiva para la IA emtida por el expresidente Joe Biden en 2023, que Trump rescindió el lunes.
Cualquiera de esas acciones del mandato de Biden debe ser suspendida si no se ajusta a la nueva directriz de Trump de que la IA debería “promover el florecimiento humano, la competitividad económica y la seguridad nacional”.
Pide también el desarrollo de un plan de acción sobre la inteligencia artificial dentro de 180 días. Al frente del trabajo estará un pequeño grupo de funcionarios de tecnología y ciencia de la Casa Blanca, incluido un nuevo asesor especial para IA y criptomonedas, un papel que Trump le ha dado a David Sacks, capitalista de riesgo y ex ejecutivo de PayPal.
Apenas horas después de regresar a la Casa Blanca el lunes, Trump derogó las medidas de protección establecidas por Biden en 2023 para la tecnología de IA de rápido desarrollo.
Hasta el jueves, no estaba claro si Trump planeaba reemplazar la política insignia de Biden para la IA con su propia orden. Trump también había firmado órdenes ejecutivas sobre IA en su mandato anterior, que todavía están vigentes.
Buena parte de la orden de Biden en 2023 puso en marcha una carrera en las agencias gubernamentales para estudiar el impacto de la IA en todo, desde los riesgos en la ciberseguridad hasta sus efectos en la educación, los lugares de trabajo y las prestaciones públicas, con especial atención en asegurar que las herramientas de IA no estuvieran dañando a la gente. Ese trabajo está hecho.
Una pieza importante que aún quedaba —hasta que Trump la rescindió el lunes— fue un requisito de que las empresas tecnológicas que construyen los modelos de IA más poderosos compartan detalles con el gobierno sobre el funcionamiento de esos sistemas antes de que sean presentados al público.
El enfoque de la orden de Trump en el “florecimiento humano” hace eco del lenguaje de la añeja promesa de su campaña de cancelar la política de IA de Biden una vez que volviera a la Casa Blanca. También va en línea con las ideas defendidas por el multimillonario Elon Musk, asesor de Trump, quien ha advertido sobre los peligros de lo que él llama “IA progresista”, que refleja sesgos liberales.
En un comunicado, Americans for Responsible Innovation, una organización sin fines de lucro, dijo que Trump ha “dejado claro desde el primer día que su principal prioridad en IA es superar en innovación al resto del mundo”.
“La orden ejecutiva de hoy es una medida temporal hasta que el gobierno tenga la oportunidad de desarrollar una estrategia completa para ejecutar esa visión”, declaró el director ejecutivo de la organización, Eric Gastfriend.
Las agencias ya habían congelado el trabajo en políticas de IA iniciado por el gobierno pasado tras la derogación el lunes por parte de Trump de la orden ejecutiva de Biden sobre IA, señaló Gastfriend.
“Esta nueva instrucción no debería ser una sorpresa”, apuntó.
