Donald Trump ya tiene recambio para el puesto de fiscal general de Estados Unidos. Tras la retirada por parte de Matt Gaetz de su candidatura por sus escándalos sexuales, el presidente electo ha cubierto ese vacío horas después al proponer a la antigua fiscal general de Florida Pam Bondi, una fiel aliada. Bondi, de 59 años, tiene una larga experiencia como fiscal y abogada, algo de lo que carecía Gaetz. La ahora propuesta estuvo en el equipo legal que defendió al presidente en su primer juicio político (impeachment) y está entregada al trumpismo.
Trump se convierte en el primer presidente republicano que elige a una mujer para encabezar el Departamento de Justicia. Aunque su expediente no es inmaculado, Bondi no debería tener problemas para lograr la confirmación del Senado, dada su trayectoria. Gaetz prefirió retirarse tras comprobar que tenía muy difícil lograr el apoyo de una mayoría de senadores por culpa de sus escándalos sexuales con menores y los relacionados con el consumo ilegal de drogas, entre otros. Incluso senadores del Partido Republicano le daban la espalda.
Al lado de los escándalos de Gaetz, las dudas sobre la legalidad de la financiación de las campañas de Bondi para fiscal, sus conexiones con la iglesia de la Cienciología y alguna que otra mancha más en su historial no parecen suficientes para descalificarla. Es muy conservadora. En representación de Florida, se opuso al matrimonio entre personas del mismo sexo y a otros derechos LGBT. También lideró junto a los fiscales generales de otros Estados republicanos los intentos de declarar inconstitucional Obamacare, la ley de asistencia sanitaria asequible.
La lealtad a Trump de Bondi, por otro lado, está comprobada. Formó parte del equipo que trató de impugnar las elecciones de 2020 cuando el republicano no fue capaz de asumir su clara derrota frente a Joe Biden. Antes, había formado parte del equipo que defendió a Trump de su primer impeachment. El presidente electo dijo en ocasiones en campaña que su presidencia sería revanchista y que quería perseguir a sus rivales políticos. Bondi parece encajar también en ese papel. En la convención republicana que coronó a Donald Trump en Cleveland como candidato republicano en 2016, se sumó a los gritos de “Enciérrala” contra la candidata demócrata, Hillary Clinton. “Encerrarla. Me encanta eso”, dijo desde la tribuna.
Bondi también estuvo entre quienes desfilaron por Nueva York para mostrar su apoyo a Trump cuando estaba siendo juzgado por el caso Stormy Daniels. En dicho juicio, Trump acabó siendo declarado culpable por un jurado popular de 34 delitos de falsificación de facturas, cheques y registros contables para ocultar los pagos a una actriz de cine porno y tapar así un escándalo que podría haberle perjudicado en las elecciones de 2016.
“Me enorgullece anunciar a la ex fiscal general del Gran Estado de Florida, Pam Bondi, como nuestra próxima fiscal general de Estados Unidos”, ha anunciado Trump a través de su red social, Truth. “Pam fue fiscal durante casi 20 años, en los que fue muy dura con los delincuentes violentos e hizo que las calles fueran seguras para las familias de Florida. Luego, como primera mujer fiscal general de Florida, trabajó para detener el tráfico de drogas mortales, y reducir la tragedia de las muertes por sobredosis de fentanilo, que han destruido muchas familias en todo nuestro país. Hizo un trabajo tan increíble, que le pedí que formara parte de nuestra Comisión de Abuso de Drogas y Opioides durante mi primer mandato ¡Salvamos muchas vidas!”, ha añadido el presidente electo.
Bondi, que defendió a Trump como abogada, ahora podrá defenderlo como fiscal, junto a varios miembros del equipo que han hecho el mismo trayecto. La semana pasada, Trump nombró a sus abogados personales Todd Blanche, Emil Bove y John Sauer para ocupar altos cargos en el Departamento de Justicia.
Entre sus primeras tareas estará enterrar los dos casos federales por los que el presidente electo fue imputado: uno, por los papeles secretos que retuvo en Mar-a-Lago y otro, por intentar robar las elecciones de 2020. El republicano dijo en campaña que una de las primeras cosas que haría sería despedir a Jack Smith, el fiscal especial que le ha investigado en ambos casos. Es posible que Smith dimita antes de que Trump tome posesión, pero si no, será a la nueva fiscal general a quien le corresponda destituirlo. Una vez asumido el control de esos casos, el desenlace previsible es que sean retiradas las acusaciones.
Como responsable del Departamento de Justicia, Bondi también deberá decidir sobre el alcance de los indultos y medidas de gracia que Trump ha prometido en campaña al millar de procesados y condenados por el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Trump se ha referido a ellos como “patriotas”, “rehenes” y “presos políticos”.
“Durante demasiado tiempo, el Departamento de Justicia [DOJ] partidista ha sido utilizado como arma contra mí y otros republicanos”, ha escrito Trump, pasando por alto el hecho de que sus imputaciones, decididas por un gran jurado en cada uno de los casos, eran por hechos presuntamente constitutivos de decenas de delitos. “Pam volverá a centrar el DOJ en su propósito previsto de la lucha contra la delincuencia, y hacer Estados Unidos seguro de nuevo. Conozco a Pam desde hace muchos años. Es inteligente y dura, y es una luchadora de América Primero, que hará un excelente trabajo como fiscal general”, ha añadido.
Bondi ejerció el cargo de fiscal general de Florida entre 2011 y 2019, cuando el gobernador de dicho Estado era Rick Scott, que ahora es senador. Scott es otro trumpista acérrimo, que estaba dispuesto a que el Senado se declarase en receso para que el presidente electo pudiese designar a sus altos cargos sin pasar por el proceso de confirmación de la Cámara alta. Sus compañeros senadores prefirieron, sin embargo, elegir como líder del grupo parlamentario a John Thune.
La propuesta para fiscal general era hasta ahora presidenta del Centro de Litigios del America First Policy Institute, un grupo de expertos que trabaja con la transición de Trump. También es socia de Ballard Partners, la firma de relaciones públicas y grupos de presión en la que trabajaba también la nueva jefa de gabinete de Trump, Susie Wiles.
Bondi fue acusada por un fiscal de Massachusetts de soborno por una contribución de campaña de 25.000 dólares que recibió de Trump en 2013. Bondi pidió la donación casi al mismo tiempo que se preguntaba a su oficina sobre una investigación en Nueva York de presunto fraude en la Universidad Trump. En 2017, se determinó que no había pruebas suficientes para que la denuncia prosperase.
En 2013, mientras ocupaba el cargo de fiscal general de Florida, se disculpó públicamente por pedir que se retrasara la ejecución de un hombre condenado por asesinato porque entraba en conflicto con una recaudación de fondos de campaña. Dijo que se había equivocado y que lamentaba haber pedido al entonces gobernador Rick Scott que retrasara tres semanas la ejecución de Marshall Lee Gore.