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Un memorando parece permitir a los funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas centrarse en los dos programas que dejaron entrar a más de un millón de personas.
El gobierno de Donald Trump está otorgando a los funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas el poder de deportar rápidamente a los migrantes a quienes se permitió entrar temporalmente en el país en virtud de los programas de la era Joe Biden, según un memorando interno del gobierno obtenido por The New York Times.
El memorando, firmado el jueves por la noche por el jefe en funciones del Departamento de Seguridad Nacional, ofrece a los funcionarios del ICE una hoja de ruta sobre cómo utilizar poderes de amplia gama que durante mucho tiempo estuvieron reservados solo a los encuentros en la frontera sur para expulsar rápidamente a los migrantes. También parece otorgar a los funcionarios la capacidad de expulsar a los migrantes en dos importantes programas de la era Biden que han permitido la entrada temporal en el país de más de un millón de personas.
Esos programas —una aplicación llamada CBP One que los migrantes podían utilizar para intentar concertar citas para entrar a Estados Unidos, y una iniciativa que permitía la entrada de ciertos migrantes que huían de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití— fueron pilares fundamentales de los esfuerzos del gobierno de Biden para desalentar las entradas ilegales permitiendo ciertas vías legales. A los defensores de los migrantes también les preocupaba que el memorando pudiera aplicarse a los migrantes afganos y ucranianos traídos a Estados Unidos en virtud de programas distintos.
La decisión indica que el presidente Trump intentará utilizar todas las facetas del aparato de control de la migración para acabar con un sistema del que ha dicho durante mucho tiempo que se ha abusado, y que tiene la intención de dirigirse no solo a quienes cruzaron furtivamente la frontera, sino incluso a quienes siguieron vías previamente autorizadas para entrar.
También es seguro que suscitará temores entre una gran clase de migrantes, muchos de los cuales habían huido de condiciones desesperadas, creían que estaban en Estados Unidos legalmente y podrían tener miedo de regresar a sus países de origen, a menudo peligrosos.
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