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SANTIAGO SIGUERO
Actualizado
En los malos momentos, y este en el Madrid lo es, es inevitable pensar qué falló. Qué ha cambiado en un equipo que, en la 23-24, ganó tres títulos de cuatro y que, además, ha añadido a Kylian Mbappé, uno de los mejores futbolistas del mundo.
Sin embargo, en este Madrid, al menos en las grandes citas de la temporada, han pesado más las ausencias que las presencias. Las salidas de Toni Kroos, Nacho y Joselu han dejado tiritando el arsenal táctico de Carlo Ancelotti, que no acaba de dar con la tecla a pesar de contar con una plantilla, pese a la escasez de refuerzos, claramente superior al rendimiento del equipo en este ejercicio.
Sin Kroos, sin brújula
En este sentido, la marcha de Kroos es, de largo, la que más está afectando al equipo. Hasta el punto de que, en la final de la Supercopa de España, Ancelotti decidió obviar el centro del campo para buscar una conexión directa entre la defensa y la delantera. No parece que el entrenador italiano confíe demasiado en la capacidad de generar fútbol de sus centrocampistas (Fede y Camavinga fueron los elegidos ante el Barça), ya que no es la primera vez que el italiano opta por una solución tan drástica como poco estética. Sin duda, el planteamiento hubiera sido otro con Kroos en el equipo, pero el alemán decidió dejar el Madrid en su mejor momento, tras su mejor temporada de blanco, determinante en los éxitos del equipo en España y Europa. Cabezonería del alemán o exceso de confianza por parte del club, lo cierto es que Kroos vio desde su casa el absoluto desprecio por parte de su ex equipo a la posición en la que impartió cátedra en el Bernabéu durante una década.
Nacho, el comodín atrás
También tras finalizar contrato se fue Nacho a Arabia, a pesar de que el club deseaba que continuara y el jugador tuvo dudas hasta el final. El canterano, que la pasada temporada fue el encargado como capitán de levantar Supercopa, Liga y Champions, fue otro de los destacados la pasada temporada, cuando las lesiones de Militao y Alaba le dieron una vitola de titular poco habitual durante su larga etapa en la primera plantilla del club de su vida. Sin embargo, la polivalencia del canterano siempre le permitió firmar buenos números, porque, aunque su posición era la de central, por ambos perfiles, también podía jugar en cualquiera de los dos carriles. De hecho, jugó 55 partidos como ‘2’, una posición en la que el Madrid acusa en exceso la lesión de Carvajal, y 66 como ‘3’, un puesto en el que esta temporada ni Mendy ni Fran García acaban de imponerse.
Joselu, un 9 puro
De haber seguido en el equipo, hay pocas dudas de que tanto Kroos como Nacho hubieran sido titulares en Yeda. Quizá no Joselu, pero su marcha también ha dejado un agujero de considerables dimensiones en la plantilla. De hecho, hubiera sido el jugador perfecto para esa táctica del pelotazo que el Madrid empleó ante el Barcelona, por su capacidad para recibir de espaldas y aguantar el balón hasta la llegada de la segunda línea. Desde luego, mucho más apto para esa tarea que los tres delanteros del Madrid el pasado domingo. Además, su juego aéreo ofrecía a Ancelotti otra variante cuando los partidos se cerraban.
Quizá no sea justo acordarse a estas alturas de los que ya no están. Pero lo cierto es que el club decidió el pasado verano apostar por Mbappé (y Endrick, un proyecto más a largo plazo) y dejar a Ancelotti sin tres especialistas a los que, en especial tras catástrofes como la de la Supercopa, el madridismo sigue echando de menos.