SEÚL –
Los trabajadores nunca tuvieron una oportunidad.
El vídeo de seguridad de una fábrica de baterías de litio al sur de Seúl, en la ciudad de Hwaseong, el lunes por la mañana, muestra humo ondeando mientras un trabajador se apresura a mover las cajas de baterías y otro rocía inútilmente un extintor de incendios.
Los casos comienzan a explotar en un destello amarillo antes de que la cámara se apague.
Mientras las explosiones sacudían la calle, los bomberos en el lugar sólo podían observar cómo 23 personas morían en el incendio de una planta química más mortífero en la historia de Corea del Sur.
El número de víctimas también fue notable porque 18 de las víctimas eran extranjeros (17 de China y uno de Laos), lo que hace que el país se centre cada vez más en los trabajadores migrantes y las duras condiciones laborales que a veces enfrentan.
Los bomberos trabajan en el lugar en llamas de la fábrica.
(Hong Ki-won/Associated Press)
“Expuso las realidades de la búsqueda de mano de obra barata por parte de Corea del Sur”, dijo Choi Jung-kyu, un activista laboral y abogado que ayuda a las familias de los muertos.
Las bajas tasas de natalidad provocaron una grave escasez de mano de obra manufacturera, que los surcoreanos abandonaron cada vez más debido a los bajos salarios y las duras condiciones laborales. Trabajadores de China y el Sudeste Asiático están ocupando su lugar.
Actualmente, hay unos 426.000 trabajadores migrantes temporales en Corea del Sur, de los cuales unos 165.000 son coreanos étnicos procedentes de China o Asia Central, que tienen derecho a recibir visas especiales para vivir y trabajar en este país. Se espera que el país agregue al menos 165.000 personas este año.
Los inmigrantes suelen encontrar trabajo en empresas manufactureras pequeñas y medianas, donde los defensores laborales dicen que los estándares de seguridad son laxos en comparación con los lugares de trabajo más grandes y los accidentes son comunes.
En Corea del Sur, los extranjeros representaron alrededor del 9% de la fuerza laboral manufacturera en 2021, pero representaron el 18% de sus 184 muertes accidentales, informó The Times el año pasado.
Los trabajadores que murieron esta semana fueron enviados por una agencia temporal a Aricell, un proveedor de baterías de litio para el ejército de Corea del Sur.
El jefe regional de bomberos, Jo Seong Ho, dijo en una conferencia de prensa el martes que la compañía había violado previamente las normas de seguridad.
En 2019, fue multada por almacenar 23 veces la cantidad permitida de litio. Un año después, se le ordenó reparar los sistemas de seguridad contra incendios defectuosos.
Durante una inspección de seguridad de rutina en marzo pasado, el departamento de bomberos local clasificó el edificio que se quemó esta semana como un riesgo potencial de incendio. Y a pesar de que una batería defectuosa se incendió apenas dos días antes del incendio, la empresa no avisó a los bomberos.
Los bomberos llegarán al lugar de la fábrica el martes.
(Lee Jin Man/Prensa Asociada)
Cuando los bomberos pudieron entrar al edificio, cinco horas después de que estallara el incendio, los cuerpos de las víctimas estaban tan carbonizados que se necesitaron cuatro días para identificarlos mediante pruebas de ADN.
Fueron encontrados en el segundo piso cerca de la pared más alejada de la salida. Las autoridades creen que accidentalmente quedaron atrapados dentro en el caos del incendio.
“Parece que los trabajadores fueron víctimas de vapores tóxicos que se propagaron en un período de tiempo muy corto”, dijo Joe. “La mayoría de ellos eran jornaleros, por lo que creemos que su ignorancia sobre el diseño del edificio también influyó”.
El jueves, la policía allanó las oficinas de Aricell y la agencia de trabajo temporal que proporcionaba a los trabajadores, arrestando a cinco personas en una investigación sobre si la empresa violó las leyes de seguridad industrial.
Park Sung-kwan, director ejecutivo de la empresa, se disculpó por el incidente pero negó las acusaciones de negligencia en la seguridad de los trabajadores.
“Realizamos capacitación de seguridad periódica y recibimos inspecciones de seguridad periódicas”, dijo Park en una conferencia de prensa en la planta el martes. “Tenemos sistemas de alarma contra incendios, extintores y guías de evacuación para ayudar a las personas a encontrar salidas fácilmente”.
El martes llega un vehículo del equipo de investigación de la escena del crimen de Corea del Sur.
(Lee Jin Man/Prensa Asociada)
Choi, el abogado laboralista, cuestionó cuán inadecuada era la capacitación en seguridad de la empresa.
“¿Sería de alguna utilidad para los jornaleros lo que ellos llaman capacitación rutinaria en seguridad?” él dijo. “Es un sistema que tiene fallas fundamentales porque no es como si fueran a rehacer todo el entrenamiento de seguridad cada vez que llega alguien nuevo”.
Los expertos dicen que las baterías de litio pueden quemarse debido a la humedad, influencias externas o una fabricación defectuosa, lo que convierte a los incendios en una amenaza constante para la que los fabricantes deben estar preparados.
El producto de Aricell, una batería recargable de grado militar, era particularmente peligroso, según Park Chul-wan, experto en baterías de la Universidad Seojong.
Las baterías utilizadas en dispositivos militares portátiles, como los walkie-talkies, contienen una sustancia química llamada cloruro de tionilo, que se prefiere por su alta densidad de energía. Sin embargo, si se vaporiza en un incendio, la sustancia química es altamente corrosiva para los ojos, la piel y la garganta.
Un oficial de policía se encuentra afuera de la fábrica el martes.
(Lee Jin Man/Prensa Asociada)
“Esto hace que la ventana para llegar a un lugar seguro sea increíblemente corta”, dijo Park. “Cuando la habitación se llena de este vapor, alguien inmediatamente entra en pánico y cae al suelo”.
Los incendios de baterías de litio son muy difíciles de apagar. Debido a que las temperaturas pueden alcanzar rápidamente más de 2000 grados, los extintores estándar o incluso el agua de los aspersores no funcionarán.
La mejor esperanza, dijo Park, es un volumen extremadamente grande de agua o un extintor especial para incendios de metales.
Un hombre con una venda en la mano derecha y un yeso en la pierna izquierda mira el edificio en llamas el martes.
(Lee Jin Man/Prensa Asociada)
Sin embargo, en Corea del Sur, la ley no exige el suministro de estos extintores. Y aunque la empresa dijo que había algunos de esos extintores en el edificio, no eran los que llevaban los trabajadores.
Afuera de la estación de bomberos, un familiar de uno de los migrantes fallecidos pasó junto a los camiones de bomberos hasta que fue detenido por un grupo de periodistas.
“¿Qué es esto?” él dijo. “Había que respetar la seguridad. Hemos obligado a los extranjeros a realizar la forma más baja de trabajo. ¿Cómo puede mantenerse esto?
