Colaboradora de campo relata cómo los norcoreanos conocen a Jesús
El deseo de ver a los norcoreanos conocer a Jesús cambió la vida de la cristiana Han (seudónimo). Hoy, como colaboradora de campo de Puertas Abiertas, está involucrada en la formación de norcoreanos ocultos en China, especialmente mujeres víctimas de la trata de personas. En una entrevista, compartió su historia y ofreció un vistazo a este trabajo secreto y crucial que ella y otros realizan para ayudar a los refugiados norcoreanos.
Anunciando el evangelio a las mujeres
Han dejó un empleo corporativo para anunciar las buenas nuevas a los miembros de su linaje norcoreano. “Solía trabajar en marketing y no estaba interesada en Corea del Norte. Eso cambió después de que me convertí al cristianismo en 2006. De repente, me di cuenta de que había vivido más de 30 años sin hacer nada por la gente de allí, aunque compartimos la misma sangre. Me arrepentí por nunca haberme preocupado por ellos”, relata.
Hoy, como trabajadora de campo de Puertas Abiertas, se reúne cada mes con mujeres norcoreanas en China para enseñarles sobre la Biblia y espera que algunas de ellas se conviertan en futuras líderes de la iglesia norcoreana. “La mayoría de estas mujeres fue forzada a casarse con hombres chinos. Organizo cultos secretos con ellas y les brindo la ayuda que necesitan. Son muy agradecidas. Me gustaría poder contarles sobre el apoyo de tantos donantes, pero no pueden saber sobre la ayuda extranjera; es muy peligroso”, explica Han.
El ministerio con mujeres que lleva a Jesús a las norcoreanas en China
“El mundo de estas mujeres es muy pequeño. Es difícil construir confianza con ellas. Corea del Norte las adoctrinó contra la Biblia y el cristianismo. Al principio son muy reticentes. Además, muchas de estas mujeres han pasado por eventos traumáticos. Algunas están siendo abusadas por sus maridos o familiares”, añade Han.
La mayoría de las norcoreanas apoyadas tienen un pasado difícil. “Una joven tenía a su madre gravemente enferma en Corea del Norte. Ella tenía cáncer, pero la familia no tenía dinero para costear el tratamiento médico. La hija quiso ir a China para ganar dinero y buscó a una intermediaria. Esta le prometió llevarla y le dijo que no era difícil conseguir un buen empleo. Sin embargo, la engañó y la vendió a un esposo chino por unos siete mil dólares. Por eso no pudo regresar a Corea del Norte”, relata Han.
¿Cómo orar por el proyecto con norcoreanos?
“Esta joven aún no es cristiana, pero participa fielmente en las reuniones, así que tenemos esperanza de que permita que Dios entre en su corazón. Siempre tenemos miedo de que alguien nos denuncie a la policía. Hoy en día, cualquier tipo de reunión es sospechosa en China. El gobierno no ve con buenos ojos que grupos se reúnan, especialmente cristianos, y aún más si son cristianos norcoreanos. Si hacemos mucho ruido o alguien en el vecindario se vuelve desconfiado, podríamos ser denunciados y arrestados fácilmente. ¿Quién sabe qué pasará entonces? Especialmente con las mujeres norcoreanas. Podrían ser enviadas de vuelta a su país”, relata la colaboradora.
Cuando se le pregunta cómo orar por los refugiados norcoreanos, Han responde: “Sobre todo, oren por protección. Hay muchos espías. Siempre existe la posibilidad de que uno de los miembros del grupo sea un agente secreto. Además, el gobierno chino ha capturado a más refugiados. Recientemente, algunos cientos de norcoreanos, en su mayoría mujeres, fueron enviados de regreso y encarcelados en Corea del Norte”.
“Oren también por los corazones de las refugiadas norcoreanas, para que reciban a Jesús, quien toca a la puerta de sus corazones. Finalmente, oren por más trabajadores dispuestos a correr riesgos para apoyar a los cristianos norcoreanos”, concluye Han.
Dona y apoya a un cristiano norcoreano
Los cristianos que huyen de Corea del Norte hacia China viven en condiciones muy difíciles y no pueden trabajar normalmente, ya que corren el riesgo de ser capturados por la policía china. Haz una donación y brinda ayuda de emergencia, refugio y medicinas a los cristianos norcoreanos.