El idilio de TAG Heuer con el automovilismo está en los genes de la marca. Sobradamente conocidos son modelos históricos como el Monaco o el Carrera, pero también su alianza con el fascinante mundo de los monoplazas. De hecho, el primer reloj que llevó el nombre TAG Heuer fue el TAG Heuer Formula 1 de 1986, y se convirtió en todo un fenómeno de coleccionismo gracias a sus audaces combinaciones de colores y a un diseño futurista y rejuvenecido, que fue capaz de introducir a nuevas generaciones de clientes en la relojería suiza. Aquel era un reloj de cuarzo, fiel al espíritu de los tiempos. Pero la nueva entrega de la saga traslada ese espíritu al robusto, fiable y absolutamente automático Calibre 16 de la marca.
De hecho, la palabra “Automatic” figura en la esfera de estos nuevos cinco relojes, presentados en enero en el marco de LVMH Watch Week, y que se han desvelado el 21 de enero: cuatro cronógrafos y el nuevo TAG Heuer Formula 1 Chronograph x Oracle Red Bull Racing.
En todos los modelos, los materiales vanguardistas, la ergonomía y los detalles gritan Formula 1 por los cuatro costados. Por ejemplo, el TAG Heuer Formula 1 Chronograph. Vale la pena prestar atención a su bisel con microperforaciones que remiten a los discos de freno, al bisel taquimétrico o a los detalles en rojo brillante, en azul o en verde lima que aportan un estallido de color a un diseño inspirado en el mundo de los monoplazas.
Pero la joya de la corona es un cronógrafo automático de edición especial en colaboración con Oracle Red Bull Racing, la escudería con la que lleva colaborando desde 2016. En este modelo, la caja de titanio de grado 2, el bisel taquimétrico con inserción de carbono forjado y la esfera opalina azul con motivo de bandera a cuadros elevan el horizonte estético y tecnológico del reloj. El anillo que separa la caja del bisel está lacado en un tono brillante, y la correa bicolor, roja y azul, evoca los tonos de Oracle Red Bull Racing.