SpaceX ultima los preparativos para el séptimo vuelo de prueba de su cohete Starship, un paso crucial en el desarrollo de este sistema diseñado para futuras misiones a la Luna y Marte.
El lanzamiento está programado para el próximo 13 de enero a las 10:00 a.m., hora de México, desde Starbase, el centro espacial de la compañía ubicado en Boca Chica, Texas. Por primera vez, el Starship llevará carga: diez réplicas de los satélites Starlink de última generación.
Este vuelo será clave para evaluar la capacidad del cohete de transportar satélites más grandes y pesados, una meta que SpaceX se ha trazado con miras a lanzar la próxima generación de Starlink. Estos satélites de banda ancha han sido un pilar fundamental para la compañía de Elon Musk, con millones de usuarios en todo el mundo.
A diferencia de la prueba realizada en noviembre pasado, en esta ocasión SpaceX intentará nuevamente recuperar la primera etapa del Starship, conocida como Super Heavy. Esta etapa será equipada con un motor Raptor previamente utilizado en el quinto vuelo de prueba. El objetivo es que el Super Heavy regrese a una plataforma en Starbase y sea capturado por brazos mecánicos, un procedimiento que ya fue exitoso en una prueba previa.
Para garantizar mejores resultados, se han implementado actualizaciones en la torre de captura, incluyendo la protección de los sensores de los brazos mecánicos, que sufrieron daños en el lanzamiento anterior. Esto permitirá un aterrizaje más controlado de la primera etapa, evitando desviaciones como las ocurridas previamente.
Durante el vuelo, el Starship completará una trayectoria suborbital, que durará aproximadamente una hora. Finalmente, realizará un amarizaje controlado en el Océano Índico, un procedimiento que ya ha sido probado con éxito en misiones anteriores.
Además, esta prueba debutará con varias mejoras significativas en el diseño del cohete. SpaceX ha reducido el tamaño de las alas superiores del Starship y las ha reposicionado más cerca de la punta, lo que disminuye su exposición al calor. También se ha optimizado el escudo térmico, aumentando la confiabilidad y el rendimiento del sistema.
Con este vuelo, SpaceX busca afianzar su objetivo de lograr la reutilización completa del Starship, un avance crucial para reducir costos y aumentar la frecuencia de lanzamientos. La compañía anticipa un 2025 ambicioso, con decenas de vuelos de prueba y la posibilidad de misiones tripuladas y de carga hacia destinos como la Luna y Marte.
“Este nuevo año será transformador para Starship, con el objetivo de realizar misiones cada vez más ambiciosas a medida que avanzamos hacia la posibilidad de enviar humanos y carga a la órbita de la Tierra, la Luna y Marte”, declaró SpaceX en un comunicado. El lanzamiento del próximo 13 de enero será un paso más hacia esta meta audaz.
