Dos clubes, una ilusión. La definición de la Liga Profesional descubre a Vélez y a Talleres, de Córdoba, emparejados en 48 puntos, rumbo a la 27ª y última fecha del certamen. La diferencia de gol, que determinará al campeón en caso de igualdad, favorece con amplitud al club de Liniers, que impuso un +20 frente al +9 que ostentan los cordobeses. Hay que retroceder 12 años para encontrar una situación similar en la elite del fútbol argentino: Arsenal, actualmente en la primera Nacional, y Tigre pulsearon por la corona del torneo Clausura 2012; festejó el equipo de Sarandí, favorecido por el triunfo sobre Belgrano, de Córdoba, y la igualdad entre el Matador e Independiente.
Los matices hacen a las campañas y los dos equipos que arribarán en lo más alto de la tabla de posiciones al episodio final desanduvieron una montaña rusa. La imagen más reciente revela a los candidatos anímicamente en modos opuestos: Vélez arrastra un declive pronunciado, con la herida abierta de la caída con Unión (0-1), en Santa Fe.
La anterior derrota -0-3, ante Rosario Central, hizo tambalear a la estructura: 15 puntos, producto de tres victorias y seis empates, de los últimos 30 en juego, una estadística que enredó a un plantel que hasta aquella visita al Gigante de Arroyito marcaba el pulso. Vélez depende de sus propias fuerzas, redescubrirlas es la misión.
En el juego de fortaleza, el ánimo de Talleres está desbordado. El gol de Bruno Barticciotto, en La Plata, para la victoria 1 a 0 sobre Gimnasia y Esgrima desató la locura: hasta el entrenador Alexander Cacique Medina se desahogó en el festejo con sus jugadores. Con un hilo de cinco éxitos, La T reanimó un sueño que parecía lejano cuando la aventura desandaba la 21ª fecha. Nueve puntos lo separaban por entonces de Vélez, que en esa jornada derrotó agónicamente a Tigre -1 a 0 con gol de Gian Nardelli en contra-, mientras que los cordobeses caían en el estadio Mario Kempes por 2 a 1 con Lanús, tras estar en ventaja con un gol de Sebastián Palacios.
El recorte de puntos que logró Talleres es fantástico, aunque en un imaginario mano a mano, Vélez también tuvo una brillante recuperación. Así como el sprint final lo encuentra al límite de las virtudes físicas y anímicas, el inicio también se impuso como una madeja que desenredó con fútbol y goles: diseñó un invicto de diez cotejos, con nueve victorias. El primer paso de esa magnífica levantada –arrastraba dos derrotas, dos empates y un triunfo en las cinco primeras jornadas- fue frente a… Talleres, que lo aventajaba por ocho unidades en la tabla (13 a 5, después de cinco encuentros). Brian Romero, Claudio Aquino y Thiago Fernández compusieron la fiesta en Liniers. Fue el primer destello en la campaña de un grupo que se estaba reacomodando a la derrota, en definición por penales, ante Estudiantes, en la Copa de la Liga, y que demostraba que el estilo de juego propuesto por el DT Gustavo Quinteros volvía a prender.
La Liga Profesional es atravesada por otras competencias, nacionales e internacionales, que afectan los rendimientos. El tiempo de recuperación es menor, la posibilidad de lesiones crece con la seguidilla de partidos, diseñar una semana de tareas puede ser caótico entre viajes y múltiples cuidados que un director técnico contempla para con sus jugadores… La Copa Libertadores cruzó la campaña de Talleres, que después de pulsearle el primer puesto en la etapa de grupo a San Pablo se midió con River en los 8avos de final. La eliminación fue un golpe que se sumó a las alteraciones que se produjeron por la pretemporada en Rusia, la venta de Ramón Sosa a Nottingham Forest y la salida, a préstamo, de Nahuel Bustos (San Lorenzo).
Tres semanas después de que se rompiera ese sueño, llegaría otro mazazo con la derrota frente a Boca –definición por penales, tras empatar 1 a 1- por la Copa Argentina. El estreno del segundo ciclo del Cacique Medina empezó torcido –La T tuvo dos veces el juego a su favor y Kevin Mantilla y Franco Moyano fallaron en las ejecuciones- y con un escándalo en las adyacencias de los vestuarios entre el presidente Andrés Fassi y el árbitro Andrés Merlos.
Vélez tiene la virtud de haber jugado todos los partidos que dispuso la AFA para 2024: además de las 27 fechas de la Liga Profesional, fue finalista de la Copa de la Liga y también jugará el juego definitorio de la Copa Argentina. Este miércoles, ante Central Córdoba, de Santiago del Estero, el Fortín tendrá en Santa Fe el primer eslabón para una consagración. Un partido que puede modificar el espíritu para jugar con Huracán, en la última jornada de la Liga Profesional. “Dos finales. Dos sueños; Vamos nosotros. Todos por el mismo sueño”, algunas de las frases motivadoras de la cuenta oficial del club en redes sociales. De concretar el doblete, igualaría la marca de Boca, que en 2015 se alzó con el torneo local y en un escandaloso partido derrotó a Rosario Central en la Copa Argentina.
El domingo, desde las 19.30, Vélez y Talleres serán locales de Huracán y Newell’s, respectivamente. Con el apoyo de sus hinchas, cada uno buscará coronar la campaña y bañarse de gloria. Atrás quedarán los matices que acompañaron la aventura.
