Con la llegada de fin de año, las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, vienen acompañadas de festividades donde diferentes comidas son las protagonistas, perocon el comienzo de la temporada estival muchas personas ven estas fechas como los últimos días para desordenarse en la alimentación y colocarse como meta el partir una “dieta” y desintoxicar el organismo al comenzar el nuevo año.
Sim embargo, las dietas detox, promovidas con frecuencia en redes sociales como TikTok, carecen de sustento científico y suelen ser difundidas por personas sin formación profesional, advierte Samuel Durán, doctor en Nutrición y Alimentación, director del Magíster en Salud Pública de la Universidad San Sebastián.
“El 93% de quienes publicitan estos productos no tienen una profesión declarada, y el 74% afirma haber utilizado el producto”, señala Durán, citando un estudio reciente. Además, destaca que el contenido está dirigido mayoritariamente a mujeres jóvenes y delgadas, perpetuando estándares poco saludables. “Estos videos respaldan afirmaciones infundadas y se necesita una mayor regulación para evitar la difusión de productos nocivos”, enfatiza el experto.
Conoce a continuación los mitos alrededor de las dietas detox post fiestas de fin de año y qué es lo que no debes hacer nutricionalmente hablando.
-Realidad: El mito de que el cuerpo necesita programas de desintoxicación para eliminar toxinas ha sido ampliamente promovido, pero la realidad es distinta. Según Andrea Muñoz, nutricionista y académica de la Universidad de La Frontera, el cuerpo humano está diseñado para desintoxicarse por sí mismo gracias al trabajo conjunto de varios órganos y sistemas.
Durán explica que el cuerpo humano ya cuenta con mecanismos naturales para desintoxicarse. “Tenemos el riñón y el hígado que cumplen esta función. Las toxinas generadas por la digestión o los procesos metabólicos son eliminadas a través de la orina”. Además, enfatiza que no existen estudios que respalden la efectividad de las dietas detox para cumplir esta función. “Se basan solo en pseudociencia, y quienes las recomiendan no suelen ser profesionales de la salud. Hay un negocio detrás que incluye la venta de productos y servicios”, añade.
La creencia en la necesidad de programas o productos détox se debe, en gran parte, a la falta de conocimiento sobre el funcionamiento fisiológico del cuerpo y a una promoción comercial intensa. “Las dietas détox se venden como alternativas fáciles de implementar en casa, pero muchas carecen de sustento científico”, señala Muñoz. Este marketing aprovecha la falta de educación nutricional y presenta soluciones aparentemente rápidas, pero en realidad innecesarias para una persona sana.
El sistema de desintoxicación natural del cuerpo es altamente eficiente y, en condiciones normales, no necesita ayuda externa. Sin embargo, existen excepciones en situaciones patológicas. Por ejemplo, en casos de insuficiencia renal, el cuerpo puede requerir diálisis para eliminar toxinas y mantener el equilibrio. “En personas sanas, no es necesario recurrir a estas ayudas, ya que los mecanismos naturales son suficientes”, explica Muñoz.
-Realidad: “Es falso pensar que una dieta o alimento específico puede restaurar la salud”, señala Durán. El uso de laxantes, ayunos o restricciones severas puede ser peligroso y causar problemas de salud. Además, Durán aclara que no hay evidencia clínica que confirme la efectividad de estas dietas. “No hay estudios en humanos que avalen sus beneficios; solo teorías sin fundamento científico”.
Según la académica UFRO, estas prácticas no solo son ineficaces, sino que también pueden ser riesgosas. “Podrían no solucionar el problema de salud que motivó a seguir este tipo de dieta, dando una falsa sensación de bienestar”, advierte. Además, muchas dietas détox son restrictivas y eliminan grupos importantes de alimentos, lo que puede generar desequilibrios nutricionales, déficit calórico y problemas como anemia, hipoglicemias o pérdida de masa muscular.
Para promover una salud hepática y general, Muñoz destaca que no hay atajos. “Lo efectivo es adoptar patrones dietéticos sanos y estilos de vida saludables”, asegura. Una dieta rica en frutas, verduras, legumbres, pescados altos en omega-3, lácteos bajos en grasa y aceite de oliva, acompañada de un consumo mínimo de alimentos procesados, es clave para mantener el bienestar. Estas prácticas no solo favorecen la salud del hígado, sino que también reducen el riesgo de enfermedades prevalentes en la población actual.
La idea de recurrir a desintoxicaciones tras episodios de comer en exceso es un error que debe ser replanteado, señala Muñoz. “El problema no es desintoxicarse, sino la manera en que se come”, enfatiza. Adoptar una dieta equilibrada a lo largo de la vida no solo es más económico, sino también esencial para prevenir enfermedades y mantener una buena salud. Las soluciones rápidas no reemplazan los beneficios de una alimentación adecuada y sostenida en el tiempo.
-Realidad: Las dietas desintoxicantes, lejos de ser seguras, pueden representar un riesgo significativo para la salud, especialmente en personas con condiciones específicas. Muñoz, advierte que estas prácticas son particularmente peligrosas para personas con diabetes, debido al riesgo de hipoglicemia, así como para mujeres embarazadas, personas con trastornos alimentarios, enfermedad renal o daño hepático. En estos casos, las dietas restrictivas pueden saturar órganos como los riñones o el hígado y dar una falsa sensación de bienestar, agravando las condiciones preexistentes.
Durán señala que la seguridad de las dietas detox depende del tipo de desintoxicación. “El uso de diuréticos, laxantes o la restricción severa de calorías puede generar descompensaciones importantes. Por ejemplo, el consumo excesivo de jugos verdes puede elevar el nivel de ácido úrico y causar cálculos renales”. Subraya también que los productos que se venden como detox no especifican los mecanismos por los cuales supuestamente desintoxican, lo que aumenta su falta de credibilidad.
Muñoz enfatiza que hay señales claras de que una dieta desintoxicante está afectando negativamente la salud. “Sentirse cansado o fatigado puede indicar que no se están cubriendo los requerimientos básicos de energía”, explica. Otros signos incluyen flacidez muscular, piel pálida, pérdida de cabello, uñas quebradizas y lesiones en las comisuras de los labios, que apuntan a deficiencias nutricionales. Incluso enfermarse con frecuencia puede ser un indicio de que el sistema inmunológico está comprometido.
-Realidad: Las dietas desintoxicantes pueden generar una falsa sensación de éxito en la pérdida de peso debido a su carácter restrictivo. Según la nutricionista, estas prácticas suelen provocar una rápida pérdida de peso causada principalmente por deshidratación y pérdida de masa muscular, más que por una reducción real de grasa corporal. La utilización de diuréticos en algunas dietas también contribuye a esta ilusión, pero no representa un método saludable ni sostenible.
Sobre la pérdida de peso, Durán asegura que las dietas detox no son sostenibles. “Son dietas de muy bajas calorías, lo que puede hacer que la persona pierda peso rápidamente, pero a costa de un efecto rebote casi seguro. Además, este tipo de alimentación puede elevar los niveles de cortisol, aumentando el estrés y favoreciendo la recuperación de peso posterior”. También destaca la baja adherencia de estas prácticas debido a sus estrictas restricciones.
Muñoz enfatiza que la pérdida de peso debe ser personalizada y supervisada por especialistas en nutrición. Recomienda evitar dietas genéricas y enfocarse en modificaciones adaptadas a cada individuo, considerando sus necesidades, horarios y hábitos. Además, subraya la importancia de la constancia: “Los cambios no ocurren de la noche a la mañana, pero con paciencia y compromiso, es posible alcanzar un peso saludable de manera sostenible”.
-Realidad: En las consultas nutricionales es común escuchar que muchas personas interpretan síntomas físicos como cansancio, mareos o dolores de cabeza durante una desintoxicación como señales de que la dieta está funcionando. Sin embargo, la académica UFRO, aclara que esto no es cierto: “El sentirse cansado, mareado o con dolores de cabeza no es una señal de ‘desintoxicación’, sino todo lo contrario; la realidad es que son signos de estrés, no de eficacia”.
-Realidad: Un mito común en torno a las dietas desintoxicantes es que ayunar o consumir solo agua acelera el proceso, pero esta creencia está lejos de ser cierta. Muñoz, advierte sobre los riesgos de estas prácticas: “El ayuno prolongado puede causar pérdida de masa muscular y realizar cambios metabólicos significativos. En lugar de ‘desintoxicar’, la realidad es que se aumenta el estrés, afectando la función del sistema inmune y otros procesos vitales, mientras el metabolismo se vuelve más ahorrador, favoreciendo el efecto rebote”.