Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, ha mantenido este martes una reunión con un equipo enviado por la Administración de Joe Biden. El encuentro, un primer acercamiento entre el próximo Gobierno mexicano y el Ejecutivo estadounidense, se llevó a cabo con una pequeña comitiva de cada lado. “Fue reunión muy cordial, hablamos en general sin evidentemente ningún acuerdo, una plática informal”, ha explicado Sheinbaum en una conferencia de prensa convocada al finalizar la reunión. Los temas que discutieron los dos equipos, a grandes rasgos y sin llegar “a detalles ni mucho menos”, fueron la relación comercial entre México y Estados Unidos en el futuro, seguridad, migración y el ingreso ilegal de armas a través de la frontera que comparten los países.
Sheinbaum recibirá en los próximos días la constancia de presidenta electa, después de que el Instituto Nacional Electoral resuelva las impugnaciones a los comicios. Esta semana, la hasta hace poco candidata ha dado dos conferencias de prensa casi seguidas. La primera fue en la tarde del lunes, después de mantener un encuentro con el presidente Andrés Manuel López Obrador. La segunda, la de este martes, tras la reunión con la comitiva estadounidense, compuesta por la asesora en seguridad de Biden, Elizabeth Sherwood-Randall, y el embajador en México, Ken Salazar. Por la parte mexicana, acompañaban a Sheinbaum su coordinador de transición, Juan Ramón de la Fuente, y el exsecretario de Seguridad en Ciudad de México Omar García Harfuch.
Para México, la relación con Washington es sumamente importante, no solo porque comparte problemas que afectan a ambos al tener una frontera conjunta de más de 3.000 kilómetros, sino por ser uno de los socios comerciales clave. En febrero pasado, se superó por primera vez a China como principal exportador de Estados Unidos desde 2002, por un monto de 475.606 millones de dólares el año pasado.
El encuentro duró alrededor de una hora y se llevó a cabo por solicitud de la comitiva estadounidense, que estaba de visita para encontrarse con López Obrador, según detalló De la Fuente al llegar a la sede de campaña. La constante en la conversación, ha dicho Sheinbaum, fue la “colaboración a partir del primero de octubre”, la fecha en que tomará posesión. La charla se ha dado en un contexto amistoso, aunque Estados Unidos se enfrenta a unas elecciones presidenciales el próximo 5 de noviembre, por lo que el Ejecutivo podría cambiar de mano para el grueso del próximo sexenio mexicano. En los comicios, Biden busca la reelección ante un creciente Donald Trump, que anteriormente se ha mostrado muy despectivo hacia los mexicanos.
“Hablamos de nuestro interés de seguir colaborando a partir del entendimiento bicentenario como se ha hecho hasta ahora”, ha asegurado Sheinbaum este martes. Sobre el tema de seguridad, que es uno de los puntos que más importa a Estados Unidos del lado sur de su frontera, ha puntualizado que buscará “seguir llevando esa relación que permite una relación de igualdad y colaboración entre ambos países”. Más tarde compartió un mensaje en X, antes Twitter, con una fotografía junto a Sherwood-Randall, que acompaña al siguiente mensaje: “Continuaremos con la política de amistad, diálogo y entendimiento, con respeto a nuestra soberanía”.
Sheinbaum, que ganó por más de 30 puntos en los comicios del 2 de junio, no ha querido dar mayores detalles de lo que será la política que asuma en algunos temas que afectan a la relación bilateral, como por ejemplo, qué hará con los controles en las fronteras sur y norte. “No llegamos a ningún acuerdo”, ha dicho, “sino sencillamente seguir platicando”. Solo ha rescatado sus promesas de campaña en el asunto de seguridad, cuya política tendrá dos ejes: la atención a las causas y la disminución de la impunidad. Consultada por la prensa, la presidenta electa ha negado tener a la vista algún viaje planeado a Estados Unidos. “No tengo pensado ir hasta este momento, hay mucho trabajo”.
Gran parte de la conferencia de prensa ha girado en torno a una de las máximas preocupaciones que invaden ahora el escenario político nacional, que es la idea de sacar adelante la reforma judicial de López Obrador. Una iniciativa que el presidente busca que se apruebe con la nueva mayoría calificada —dos tercios del Congreso—, que tomará posesión para la próxima legislatura, el 1 de septiembre. El lunes, Sheinbaum aseguró que acordaron con el mandatario llevar a cabo un gran debate con amplios sectores de la sociedad para tratar el tema antes del nuevo periodo legislativo. “Voy a proponer que se haga una encuesta a ver qué opina el pueblo sobre el Poder judicial”, ha agregado este martes.
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