Richard Allen, el exempleado de las farmacías CVS que asesinó a dos adolescentes de Delphi, Indiana, en 2017 fue sentenciado este viernes a 130 años de prisión por sus crímenes.
Allen había sido condenado el pasado 11 de noviembre después de un juicio de cuatro semanas en el que el hombre, de 52 años, se declaró no culpable de los cargos de asesinato de las amigas Abigail Williams, de 13 años, y Liberty German, de 14, ocurridos el 13 de febrero de 2017.
Allen fue sentenciado a 65 años de prisión por cada muerte. Los 760 días transcurridos desde su arresto se contarán para su sentencia.
Los cuerpos de las niñas, que eran amigas íntimas, fueron encontrados cerca de una ruta de senderismo el 14 de febrero de 2017, pero sus asesinatos quedaron sin resolver durante años.
La policía estatal de Indianápolis arrestó a Allen en octubre de 2022. Fue acusado de asesinato después de lo que el superintendente de la policía estatal llamó una “investigación compleja y de largo plazo”.
Los fiscales dijeron que Allen se encontró con las niñas en el Monon High Bridge Trail y que, armado con una pistola, las obligó a bajar una colina y les cortó el cuello.
Un jurado condenó a Allen por cuatro cargos de asesinato: un cargo de asesinato grave y otro de asesinato por cada víctima. Allen se enfrentaba a una sentencia de entre 45 y 130 años de prisión.
Sus abogados dicen que planean apelar. “Richard Allen mantiene su inocencia”, escribieron en un memorando antes de la sentencia.
[Revelan que una de las víctimas mortales del tiroteo en Wisconsin era niña latina]
Los asesinatos sacudieron a la pequeña ciudad de Delphi, una comunidad de alrededor de 2,900 habitantes a unas 60 millas al noroeste de Indianápolis.
Liberty grabó ese día un video en su teléfono, en el que se ve a un hombre que los fiscales alegan que era Allen. Los fiscales también dijeron que se encontró en la escena una bala de calibre .40 sin usar que provenía del arma de Allen y que se vio un Ford Focus negro 2016 en un video de seguridad cercano, y que Allen era dueño del único automóvil de ese tipo registrado en el condado de Carroll cuando ocurrieron los asesinatos.
Los abogados defensores argumentaron que nadie identificó a Allen como el hombre en el video ni fue visto por testigos. También argumentaron que no había evidencia forense o de ADN que lo vinculara con los asesinatos.
Los fiscales reprodujeron una supuesta confesión que Allen hizo el año pasado en una llamada grabada a su esposa desde la cárcel. En ella, dice: “Yo lo hice, yo maté a Abby. Yo maté a Abby y a Libby”.
Su esposa no pareció creerle y dijo que su medicación debía estar alterando su mente.
[Un juez rechaza desestimar los cargos penales contra el exjefe de policía de Uvalde]
Un expsicólogo de la prisión también testificó que Allen le confesó que había matado a las niñas, y los fiscales dijeron que se lo confesó a otros miembros del personal de la prisión.
El abogado defensor de Allen, Brad Rozzi, ha atribuido las confesiones a una crisis de salud mental. Allen estaba detenido en una prisión de máxima seguridad mientras esperaba el juicio. Los abogados defensores también han argumentado que lo mantuvieron en régimen de aislamiento sin el debido proceso.
Los abogados defensores también escribieron en un memorando de sentencia que Allen tiene un largo historial de enfermedades mentales y que había sido tratado por trastorno depresivo mayor y trastorno de ansiedad a lo largo de su vida.
Allen, que era empleado de CVS en el momento de los asesinatos, no era sospechoso hasta que en septiembre de 2022 un empleado voluntario que organizaba miles de documentos descubrió una “hoja de pistas” mal etiquetada.
El documento, que había sido marcado incorrectamente como “limpio”, mostró que Allen se puso en contacto con los investigadores días después de los asesinatos y dijo que había estado en el mismo lugar que las niñas el día en que desaparecieron.
Los abogados defensores han dicho que Allen a menudo caminaba por ese sendero y que acudía voluntariamente a la policía porque quería ayudar en todo lo que pudiera.