El abogado Tony Buzbee hizo una amenaza hace un par de semanas y parece que tiene toda la intención de cumplirla: habría denuncias semanales contra Sean Combs. Y este lunes —una semana después de la última— el rapero, conocido como Puff Daddy o Diddy, ha recibido dos más, y muy graves. Dos hombres, de ahora alrededor de 29 y 33 años, aproximadamente, acusan al rapero de abusar de ellos sexualmente y, en el caso del primero, de violarle, hace dos décadas, cuando eran menores de edad y tenían apenas 10 y 17 años, respectivamente. Con estas dos demandas, Combs acumula alrededor de 135, todas ellas con componentes similares: acoso, abusos sexuales y, en muchos casos, violación. El músico y empresario está en la cárcel a la espera de juicio acusado de tráfico sexual, asociación ilícita y transporte para ejercer la prostitución.
Ambas denuncias han sido interpuestas en la Corte Suprema de Justicia de Nueva York y de manera anónima. La primera es por un hombre que era solo un niño de 10 años cuando, según su versión, fue drogado y violado por Combs en la habitación de un hotel de Nueva York en el año 2005. Según explica, era un aspirante a actor y a rapero que viajó hasta dicha ciudad desde Los Ángeles, California, acompañado de sus padres, para mantener reuniones con directivos del mundo de la música. Según la denuncia del joven, Combs, fundador de la compañía discográfica, le pidió a la familia tener una reunión con el chico a solas. En dicho cuarto, le animó a que interpretara varias canciones y le aseguró que podría “convertirle en una estrella”, según se lee en la demanda. “El denunciante, como cualquier niño de 10 años, le dijo que haría lo que fuera”, reza el texto legal. Después, alguien de su equipo le dio al muchacho un refresco tras el que se sintió “un poco raro”. Entonces Combs le pidió que se acercara más, le empujó y le dijo: “A veces tendrás que hacer cosas que no siempre quieres”. Después quedó semiinconsciente y despertó dolorido; alega que tanto él como uno de sus socios le violaron. Cuando, llorando, pidió ver a sus padres, Combs le amenazó con que, si contaba algo, les haría daño a sus progenitores.
El segundo hombre ha explicado que tenía 17 años cuando, en el año 2008, participó durante tres días en las pruebas de casting para un programa de televisión de talentos llamado Making the Band. El músico y organizador del evento le toqueteó mientras “enfatizaba su poder para controlar el futuro del demandante en la industria musical”; en una segunda jornada, le animó “a demostrar su habilidad para ser un sex symbol, que parecía ser requisito para la imagen de la banda”. Entonces, explica, Combs le obligó a practicarle sexo oral. En el tercer día, le obligó a practicárselo a uno de sus guardaespaldas; cuando él alzó la voz para dudar sobre esas prácticas, fue eliminado del concurso. Después, no pudo volver a entrar en la industria musical durante siete años. Precisamente otra de las denunciantes, la cantante Dawn Richard, fue otra de las participantes de ese mismo concursó. Ella, miembro del grupo musical Danity Kane, acusó a Combs de 21 delitos a mediados de septiembre, explicando que era un jefe que abusaba de la violencia física y verbal, que la obligaba a desnudarse para cantar o que la privaba de sueño y alimento.
Estas no son las primeras demandas por abusos por parte de menores. Tony Buzbee presentó más de 120 personas por violaciones y abusos sexuales el 1 de octubre, y ahí ya había alrededor de 25 de menores, entre otros, un niño de nueve años. Además, el pasado 21 de octubre una mujer le acusó de violarla en el año 2000, cuando ella tenía 13 años. Los abogados de Sean Combs, como ya es habitual, han negado ambas y acusan al abogado Buzbee de buscar publicidad. Mientras tanto, Combs espera en una cárcel de Brooklyn, Nueva York, al juicio, que está previsto para el 5 de mayo de 2025. El juez le ha negado la libertad condicional, incluso bajo fianza.
La primera demanda contra Combs llegó hace un año por parte su exnovia, la cantante Cassie, que le acusaba de violación, abusos y malos tratos. La artista llegó a un acuerdo extrajudicial un día después y decidió retirarla, pero eso abrió la puerta para que, primero con un goteo y después de manera torrencial, hayan seguido llegando denuncias contra el ganador de tres Grammy, con una fortuna estimada de entre 600 y 1.000 millones de dólares. Ahora puede enfrentar una pena de prisión que le mantendría en la cárcel durante el resto de su vida.