Hacer ejercicio es importante para mantener una buena salud. La intensidad y el tipo de la actividad física puede variar teniendo en cuenta la edad y si tiene alguna enfermedad.
Muchas personas se cuestionan si es posible hacer ejercicio cuando padecen de enfermedades crónicas, como la diabetes, hipertensión y artritis. De acuerdo con los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), la respuesta es que sí, incluso podría ser beneficioso.
“Casi cualquier persona, a cualquier edad, puede realizar algún tipo de actividad física, incluso con una enfermedad crónica. De hecho, los adultos mayores con enfermedades crónicas pueden beneficiarse de la actividad física“, indicó el NIH.
No obstante, se recomienda consultar con un profesional de la salud para poder diseñar un plan de actividad física que sea apropiado para usted y sus necesidades.
Los adultos con enfermedades crónicas pueden beneficiarse del ejercicio. Foto:iStock
Recomendaciones para realizar actividad física, según la enfermedad crónica
El Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA), una división de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), compartió una guía con recomendaciones para las personas con ciertas enfermedades crónicas.
En primer lugar, mencionó que los adultos con diabetes tipo 2 pueden beneficiarse de hacer ejercicio, ya que mejora los niveles de glucosa en la sangre y puede protegerlos de enfermedades cardiovasculares.
“Intenta realizar al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica de intensidad moderada, además de dos días semanales de actividad de fortalecimiento muscular. Ponte como meta estar activo la mayoría de los días de la semana y crea un plan que se adapte a tu estilo de vida. Tu equipo de atención médica puede ayudarte”, recomendó.
El ejercicio podría beneficiar a personas con diabetes tipo 2. Foto:iStock
Adicionalmente, advirtió que los individuos con diabetes tipo 2 deben monitorear sus niveles de glucosa en la sangre y utilizar el calzado apropiado mientras hacen ejercicio.
Con respecto a las personas con hipertensión, la actividad física podría ayudar a reducir y controlar la presión arterial al igual que disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
“Realizar actividad física de intensidad moderada durante 90 minutos a la semana puede ayudar a reducir significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas. Una mayor actividad puede resultar en un beneficio aún mayor. Tanto las actividades aeróbicas como las de fortalecimiento muscular son beneficiosas”, explicó.
El ejercicio puede ayudar a regular la presión arterial en pacientes con hipertensión. Foto:iStock
Finalmente, la actividad física puede traer grandes beneficios para las personas con artritis. De acuerdo con el NIA, los adultos que hacen ejercicio con frecuencia pueden mejorar su calidad de vida y disminuir su dolor.
En general, se recomienda hacer actividades de bajo impacto, como nadar y caminar, ya que ejercen menos presión sobre las articulaciones. En caso de sentir dolor al ejercitarse, consulte con un profesional de la salud.
Las actividades de bajo impacto son las más recomendadas para personas con artritis. Foto:iStock
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SOFÍA ARIAS MARTÍNEZ
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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