Ann Altman ha interpuesto una demanda legal en contra de su hermano Sam Altman, CEO de OpenAI, la empresa matriz de ChatGPT. Acusa que el reconocido empresario habría abusado sexualmente de ella entre 1997 y 2006. El ejecutivo y su familia han negado los señalamientos.
La denuncia se presentó ante un tribunal del Distrito Este de Misuri el pasado 6 de enero. Indica que las supuestas agresiones comenzaron cuando la denunciante tenía tres años de edad y su hermano 12. Señala que el empresario “preparaba y manipulaba” a su hermana para perpetrar actos de “violación, sodomía y abuso físico”. Sostiene que, en consecuencia, la presunta víctima no ha podido tener una “vida normal”, debido a que padece daños mentales y emocionales severos.
Una nueva demanda presentada ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos acusa que OpenAI viola la ley al exigir que sus empleados firmen contratos excesivamente restrictivos.
El documento revela que Ann Altman acumula numerosas deudas debido a los tratamientos médicos y psicológicos a los que se ha sometido para atender las secuelas de los hechos denunciados. Solicita un juicio con jurado y una compensación económica superior a 75,000 dólares por daños y perjuicios.
Sam Altman, junto con su madre y sus otros dos hermanos, han negado categóricamente los señalamientos en una declaración publicada en redes sociales. “Ann ha hecho afirmaciones profundamente hirientes y completamente falsas sobre nuestra familia, especialmente sobre Sam”, afirman. Sugieren que estas declaraciones podrían estar relacionadas con los trastornos mentales que su consanguínea padece desde hace tiempo. “Cuidar a un familiar que enfrenta problemas de salud mental es increíblemente difícil“, añaden.
Sam Altman en la mira y el futuro de OpenAI
El director de la empresa creadora de ChatGPT asegura que ha intentado auxiliar a su hermana mediante apoyos económicos y asistencia médica especializada. Admite que estos esfuerzos no han tenido el resultado esperado y reconoce que estas acusaciones públicas pueden afectar su reputación y la estabilidad de su entorno personal. “Esta situación causa un inmenso dolor a toda nuestra familia. Es especialmente desgarrador que ella rechace el tratamiento convencional y arremeta contra quienes intentan ayudarla”.
Ryan J. Mahoney, abogado de Ann Altman, ha calificado el comunicado familiar como una estrategia para “desviar la atención del daño que causaron”. Subraya que “no hay evidencia de que la salud mental [de su clienta] haya contribuido a sus acusaciones”.
Esta no es la primera vez que Sam Altman enfrenta críticas por su comportamiento. Helen Toner, exmiembro de la junta directiva de OpenAI, denunció en 2024 que el CEO promovía un ambiente laboral tóxico caracterizado por “constantes mentiras” y “abusos psicológicos”. Según Toner, otros directivos también reportaron actitudes manipuladoras por parte del líder.
Las acusaciones ocurren en un momento crítico para OpenAI. La firma valorada en 157,000 millones de dólares tiene previsto convertirse en una entidad con fines de lucro. La adopción de un modelo de negocio totalmente comercial le permitirá alcanzar más y mejores ganancias. La agencia de noticias Reuters anota que la organización “funcionaría más como una startup típica, una medida generalmente bien recibida por el mercado bursátil”. Sin embargo, matiza que “también podría provocar inquietudes sobre la seguridad de la IA. Se pondría en duda si el laboratorio aún tiene suficiente gobernanza para responsabilizarse en su búsqueda de la inteligencia artificial general”.