Las salas de teatro de Manizales expresaron su preocupación por la falta de entrega de los recursos recaudados bajo la Ley 1493 de 2011, conocida como la Ley del Espectáculo Público de las Artes Escénicas. Este recaudo parafiscal, destinado a dotación, mantenimiento, construcción y mejora de espacios de artes escénicas, enfrenta demoras que comprometen el desarrollo cultural local.

El problema: recursos retenidos desde 2023

Durante la administración de Carlos Mario Marín en 2023, el Instituto de Cultura y Turismo de Manizales convocó a las salas de teatro privadas para destinar $370 millones de pesos recaudados en los tres años previos. Este dinero, proveniente de eventos como la Feria de Manizales y conciertos, sería utilizado para dotación de equipos de iluminación y audio.

Las salas beneficiadasEl Escondite, Actores en Escena y El Jardín Teatro Campestre – obtuvieron la aprobación para acceder a estos recursos en octubre de 2023. Sin embargo, la transición administrativa trajo consigo problemas: los fondos no han sido entregados, y la ubicación exacta de estos recursos permanece incierta, pese a ser independientes del presupuesto municipal.

Los recursos tienen un plazo de vigencia de tres años según la normativa. Si no son ejecutados dentro de este periodo, deben devolverse al Ministerio de Cultura. Las agrupaciones beneficiadas advierten que Manizales no solo corre el riesgo de perder los recursos, sino también de incurrir en posibles delitos por la falta de devolución y transparencia en la gestión de estos fondos.

«Desde junio hemos entablado acciones populares y demandas para que las entidades competentes entreguen los recursos. Sin embargo, nos enfrentamos a una operación negligente por parte de la Secretaría de Cultura y Civismo y los jurídicos de la Alcaldía,» denunció David Carmona, integrante de Los Chicos del Jardín.

El recaudo derivado de la Ley 1493 ha sido fundamental para el desarrollo cultural en ciudades grandes y pequeñas. En Manizales, históricamente, la inversión se ha centrado en infraestructuras como el Teatro Los Fundadores, mientras que las salas privadas – principales oferentes de programación escénica – han recibido menos atención, según lo denunció Carmona.

La falta de ejecución de este presupuesto pone en riesgo la mejora de las salas privadas, perjudicando la oferta cultural y limitando el impacto positivo del recaudo parafiscal en el sector.

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