La búsqueda incansable de la figura perfecta para el verano está llevando a muchos a poner en riesgo su bienestar físico y mental. Alertan sobre trastornos como la vigorexia y la ortorexia, que surgen como consecuencias de esta obsesión
lunes 02 de diciembre de 2024 | 5:00hs.
El deseo de alcanzar el cuerpo perfecto para la temporada de verano es, para muchos, un objetivo casi inalcanzable. Las redes sociales, que promueven constantemente estándares estéticos rígidos, no hacen más que alimentar la presión por cumplir con un ideal hegemónico de belleza. Sin embargo, detrás de la obsesión por la apariencia física, surgen trastornos alimentarios y conductuales graves, que afectan tanto al cuerpo como a la mente.
La vigorexia, también conocida como dismorfia muscular, es un trastorno obsesivo-compulsivo que se caracteriza por una preocupación excesiva por el tamaño y la forma del cuerpo. Este trastorno se relaciona con un deseo incontrolable de aumentar la masa muscular, lo que lleva a las personas a realizar ejercicios extremos, seguir dietas restrictivas y consumir sustancias peligrosas como esteroides y suplementos sin prescripción médica.
En este contexto, la nutricionista Karen Stefan ofrece su perspectiva sobre los peligros de estos comportamientos, la influencia de las redes sociales en la salud mental y los riesgos asociados con el consumo de sustancias para aumentar la masa muscular.
“El aumento de volumen y fuerza puede ser saludable, pero la obsesión por alcanzar un cuerpo hegemónico se convierte en una trampa, que puede desembocar en trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y patologías como la vigorexia”, señala la nutricionista Karen Stefan. Este trastorno no solo afecta la salud física, sino también la psicológica. Los problemas asociados incluyen alteraciones endocrinas, lesiones hepáticas y renales, y un mayor riesgo cardiovascular. Además, la depresión, la ansiedad y las deformaciones osteoarticulares son consecuencias comunes de esta obsesión.
La influencia de las redes sociales es otro factor clave en la proliferación de trastornos como la vigorexia. Las imágenes de cuerpos musculosos y perfectos que circulan en plataformas como Instagram y TikTok pueden ser peligrosas, ya que no solo perpetúan estándares inalcanzables, sino que también ofrecen consejos erróneos sobre salud y bienestar.
“Lo que no se ve en las redes sociales son las consecuencias detrás de esos cuerpos esculpidos artificialmente, como el consumo de sustancias nocivas o los trastornos mentales que surgen a raíz de la obsesión por el cuerpo”, añade.
Además de la vigorexia, otro trastorno relacionado con la obsesión por la figura perfecta es la ortorexia, que implica una preocupación excesiva por comer solo alimentos que se consideran “puros” o “saludables”. A diferencia de la vigorexia, la ortorexia no se centra en la masa muscular, sino en la calidad y la pureza de los alimentos. Sin embargo, ambos trastornos comparten una característica común: la obsesión con la imagen corporal.
Las personas con ortorexia suelen eliminar de su dieta alimentos considerados “procesados” o “insanos”, lo que puede generar deficiencias nutricionales graves. La presión por seguir una dieta perfecta puede llevar a la persona a experimentar ansiedad, estrés y aislamiento social, ya que evita situaciones en las que no pueda controlar su ingesta alimentaria.
Stefan enfatiza la importancia de mantener un enfoque equilibrado y saludable en la alimentación, sin caer en los extremos. “El aumento de la masa muscular o la mejora de la salud no deberían depender de dietas restrictivas o el uso de sustancias peligrosas. Lo fundamental es entender que cada cuerpo es diferente y que los resultados no siempre serán los mismos para todos”, concluye.
Los síntomas de trastornos pueden variar, pero algunos indicadores clave incluyen la preocupación constante por la imagen corporal, la comparación excesiva con los demás, y la realización de conductas repetitivas como mirarse al espejo o pesarse con frecuencia. Según el DSM-5, los trastornos de la imagen corporal causan un malestar significativo, interfiriendo con la vida social, laboral y personal de quienes los padecen.
Stefan recomienda estar alerta a cualquier cambio en la relación con la comida o el ejercicio, así como en los pensamientos relacionados con el cuerpo. Si bien mejorar la salud física es positivo, la obsesión por el cuerpo perfecto puede ser peligrosa.
La búsqueda por un cuerpo idealizado no solo pone en riesgo la salud física, sino que también afecta la estabilidad emocional y psicológica. La nutricionista Karen Stefan alerta sobre los trastornos derivados de esta obsesión, como la vigorexia y la ortorexia, y subraya la importancia de un enfoque saludable y equilibrado hacia el bienestar. Es fundamental comprender que cada cuerpo es único, y que la salud verdadera no está en alcanzar una figura perfecta, sino en cuidar el cuerpo y la mente con respeto y conciencia.