Alessia Simionato, Celia Zaragoza, Carolina África y Javier Fernández-Lasquetty
La pasada semana la Asociación DENAE celebró en el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) el Foro denae: «Entre bambalinas y leyes: desafíos de la propiedad intelectual en las artes escénicas». El evento, organizado en colaboración con la Sección de Propiedad Intelectual del ICAM, reunió a expertos del sector teatral y legal para debatir sobre la gestión de derechos de autor en las producciones teatrales.
La mesa redonda, moderada por Alessia Simionato, asociada en el Departamento de Propiedad Intelectual en Fourlaw Abogados, contó con la participación de Celia Zaragoza Sainz de los Terreros, gestora de Grandes Cuentas en el Departamento de Artes Escénicas y Musicales de la SGAE, y Carolina África, dramaturga, guionista, directora, actriz, productora y socia fundadora de La Belloch Teatro.
La presentación del evento corrió a cargo del Presidente de la Sección de Propiedad Intelectual del ICAM y of counsel IP de Ramón y Cajal, Javier Fernández-Lasquetty.
El debate se centró en los desafíos que enfrentan los autores teatrales en la protección de sus derechos de autor.
En primer lugar, Carolina África destacó la inseguridad que existe en la producción teatral. Su percepción es que la autoría se encuentra desamparada, sobre todo en los contextos más amateurs. En estos ámbitos los profesionales del teatro, muchas veces se ven obligados a ofrecer sus servicios sin remuneración. Partiendo de una percepción común y equivocada, de que los textos no merecen ser pagados y que los autores deberían agradecer su uso en proyectos teatrales. En este sentido, en muchas ocasiones, salvo que un autor esté en el marco de un teatro grande o de un centro dramático nacional, la parte creativa y la producción pueden ser tan costosas que, si no se consiguen suficientes bolos, el coste sea más alto que los beneficios. En esas circunstancias los autores se plantean si merece o no la pena apostar por un determinado proyecto. Asimismo, la autora denunció la habitual ausencia de contratos o la existencia de contratos con condiciones muy desiguales, que no se pueden de negociar.
Por su parte, Celia Zaragoza, desde su experiencia en la SGAE, hizo hincapié en la importancia de comprender los distintos derechos de autor que entran en juego en una producción teatral y, sobre todo, en la necesidad de diferenciar entre conceptos muy a menudo poco claros para los autores, como son el encargo de obra y los derechos generados por la comunicación pública de la misma.
Frente a las observaciones de la dramaturga África sobre la dificultad de controlar la actividad de compañías de teatro aficionado que, en ocasiones, representan obras sin la debida autorización, la representante de SGAE explicó el complejo sistema que utiliza la entidad de gestión para gestionar los derechos de autor y controlar las licencias de las obras teatrales, tanto a nivel nacional como internacional. Esta actividad explicó que es compleja, tanto por la cantidad de trabajo como por los miles de socios que tienen y como por el número de eventos que se producen anualmente. Se entró, por lo tanto, en el detalle de los diferentes mecanismos que utiliza la SGAE para rastrear las representaciones de obras, colaborando con los autores, partiendo de que la gestión de estos derechos funciona por mandato, que se apoyan en una red de representantes territoriales y en sistemas informáticos que rastrean las funciones que se difunden en distintos medios.
Además, África y Zaragoza debatieron sobre las implicaciones de la inclusión de música en una obra teatral. Analizaron tanto las dificultades a la que se enfrenta una productora de teatro a la hora de plantearse el uso de determinadas obras musicales, como las reglas que aplican desde la SGAE. Al público le resultó de especial interés la excepción del 15% que aplica al uso de música preexistente y protegida utilizada en obras de teatro, siempre que no sean utilizadas en musicales ni en obras coreográficas.
Finalmente, el Foro se centró sobre la peculiaridad de la gestión de derechos en el sector de las artes escénicas que se basa en un sistema de mandato. Este modelo hace que los autores otorgan a la SGAE la gestión de sus derechos, de una manera muy detallada y específica. Zaragoza comentó que la efectividad del sistema depende, en primer lugar, de la colaboración de los autores (los primeros y directos interesados) y, adicionalmente, de la información facilitada por todos los usuarios del sector.
Este Foro denae ha ofrecido un espacio de diálogo entre profesionales del teatro, expertos juristas y gestores de derechos culturales. Tanto dramaturgos como juristas trasladaron la importancia de dialogar con más frecuencia sobre estos aspectos. Las participantes en el foro trasladaron que todas ellas tienen el mismo objetivo, que es la protección de los derechos de los titulares de propiedad intelectual y la puesta en valor de sus derechos a la hora de crear y producir. Así, queda abierta la conversación para próximos foros sobre la mejora de la gestión y las prácticas contractuales en un sector que pide mayor claridad y protección de sus derechos.