El programa oficialista Mesa Redonda estuvo dedicado este viernes al impacto del Reparto en la sociedad cubana actual, sus implicaciones culturales, sociales y políticas, así como su creciente influencia en el gusto popular.
Cubanos entrevistados en las calles de La Habana coincidieron en que el lenguaje de muchas canciones de reguetón “no es correcto” y que “se nos está yendo de las manos”. No obstante, reconocieron que hay artistas que han logrado desmarcarse de esos códigos, ganándose así la aceptación del público. Entre los nombres mencionados como exponentes de “buena letra” estuvieron Jacob Forever y El Chacal.
Los expertos que participaron en el programa evitaron mencionar a los músicos que defienden esta expresión artística. Sin embargo, en las imágenes de apoyo aparecieron rostros reconocidos del Reparto, como El Taiger, Oniel Bebeshito, Ja Rulay, el dúo Charly & Johayron, Velito el Bufón junto a Alexander Abreu, Chocolate MC, Lenier Mesa, Dany Ome y Kevincito el 13.
¿Es el Reparto un género musical?
La musicóloga Lea Cárdenas explicó que dentro del ámbito académico aún no hay consenso sobre si el Reparto puede considerarse un género musical en sí mismo.
“La academia musicológica cubana no se ha puesto de acuerdo en cuanto a si se trata de un género musical o no. Para que una expresión sea un género tiene que transcurrir un tiempo que sedimente características especiales, comportamientos en los medios expresivos de la música y defina una célula rítmica determinante”.
Según Cárdenas, el Reparto surgió alrededor de 2010 como una evolución del reguetón cubano. Su origen está en temas como “El Guachineo” y “Bajanda”, de la autoría de Yosvanis Arismin Sierra Hernández, más conocido como Chocolate MC.
“El Reparto es una expresión de la música totalmente autóctona de Cuba. Tiene muchos nexos con la música popular bailable”, añadió la musicóloga.
En respuesta a un comentario de la periodista oficialista Arleen Rodríguez Derivet, quien se preguntó si al interpretarse en Miami esta música seguía siendo cubana, la musicóloga fue clara: “Es cubana”.
Una expresión con peso social, pero también con riesgos
El director del Instituto Juan Marinello, Luis Emilio Aybar, afirmó que “el Reparto tiene un fuerte peso en la sociedad cubana, en el gusto y en las prácticas culturales”. Desde su perspectiva, hablar de esta expresión urbana “es hablar de política”.
Aybar reconoció que existen elementos negativos en este tipo de música, aunque defendió que no son exclusivos del reguetón ni del reparto.
“Es el discurso de superioridad del varón que tiene más mujeres, más dinero, más bienes, éxito, popularidad e incluso formas de imponerse de manera violenta. Tiene un lenguaje muchas veces vulgar, sexual, que genera cierto rechazo”.
La postura institucional, según Aybar, ha sido clara: “No sirve ni demonizar el Reparto ni ensalzarlo de forma acrítica”.
La música urbana y la industria cultural cubana
El viceministro de Cultura, Fernando León Jacomino, abordó las dificultades estructurales que enfrenta la industria musical en Cuba. Aseguró que no tienen recursos para organizar conciertos y actividades donde incorporar las propuestas de las agrupaciones.
“La suma del valor de costos complementarios de una actuación son más altos que el valor artístico de las presentaciones. Tres, cuatro y hasta cinco veces más alto”, dijo al explicar por qué incluso artistas reconocidos como Van Van, Alexander Abreu o Manolito Simonet no pueden realizar giras regulares por provincias del país.
Sobre los circuitos de promoción oficial, el viceministro señaló que los artistas del género urbano deben ser evaluados por instituciones culturales para poder insertarse.
“Ellos están en agrupaciones que operan por oferta y demanda. Ganan según lo que facturan. Están obligados a cumplir unos niveles de calidad y rigor estético, pero trabajan independientes, de acuerdo a las demandas que generan. Eso tiene otros mecanismos de regulación”.
Jacomino también dijo que la industria musical está afectada por el embargo estadounidense, y que la promoción tradicional “ya no funciona como antes”, refiriéndose al impacto que tienen las redes sociales en este sentido, pues es muchas veces mayor que el de los medios de comunicación oficialistas.
Una cultura que refleja a la sociedad
La investigadora Yanelis Despaigne advirtió sobre los riesgos de ignorar el trasfondo social del fenómeno urbano. “El consumo de esta música se da en todos los estratos sociales de Cuba”, dijo.
Citó estudios recientes que indican que algunas personas ven en el hecho de ser “reparteros” una vía de movilidad ascendente y de prosperidad. “Son estudios incipientes a los que deberíamos prestarles atención”, añadió, preocupada por el rumbo que lleva la sociedad cubana.
En ese sentido, Aybar remató: “Debemos preocuparnos no solo por lo que sale en las canciones, sino por lo que está pasando en los distintos grupos sociales” en el país.
A pesar del enfoque conciliador de las instituciones culturales del régimen, que intentan equilibrar el fenómeno del Reparto sin condenarlo abiertamente, resulta claro que muchos de los valores que esta música promueve contradicen los principios que el propio Estado dice defender.
El discurso oficial evita responsabilizarse del ecosistema que permitió el auge de este tipo de expresión, mientras señala sus efectos sin abordar a fondo sus causas: Una crisis social, económica y educativa que atraviesa a toda la sociedad cubana.
Si el Reparto es el reflejo de lo que ocurre en las calles, entonces el problema no está solo en la música, sino en la sociedad que la escucha.