
Málaga, 21 mar (EFE).- La película mexicana ‘El diablo en el camino’ se ha presentado este viernes en la sección oficial a concurso del Festival de Málaga con una trama en la que, con ecos de las obras literarias de Juan Rulfo o Elena Garro, la religión y la muerte retratan el México de los años 30.
Su director y guionista, Carlos Armella, acompañado por el actor Luis Alberti, y productores y productoras, ha ofrecido una rueda de prensa en el marco de un certamen que este viernes concluirá y que el sábado anunciará ganadores y organizará la gala de clausura.
México, años 30 del siglo pasado. El país está dejando atrás la época de la Revolución. Juan, el personaje central, se encarga de educar y criar a un niño cuyo padre mató en el conflicto. Así comienza ‘El diablo en el camino’.
El contexto histórico es importante. «Juan era una especie de mercenario en el ejército federal; mucha gente participaba en el ejército porque pagaban, daban la oportunidad de tener un arma o de ir a saquear. Pero no por eso dejaron de ser creyentes», ha explicado Armella.
Mientras cría al niño, que cría como su hijo, Juan «va renovando su fe». «Una prueba muy dura», ha añadido, medirá su fortaleza religiosa y brotarán en la trama imágenes y textos sobre la fe, la superstición, la muerte, la penitencia, Dios.
Un guión madurado durante 20 años
Con ‘El diablo en el camino’ se hace inevitable recordar ‘El llano en llamas’, de Juan Rulfo, u obras de la escritora Elena Garro y del escritor José Revueltas, ha dicho el cineasta. «Influencias» evidentes, como también la de la época de oro del cine mexicano.
Con todo, Armella ha confesado que la idea de la que nació la película, titulada en principio ‘La suerte de Juan’, la tuvo hace 20 años. Escribió el guión, de hecho, pero lo guardó a la espera de «construir una carrera» como cineasta.
La construyó, ya que ha hecho cortometrajes y dos películas, entre ellas, ‘¡Ánimo, juventud!’, tras la que tuvo la oportunidad de rescatar la historia guardada. Entonces era una persona distinta: había madurado, era padre, y la historia, por tanto, comenzó a cambiar también.
Ha afirmado Alberti, el actor protagonista, que ‘El diablo en el camino’ «no es una película religiosa», pero la religión, la católica concretamente, está muy presente, tanto que absorbe la trama. Hay referencias al vía crucis, al libro de Job o al sacrificio de Abraham, en palabras de Armella.
Y está presente el imaginario popular mexicano, tradiciones sobre la muerte y cargar con los muertos.
Para el cineasta, hay dos lecturas posibles: «La de un personaje que no pierde la fe y hace un enorme sacrificio, lo que puede interpretarse como la salida de un purgatorio, y también la de que se trata de un castigo terrenal porque, por más que Juan busca significado religioso a lo que hace, no lo tiene».
«Mística» sobre la vida y la muerte
Aunque la película retrocede 90 años, puede darle la mano a la actualidad mexicana porque «mucha gente sigue viviendo» los conceptos del cristianismo en «un país con un gran porcentaje de pobreza».
Alberti ha añadido: «Tenemos culturalmente una mística con respecto a la vida, la muerte y la religión, y a la vez, una relación muy práctica con la muerte (…): cómo la cargamos, la expiamos, la asumimos».
Está previsto que ‘El diablo en el camino’ tenga distribución comercial en México a finales de año.