Avanzar es innegociable. Crecer es una obligación para todos los equipos una vez se cierra la temporada. Se necesitan mejores plantillas, mejores condiciones y más compromiso que el año anterior. Todo para seguir mejorando y haciendo avanzar el fútbol femenino. Eso si, no todos parten desde la misma línea de salida. Barça y Espanyol son dos claros exponentes de como hay que seguir trabajando en un proyecto después de conseguir el objetivo. Unas, tras ser campeonas de Europa; otras, una vez conseguido el ansiado ascenso. Este domingo se vuelven a ver las caras tres años más tarde. El derbi catalán (17:30h, DAZN) regresa a la Liga F.
Los caminos de las dos entidades llevan ritmos distintos. Hay equipos, como el Barça, que deben seguir siendo los mejores. Tras levantar un póquer de títulos históricos, incluida la Champions, la secretaria deportiva azulgrana debía reformular ciertos aspectos de la plantilla, además de encontrar un relevo para el banquillo. Una revolución para seguir reinando. “Nosotras tenemos características diferenciales porque somos un equipo de alto nivel competitivo. Somos consideradas el mejor equipo del mundo”, reconoce Marc Vivés, director deportivo del Barça.
“Buscamos aquel mercado que tenga jugadoras diferenciales. Tenemos que ir al mercado teniendo en cuenta la plantilla que tenemos, que es amplia y buena, y con jugadoras que realmente son muy resolutivas. Lo que buscamos es ese plus“, añade.
De esa necesidad llega la polaca Ewa Pajor, una jugadora top mundial que ha apuntalado la delantera azulgrana, y la portuguesa Kika Nazaret. “Consideramos que era una posición donde teníamos un déficit y, afortunadamente, Pajor nos aporta todo lo que no teníamos. Y Kika, estoy convencido de que en poco tiempo nos aportará mucho. No me gusta comparar nunca a jugadoras, porque son diferentes, pero sí es cierto que hemos tenido la salida de Mariona. Kika estoy convencido de que, con el tiempo, podrá aproximarse al juego que nos daba Mariona y que es necesario para nosotros”, señala Vivés.
Los tres fichajes de esta temporada -la tercera es la portera Ellie Roebuck, aún no disponible-, son claros ejemplos del mercado que sondea el Barça. Cracks mundiales para una plantilla completísima.
Ewa Pajor durante la pretemporada / FCB
El Barça, además, también debe combatir la fuga de talento. “Siempre estaremos expuestos a la salida de jugadoras, pero tampoco nos debe preocupar en exceso. Todo es lícito, como ha sido el caso de Mariona. No por un tema deportivo, sino por un tema más personal. Es lícito que cada uno tome sus decisiones, pero en ningún caso pienso que el Barça deba estar sufriendo por esta fuga de talento, porque nosotros tenemos mucho y hay muchas jugadoras dispuestas a venir aquí“, cuenta Vivés.
Puntos en común
El Espanyol, en cambio, debe ajustar mucho más sus llegadas a la vez que intenta retener su talento. Las pericas, tras varios intentos frustrados, se convirtieron el pasado verano en equipo de Liga F y desde los despachos la tarea se antojaba ardua: ajustar los salarios, mejorar la plantilla manteniendo la base y fichar a una entrenadora con experiencia en Liga F. “El Espanyol ha tenido una vinculación histórica con el fútbol femenino. De hecho, fuimos pioneras en su momento. El problema fue que a partir de 2013 el club dejó de apostar por el fútbol femenino. El Espanyol lo ha pagado muy caro”, reconoce Ribalta. “A nosotras nos pilla a pie cambiado en el momento en que el fútbol femenino acelera”, cuenta.
Pese a las realidades radicalmente opuestas, hay elementos que coinciden en los dos proyectos. Uno de ellos es la necesidad de seguir creciendo. El Barça lo ha ganado todo, ha creado un camino que muchos otros siguen sin dudas. Pese a eso, desde los despachos son conscientes de la necesidad de seguir mejorando en los aspectos que aún cojean.
“El fútbol femenino cada vez será más profesional y está bien decirlo así. Todos los departamentos de scouting se van ampliando y nosotros como equipo pionero también debemos hacerlo. Creemos que la estructura que tenemos es mejorable porque contamos con poca gente y pocos recursos, pero con los que somos estamos organizados con el objetivo de captar en todas las competiciones internacionales.”, reconoce Vivés, que se marca este aspecto como primordial de cara al futuro inmediato.
En las oficinas blanquiazules refuerzan la misma idea. Profesionalizar a las jugadoras es un gran paso, pero la estructura que las rodea también debe serlo. Ya no solo en cuanto a fichajes, si no, por ejemplo, en cuanto a sus condiciones laborales. “No son lo mismo los sueldos que se cobran en segunda que en la Liga F. Muchas de nuestras jugadoras ya duplican o triplican lo que estaban recibiendo, porque el cambio es muy sustancial”, recalca Ribalta, que remarca el desembolso económico que ha sido necesario tras el ascenso. “Los sueldos que pagamos nosotros están lejos del sueldo medio (54.000 euros anuales) que se paga en la Liga F. Estamos muy por debajo de eso”, confiesa.
El problema fue que a partir de 2013 el club dejó de apostar por el fútbol femenino
Por ello, un elemento clave en los dos proyectos es la cantera. “Queremos invertir tiempo y energía, y creemos que es nuestra responsabilidad la detección de talento en categorías inferiores. El equipo debe basarse en La Masia, la cantera, y aquí es donde cada vez estamos creciendo más en estructura. Captar jóvenes para poder formarlas y transmitirles los valores que queremos, tanto deportivos como de competitividad que necesitamos en el club“, señala Vivés.
“La gente solo ve la punta del iceberg, que es el primer equipo”, enfatiza Ribalta. “Pero el trabajo es estructural, de todo el fútbol base, de profesionalizar las diferentes secciones. Sabemos que en el fútbol base las condiciones no son las que nos gustaría”, añade la dirigente del Espanyol.
Y ahora llega el derbi. Barça y Espanyol vuelve a reencontrarse en el verde. “Es un derbi descompensado ahora mismo. Soy muy realista“, reconoce Ribalta. Lejos quedan aquellos derbis donde ambos se podían mirar de tú a tú. Aun así, la rivalidad sigue intacta.
