Precio de los combustibles. LA PRENSA/Archivo
Consumidores son castigados con un enorme sobreprecio en los combustibles, mientras dictadura y distribuidoras se embolsan millonaria ganancia por precios congelados
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Un margen cercano a los 230 millones de dólares se ha acumulado desde finales de marzo de 2022, como consecuencia de la decisión de mantener congelado el precio de los combustibles. Y aunque desde esa fecha, la propaganda oficial pregona cada viernes que para beneficio de las familias el precio de los combustibles seguirá congelado, esta millonaria ganancia no las beneficia, ya que los consumidores nicaragüenses siguen comprando los combustibles más caros de Centroamérica.
“Los precios promedio Golfo del primer semestre del 2024 son menores que los del año pasado y en todos los países de Centroamérica los precios de venta de los combustibles han bajado casi en la misma proporción… Mi opinión es que en Nicaragua estamos pagando impuesto solapado”, dice un especialista en temas de hidrocarburos que por temor a represalias pide no ser identificado.
Inicialmente se consideraba que este “impuesto solapado” se usaría para crear un fondo, para pagar el crédito de 200 millones de dólares que el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) concedió en julio de 2022 para subsidiar el precio de los combustibles, que en ese momento sufrían constantes alzas empujadas por el incremento del precio del petróleo que en ese año superó los 130 dólares por barril.
Sin embargo, tras alcanzar los 130 dólares por barril, el precio del barril de crudo WIT que sirve de referencia para Nicaragua y que influye directamente en el precio de los productos terminados, entre ellos las gasolinas y el diésel, comenzó a abaratarse hasta caer por debajo de los 100 dólares.
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En Nicaragua los combustibles bajan menos
Gracias a la baja de estos precios de referencia, no fue necesario utilizar todo el préstamo. Nicaragua solo usó 85 millones de dólares de la línea de crédito por 200 millones, que también recibieron El Salvador y Honduras, países que actualmente venden los combustibles a precios más bajos que los de Nicaragua. Dado el sobreprecio que castiga a los consumidores locales, estos han pagado con creces ese financiamiento que el BCIE otorgó a cinco años de plazo.
El especialista explica que el “esquema de control y congelamiento de precios de venta altos beneficia a las petroleras, sobre todo cuando los precios internacionales bajan, ya que obtienen un margen mayor”. Este margen surge de la diferencia entre el precio de referencia internacional del Golfo y los precios de venta al consumidor final en Nicaragua.
Exponer que con respecto a 2023, entre enero y junio de 2024 el precio internacional Golfo de la gasolina súper bajó en promedio 6 centavos de dólar por galón, pero en Nicaragua el precio de venta al consumidor final que está congelado solo refleja una baja de 3 centavos de dólar por galón. En cambio en El Salvador, país que usa una cadena logística y combustibles de calidad similar, bajó en promedio 15 centavos por galón.
Algo similar ocurre con la gasolina regular. En el primer semestre de 2024 el precio promedio internacional del Golfo bajó 10 centavos de dólar por galón, con respecto al precio de 2023. Pero en Nicaragua el precio solo se abarató en 3 centavos de dólar por galón, mientras en El Salvador se redujo en 15 centavos de dólar por galón.
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Alzas fueron mayores en Nicaragua
Con respecto al diésel, el especialista explica que entre enero y junio de 2014 el precio promedio internacional del Golfo se redujo en 20 centavos de dólar por galón, en comparación con el de 2023. En Nicaragua solo es 2 centavos de dólar menos por galón, pero en El Salvador bajó 24 centavos por galón.
Este amplio margen que deja la diferencia entre las bajas que registraron en el primer semestre de 2024 los precios internacionales de referencia con respecto a los de 2023, y los que pagan los consumidores nicaragüenses desde marzo de 2022, también se registró durante la crisis alcista que surgió tras la pandemia de covid-19, y que el régimen Ortega Murillo utilizó como pretexto para congelar los precios.
El especialista menciona que el precio promedio internacional de referencia que registró la gasolina súper en el primer semestre de 2024 refleja un incremento de 42 centavos de dólar por galón, en relación con el que promedió en 2021; pero el que está congelado en Nicaragua es superior en 90 centavos, en comparación con el registrado en 2021. En el caso de la gasolina regular, el precio promedio de este año es 32 centavos más caro que el de 2021, pero el congelado de Nicaragua es 88 centavos más caro que el de 2021. Con el diésel la diferencia entre el promedio de 2021 y el de 2024 es 51 centavos más caro, pero el precio de Nicaragua es 99 centavos más caro.
Entre 2023 y 2024 excedente dejó US$227 millones
Debido a este esquema, el especialista calcula que durante el primer semestre de 2024 “el excedente, tipo impuesto”, para la gasolina regular fue de 35 centavos de dólar por galón; para la gasolina súper 29 centavos por galón y para diésel 37 centavos de dólar por galón.
Por tanto, si el precio sigue congelado durante todo el 2024 y el consumo se mantiene en el nivel histórico cercano a los 9.77 millones de barriles, ese margen generará 143 millones de dólares. Este monto se sumaría a los 84 millones de dólares que generó el excedente en 2023, cuando se consumieron 9 millones de barriles de combustibles. Esto implica un total de entre 227 millones de dólares.
Se desconoce si este beneficio queda en manos de los distribuidores o si lo comparten con el régimen. De ser así, con los 84 millones obtenidos en 2023, Daniel Ortega podría cancelar los 85 millones de dólares de la línea de crédito por 200 millones de dólares que le concedió el BCIE en 2022. Estos recursos, tras congelar el precio de los combustibles, subsidió los incrementos provocados por las alzas en el precio internacional del petróleo, que en ese momento rondó los 130 dólares por barril. Esta variabilidad incide directamente en la variabilidad del precio de los productos terminados.
Combustibles de Nicaragua entre los más caros
Mientras este millonario excedente sigue creciendo a través del cobro del “impuesto solapado” que genera la estrategia de mantener congelado el precio de los combustibles, los consumidores nicaragüenses siguen pagando, antes de impuestos, el precio más alto de las gasolinas y el diésel de la región centroamericana. Y cuando se le agregan los impuestos, teniendo en cuenta que los de Costa Rica son los más altos de la región, los precios de Nicaragua se ubican como los segundos más caros de la región.
Según las más reciente actualización del boletín de precios al consumidor, que publica el Comité de Cooperación de Hidrocarburos de América Central (CCHAC), del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), durante la semana comprendida entre el 21 y el 27 de abril 2024, en la región el precio promedio que pagaron los consumidores de gasolina súper fue de 4.75 dólares por galón; el de la gasolina regular 4.43 dólares por galón y el del diésel 4.06 dólares por galón.
Sin embargo, los consumidores nicaragüenses pagaron, con impuesto incluido, 5.06 dólares por cada galón de gasolina súper, es decir, 31 centavos por encima del promedio regional. Este precio solo fue superado por el de Costa Rica, que aunque sin impuestos es el más bajo de la región, con los impuestos sube a 5.47 dólares por galón. Mientras tanto en Panamá solo pagaron 4.27 dólares por cada galón de gasolina súper, es decir, 16 centavos por debajo del promedio de la región.
También la regular y el diésel
En la semana de referencia, la gasolina regular se vendió en 4.94 dólares por galón, es decir 51 centavos por encima del precio promedio de la región, también superado solo por el precio de Costa Rica que con impuestos incluidos se ubicó en 5.19 dólares por galón. En el caso de la gasolina regular también es en Panamá donde se vende más barata, porque cuesta 3.88 dólares por galón; precio que representa una merma de 55 centavos en relación con el promedio regional.
Con el diésel la tendencia es similar. En la semana del 21 al 27 de abril de 2024, según el monitoreo realizado por el CCHAC del SICA, el galón de este combustible que es el más utilizado porque lo usa el transporte de carga y el de pasajeros, se vendió en 4.46 dólares, es decir 40 centavos por encima del precio promedio de la región.
Tal como ocurre con las gasolinas, el precio de venta al consumidor final del diésel en Nicaragua solo es superado por el de Costa Rica, donde con los impuestos incluidos se ubicó en 4.79 dólares por galón, y el país de la región que más barato lo vende también es Panamá donde en la semana de referencia se vendió en 3.56 dólares por galón; es decir 50 centavos por debajo del precio promedio de la región.
