El Cometa ATLAS, oficialmente conocido como C/2024 G3 (ATLAS), sigue brillando intensamente en el cielo y es aún observable en el hemisferio sur del planeta.
Proveniente de la lejana nube de Oort, este intruso espacial que visita nuestro sistema solar alcanzó el 13 de enero su perihelio, es decir, su punto más cercano al Sol.
Días después, entre el 19 y el 23 de enero, el brillante cometa ha sido capturado en impactantes fotografías desde países como Brasil, Uruguay, Argentina y Chile, entre otros.
Sin embargo, informes recientes señalan que ATLAS estuvo tan cerca del Sol que posiblemente se esté desintegrando.
Se ha notado que la brillante cola del cometa se ha vuelto más difusa. Esto sugiere que su núcleo helado podría estar desintegrándose después de su estrecha aproximación al Sol.
Se trata sin duda de un evento que marcó un momento crítico, ya que otros cometas han sucumbido ante la intensa radiación solar al llegar a esta fase.
No obstante, la magnitud del cometa ATLAS es aún imponente y hay esperanza de que sobreviva a este encuentro cercano con el Sol y siga estando lo suficientemente brillante como para ser visible a simple vista unos días más.
Si las condiciones lo permiten, los astrónomos esperan que pueda ser un excelente objetivo para la fotografía astronómica durante algunas semanas.
Este cometa se destaca como uno de los fenómenos más impresionantes de los últimos años.
De hecho, con sus espectaculares colas de polvo barridas, refleja tanto la luz solar hacia la Tierra como lo hizo el Cometa Tsuchinshan-ATLAS en octubre pasado, rivalizando incluso con el brillo del planeta Venus.
Este fenómeno celestial nos recuerda la constante evolución y maravilla del universo, ofreciéndonos oportunidades únicas para observar y admirar su inmensidad.