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A pesar de estar inmersos y en el Gran Premio de México, la acción entre Max Verstappen y Lando Norris en el Gran Premio de Estados Unidos sigue siendo uno de los focos de atención. Parece haber cierto consenso, auque no unanimidad, en que el adelantamiento del británico por fuera de la pista no puede considerarse válido, pero también en que la defensa de Max Verstappen nunca debió ser considerada legítima.
Polémica de la última carrera
Sorprendió McLaren anunciando que iba a reclamar la sanción impuesta a Lando Norris, una acción con vistas a terminar malamente por los duros requisitos necesarios para que una sanción de este tipo sea revisada.
Básicamente se exige que se aporte una prueba significativa, relevante, nueva y que no estuviera disponible en el momento en el que se tomó la decisión. Portando estos criterios una alta carga de subjetividad, la FIA tiene la postead de rechazar la práctica totalidad de las reclamaciones. Y esta no ha sido una excepción.
La FIA preparó una sesión telemática, y que los comisarios que deben juzgar la reclamación son los mismos de Estados Unidos, que no coinciden necesariamente con los presentes en México.
La argumentación de McLaren se cimentaba en un error en la explicación de la sanción que realizaron los comisarios. Para los de Zak Brown, los comisarios interpretaron la maniobra como un adelantamiento de Lando Norris sobre Max Verstappen, pero para McLaren, ese adelantamiento ya se había producido, y lo que en realidad se vio, fue un intento de adelantamiento de Max Verstappen a Lando Norris, teniendo que juzgarse de forma diferente.
Y aquí fue donde el gesto de la FIA cambió y comenzaron en cierta manera, las hostilidades, pues estas reclamaciones no sientan nada bien a la Federación Internacional, y más cuando el argumento es tan pobre, como el llamar “Elemento nuevo, significativo, relevante y no disponible en el momento de la sanción” a “lo habéis interpretado mal, no era un adelantamiento, era una defensa.”
De hecho, sabiendo la forma de actuar de los comisarios, el primer comentario del representante de Red Bull fue precisamente que, aunque creyendo él que los requisitos para una protesta son excesivos, McLaren ni se había acercado a estos. De hecho, Wheatley afirmó que los de naranja no habían cumplido ni uno solo de los cuatro requisitos que tienen que coincidir a la vez.
No obstante, la FIA decidió evaluar la argumentación de McLaren, pues como y ocurriese hace unos años, cunado Alpine presentó una reclamación muy chapucera, a los comisarios les encanta cebarse en estas ocasiones. La FIA afirma que la petición de McLaren “es insostenible”. Le recuerda que las reclamaciones se presentan para corregir un error en la decisión y que los nuevos elementos deben demostrar ese error, siendo absolutamente incompatible que la prueba sea el hecho en sí. Obviamente, la FIA no acepta la prueba presentada por McLaren, y al no haber prueba, se rechaza la petición.
Capote final
Para rebajar la tensión, los comisarios presentes emitieron un párrafo que bien podría ser tomado como voto particular en el que valoraban que a buen seguro la protesta de McLaren había sido presentada con buena fe, y cuestionan la validez del artículo 14 en el que se basan las reclamaciones, norma que, según afirman, tiene unos criterios muy altos que parecen corresponderse más con necesidades para rebatir una decisión tomada con todas las garantías que a una que se toma de forma apresurada mientras discurre la carrera.
Este párrafo debería haber concluido con una petición de revisar los procedimientos en el futuro, pero no lo hace, y es que hasta en estos niveles, existe el miedo a molestar a los que están por encima. Simplemente, la FIA.