Por Aria Bendix – NBC News
Seguir una dieta saludable, principalmente basada en plantas, con un mínimo de alimentos ultraprocesados y cantidades bajas o moderadas de alimentos de origen animal como pescado y lácteos, puede aumentar las posibilidades de llegar a los 70 años sin desarrollar una enfermedad crónica, según un nuevo estudio.
La investigación, publicada este lunes en la revista Nature Medicine, analizó las dietas de más de 105,000 personas en la mitad de su vida y descubrió que a los 70 años, menos del 10 % había logrado un “envejecimiento saludable” lo que significa que sus recuerdos estaban intactos, no habían desarrollado depresión ni una enfermedad crónica importante y podían realizar tareas físicas básicas como subir escaleras o cargar la compra.
Según el análisis, tener una alimentación saludable aumentaba las probabilidades de los participantes de alcanzar ese hito. Esto se cumplió en ocho dietas específicas evaluadas, entre las que se incluyen la dieta mediterránea y los regímenes estrictamente basados en plantas, así como las dietas diseñadas para reducir la inflamación o la presión arterial.
“Lo que la mayoría de estas dietas tenía en común era que eran ricas en frutas y verduras, cereales integrales, grasas no saturadas, frutos secos y legumbres, y bajas en carne procesada, azúcares y grasas trans”, declaró una de las autoras del estudio, Marta Guasch-Ferré, profesora adjunta de Nutrición en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard.
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Estudios anteriores han descubierto de manera similar que las dietas ricas en frutas y verduras están asociadas con niveles más bajos de colesterol y presión arterial y un menor riesgo de enfermedades cardíacas o cáncer. Pero la mayoría de esas investigaciones no han evaluado el efecto general en la calidad de vida de las personas a medida que envejecen, indicó Guasch-Ferré.
“No se trata solo de vivir más tiempo, sino también de mantener una buena salud en las últimas etapas de la vida”, explicó.
La relación entre una dieta saludable y un menor riesgo de enfermedad es un tema de conversación importante para el secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS, en inglés), Robert F. Kennedy Jr., quien ha culpado repetidamente a los aditivos en los alimentos y al consumo de comidas procesadas por el aumento de las tasas de enfermedades crónicas en Estados Unidos.
El nuevo estudio evaluó a participantes de entre 39 y 69 años durante 30 años, desde 1986 hasta 2016. El grupo fue seleccionado de dos bases de datos de profesionales de la salud, por lo que puede ser más consciente de la salud que el promedio de los ciudadanos. Además de evaluar la salud mental y física de las personas a los 70 años, los investigadores examinaron 11 enfermedades crónicas, como el cáncer, la diabetes, el ictus, la esclerosis múltiple y la enfermedad de Parkinson.
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En particular, el Índice de Alimentación Saludable Alternativa —una dieta diseñada para reducir las enfermedades crónicas— tuvo la asociación más fuerte con el envejecimiento saludable. El índice otorga puntuaciones altas a las personas que consumen pequeñas cantidades de pescado, al menos cinco raciones diarias de verduras y al menos cuatro raciones diarias de frutas enteras, mientras que eliminan la carne roja, las bebidas azucaradas y los jugos de frutas.
El estudio reveló que los participantes que obtuvieron las puntuaciones más altas en el Índice de Alimentación Saludable Alternativa tenían 86 % más de probabilidades de envejecer de forma saludable, en comparación con los participantes con las resultados más bajos.
Las pautas dietéticas en Estados Unidos no se adhieren completamente al índice, sino que recomiendan al menos tres porciones de verduras y al menos dos porciones de frutas al día, además de proteínas procedentes de carne magra, aves, pescado, huevos, frijoles o frutos secos.
Las ocho dietas del estudio promovían las frutas, las verduras y los cereales integrales frente a las carnes rojas y procesadas. Pero hay ligeras diferencias: por ejemplo, la dieta mediterránea hace hincapié en las grasas saludables como el aceite de oliva, el pescado y los frutos secos, mientras que la Dietary Approaches to Stop Hypertension da prioridad a los alimentos bajos en sodio. La dieta MIND, una combinación de ambas, anima a las personas a comer bayas para promover la salud del cerebro.
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Si bien investigaciones anteriores han encontrado numerosos beneficios para la salud asociados con las dietas vegetarianas o veganas, Guasch-Ferré explicó que los hallazgos del estudio sugieren que las personas en la mitad de su vida no necesitan ser completamente vegetarianas para evitar enfermedades.
“Podemos reducir nuestra consumo de alimentos de origen animal, pero aún así, algunas cantidades pueden ser saludables”, afirmó.
El estudio no aborda si una dieta saludable en la mitad de la vida puede revertir los efectos negativos de una dieta deficiente en la infancia o en la juventud, una pregunta que los investigadores esperan responder.
“Con respecto a muchos factores del estilo de vida, nuestro mantra suele ser que nunca es demasiado pronto y nunca es demasiado tarde”, afirmó Stephen Kritchevsky, profesor de Gerontología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake Forest, quien no participó en el estudio.
La dieta no es el único factor que afecta al envejecimiento, añadió, la actividad física, el estrés y la genética de una persona también pueden influir.
“Si la gente quiere envejecer de forma saludable, las cuatro cosas más importantes en mi opinión son: mantener un peso saludable, hacer ejercicio, comer bien […] y no fumar“, señaló Kritchevsky.
