A medida que se va acercando el día de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, una de las pocas cosas en la que los demócratas y los republicanos están de acuerdo es en continuar aplicando presión económica y estratégica sobre China.
Durante su presidencia, el actual candidato republicano, Donald Trump, inició una guerra comercial con China. La administración del presidente Joe Biden ha mantenido en gran medida una postura dura hacia Pekín, con políticas dirigidas a las exportaciones chinas y el acceso a tecnologías críticas.
Si ganara el 5 de noviembre, no está claro qué camino tomaría con respecto a China la candidata demócrata y vicepresidenta, Kamala Harris. Sin embargo, se espera en gran medida que se alinee con su predecesor, aunque con diferencias sutiles.
Dadas estas condiciones, algunos expertos piensan que China no tiene ninguna preferencia sobre quién ocupe la Casa Blanca a partir de enero de 2025.
Diao Daming, subdirector del Centro de Estudios Americanos de la Universidad Renmin, en Pekín, dice a DW que la actual trayectoria de competencia estratégica entre Estados Unidos y China probablemente continúe después de las elecciones.
El experto añade que, si “no hay un cambio” fundamental en la rivalidad entre Estados Unidos y China, gane quien gane en las elecciones, ninguna de los dos administraciones “traerá beneficios significativos a China”.
Continua contención de China por parte de EE. UU.
Durante la campaña electoral, tanto Trump como Harris han hecho hincapié en contener las ambiciones estratégicas de China en Asia y responder a su continua política de agresión hacia Taiwán.
En una entrevista reciente con el Wall Steet Journal, Trump dijo que impondría aranceles del 200 por ciento a los productos chinos, si China “entrara en Taiwán”.
El republicano añadió que, si volviera a ser presidente, China lo pensaría dos veces antes de bloquear a Taiwán, porque el presidente Xi Jinping “me respeta y sabe que estoy… loco”.
En el frente económico, Trump ha propuesto planes para imponer aranceles generales del 10 al 20 por ciento sobre prácticamente todas las importaciones, así como aranceles del 60 por ciento o más sobre los bienes procedentes de China. Afirma que estas medidas impulsarían la fabricación estadounidense. “Si realmente impone estos aranceles, China seguramente responderá en consecuencia”, subraya Diao.
Harris vs Trump en materia de aranceles
Política exterior de Harris, aún poco clara
Desde que Harris comenzó su campaña presidencial, después de que Biden abandonara la carrera, sus limitadas declaraciones sobre China han incluido promesas de garantizar que “Estados Unidos, no China, gane la competencia en el siglo XXI”.
Diao opina que es más difícil predecir las acciones de Harris hacia China si ella resultara electa como presidenta. “La forma en que manejará los asuntos exteriores no está clara para todo el mundo”, destaca.
También se espera que mantenga las políticas impuestas bajo la administración Biden, incluidos los aranceles a las importaciones chinas y el bloqueo del acceso de China a tecnología de semiconductores crítica.
En septiembre, Biden finalizó los aumentos arancelarios sobre ciertos productos fabricados en China. La tasa de los aranceles aumentó hasta el 100 por ciento para los vehículos eléctricos. La Unión Europea también ha aplicado aranceles, provocando el enfado de Pekín.
Al mismo tiempo, Biden ha buscado una comunicación más abierta con China. En 2023, recibió al presidente Xi en California en una cumbre.
La administración Biden también ha fortalecido sus alianzas regionales con Filipinas, Japón, Australia e India.
Pekín podría preferir el aislacionismo de Trump
Wu Qiang, comentarista político independiente chino y exprofesor de la Universidad Tsinghua de Pekín, destaca que China podría preferir a Trump antes que a Harris. “El regreso de Trump a la Casa Blanca sería una gran ventaja para China, ya que significaría que habría divisiones más profundas en la democracia estadounidense”, dice a DW.
“En medio del alejamiento de Europa y sus aliados globales, Estados Unidos volverá a una nueva forma de aislacionismo, que ya fue evidente durante el mandato anterior de Trump”, añade.
Sin embargo, Elizabeth Freund Larus, miembro no residente del Centro Global para China del grupo de expertos del Atlantic Council, sostiene que el panorama geopolítico se ha desestabilizado considerablemente desde la primera presidencia de Donald Trump y, por lo tanto, los funcionarios de política exterior de Trump lo presionarán para que se comprometa con los aliados de Estados Unidos. “No creo que Trump retroceda en el tiempo y deje de trabajar con estas alianzas que están tomando forma”, pronostica Larus.
¿Es Harris menos agresiva que Biden?
Desde los puntos de vista de la política exterior y la defensa, los líderes chinos podrían preferir una victoria de Kamala Harris, explica Larus, ya que es más probable que Harris “juegue el juego con China como lo han hecho sus predecesores, de modo distinto de Trump”.
Sobre la cuestión de Taiwán, también se considera que la vicepresidenta Harris es más reservada a la hora de expresar explícitamente apoyo militar a la isla que Biden, quien ha indicado varias veces que las fuerzas estadounidenses defenderían Taiwán si se produjera un “ataque sin precedentes”.
En comparación con Trump, subraya Larus, sería “más probable que Harris se comprometiera para que la relación entre Estados Unidos y China vuelva de alguna forma a tomar un camino”.
(cp/ms)