Carolina del Norte es uno de los estados clave o bisagra, término que hace referencia a aquellas jurisdicciones donde existe una gran paridad entre los candidatos presidenciales. De cara a las elecciones en Estados Unidos del próximo 5 de noviembre, las encuestas locales ya muestran una tendencia sobre el posible resultado estatal entre la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump.
Además de Carolina del Norte, el resto de las jurisdicciones que forman parte de este grupo de siete estados bisagra son Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin. Una victoria en las urnas del Viejo Estado del Norte resulta clave, dado que el ganador, aunque se imponga por la mínima diferencia, se llevará sus 16 electores.
Esto es importante debido al sistema electoral indirecto de Estados Unidos, donde los ciudadanos no votan directamente por los candidatos, sino por quiénes integrarán el Colegio Electoral. Como el candidato vencedor se queda con la totalidad de los electores de la jurisdicción —aunque gane por tan solo un voto—, los equipos de campaña de Harris y Trump miran con atención los números en estas entidades clave.
Harris y Trump se encuentran cabeza a cabeza en Carolina del Norte. Según el promedio de encuestas de FiveThirtyEight, entre ambos hay alrededor de un punto de diferencia, por lo que a menos de dos semanas de los comicios, el resultado está abierto. Mientras la demócrata cosecha una media de respaldo de 47,1%, el republicano reúne un 48,2%.
La gran mayoría de los sondeos anticipa una victoria ajustada de Trump en esta jurisdicción. La consultora Marist College prevé una ventaja de dos puntos porcentuales a favor del empresario, con un respaldo del 50% contra el 48% previsto para la abogada de 59 años. En ese caso, la firma anticipa un 1% de indecisos y otro 1% de personas que elegirá a otros candidatos.
Esa misma diferencia fue señalada en los informes de Emerson College —patrocinado por RealClearWorld— y de SoCal Strategies —impulsado por On Points Politics y la organización partidaria republicana Red Eagle Politics—, que proyectan para Trump y Harris un 50% vs. 48% y un 48% vs. 46% respectivamente.
Sin embargo, existen algunas encuestas que posicionan a la vicemandataria por encima del expresidente. Es el caso de SurveyUSA/High Point University Survey Research Center, que informó que el 47% de los consultados respondió que votará por Harris, mientras que el 46% elegirá a Trump, lo que representa una ventaja de un punto a favor de la demócrata.
En los últimos 50 años, solo dos demócratas lograron imponerse en Carolina del Norte: Jimmy Carter en 1976 y Barack Obama en 2008. Además, durante ese período, siempre que un demócrata triunfó en este estado, ganó también las elecciones a nivel nacional.
Aun así, en todo el resto de los comicios desde la década de 1990, los habitantes de esta jurisdicción optaron sistemáticamente por los aspirantes republicanos: en 1980 y 1984 ganó allí Ronald Reagan; en 1988 y 1992, lo hizo George H. W. Bush; en 1996, Bob Dole; en 2000 y 2004, George W. Bush hijo; en 2012, Mitt Romney; y en 2016 y 2020, Donald Trump.
En las elecciones presidenciales de Estados Unidos, los ciudadanos de cada estado votan por la fórmula y el partido de preferencia. Sin embargo, mientras que otros puestos públicos (como senadores y representantes) se pueden ganar con base en el voto popular, en el caso de la elección para presidente y vicepresidente, el Colegio Electoral es el que determina quién es el ganador de la contienda.
Cada jurisdicción tiene un número de electores definido por la cantidad de senadores y representantes que tiene en el Congreso de EE.UU. Así, en 48 estados y Washington DC, el espacio ganador consigue todos los votos electorales de ese estado, sin importar si se impuso por una mínima diferencia o por un amplio margen. Las excepciones son Maine y Nebraska, que tienen cada uno una variación de representación proporcional.
Por este motivo, los votantes deben elegir al Colegio Electoral, organismo que está conformado por un total de 538 electores. Para ganar la elección, se requiere tener una mayoría de más de 270 votos electorales. El conteo de votos se realiza en el Congreso el 6 de enero de 2025. Finalmente, el candidato que gane asumirá el cargo como presidente de EE.UU. el 20 de enero de ese año.