El día 9 de marzo, aproximádamente a las 20 hs, el menor de edad DMG de 15 años, por orden de Gustavo M. y Brenda P. – ya imputados en la causa – fue en Uber hasta Misiones al 2200 donde lo recibió Axel R. – ya imputado – quien pagó el traslado. Ya en el domicilio de Axel R., desde donde cumplía prisión domiciliaria, realizaron una videollamada que se efectuó desde el interior del Servicio Penitenciario Federal. En esa comunicación les dieron instrucciones de cómo cometer el homicidio.
El objetivo era matar a cualquier empleado de la estación de servicios ubicada en calle Mendoza y Rojas de Rosario. Joana G. se dirigió al domicilio en el que estaban Axel R. y el menor de edad y les llevó el arma de fuego a utilizar y una nota escrita a mano que los sicarios debían dejar en la escena del crimen. En este papel se amenazaba al gobernador, Maximiliano Pullaro y al ministro de Seguridad y Justicia, Pablo Cococcioni.
Minutos después otra persona – aún no identificada – se hizo presente en la casa y fue quien aportó el vehículo para el crimen. Del mismo modo se presentó otro hombre – que tampoco fue identificado aún – que sería quien condujo la moto y quien cargó los bidones de nafta en el rodado.
Cerca de las 23:30, este hombre y el menor de edad DMG fueron a cumplir el objetivo. Luego de dar varias vueltas frente a la estación de servicio, en el momento en el que la víctima, Bruno Nicolás Bussanich, ingresó en la cabida de cobranzas, el menor se acercó portando una pistola «Taurus» calibre 9mm, efectuó tres disparos y dejó la nota amenazante. Dos de ellos impactaron en el torso y en el cráneo de la víctima. Luego DMG salió corriendo y se subió al rodado en el que esperaban.
Ambos escaparon por calle White hasta Furlón, antes de llegar a la colectora de Autopista Rosario-Córdoba, detuvieron la marcha y el masculino apodado «Viejo» incendió la moto con los bidones de nafta. Tras cometer el crimen, fueron a la casa de Axel R. donde le devolvieron el arma a Joana G. y allegados a Axel R. prendieron fuego la ropa que DMG utilizó en el hecho.
Al día siguiente, por indicaciones de Macarena M. – ya imputada -, DMG fue a cobrar por el homicidio la suma de $400 mil. Al salir de allí, el menor se dirigió a la casa de Gustavo M. a quien le entregó toda la suma cobrada por una moto de su propiedad que había sido secuestrada en un procedimiento policial.
A Joana G. los fiscales le atribuyeron: los delitos de Homicidio doblemente calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y por precio o promesa remuneratoria, agravado por el uso de arma de fuego y por la participación de menores de edad, en concurso ideal con Intimidación pública agravada por el uso de arma de fuego y la participación de menores de edad; y coacciones agravadas por ser anónimas y con el propósito de obtener alguna medida o concesión por parte de los miembros del poder ejecutivo de la provincia de Santa Fe en carácter de coautora funcional y en grado consumado.
