El film “The quiet son”, de Muriel y Delphine Coulin, en concurso por el León de Oro en el Festival de Venecia, es un crescendo dramático sobre el papel de la paternidad, el desafío de ser padres hoy y los jóvenes convertidos en presas fáciles de las ideologías violentas.
Un padre viudo, dos hijos adolescentes, el primero que sueña con la Sorbona y es el mejor de la secundaria, el segundo que no terminó la escuela, piensa en deportes y lucha por encontrar su camino pero luego toma el equivocado, el de los grupos de extrema derecha, que comienzan con la animación ultra en el estadio y terminan golpeando al inmigrante por calle.
El film cuenta con grandes interpretaciones: Vincent Lindon y sus dos hijos interpretados por Benjamin Voisin y Stefan Crepon. Lindon, de 65 años, con muchos premios en su dilatada carrera, regresa a Venecia año tras año, uniendo su nombre a grandes películas de profundidad y sensibilidad y con “The Quiet Son”, que será estrenada en 2025 con I Wonder Pictures, la serie continúa.
“Como actor – dice en una entrevista con ANSA – creo que es interesante, obligatorio, que es realmente la base de toda realización cinematográfica que nos interroguemos sobre el mundo actual, también porque en este modo se deja un rastro, dentro de 30 años, quien vea esta película, verá lo que estaba pasando en ese país en particular, en esa fase política y económica. No estoy diciendo que solo hagamos películas serias, pero son los que me gustan”.
El argumento subyacente es atractivo: “Todos tenemos dioses niños y nos preguntamos cómo educarlos mejor y hacerles comprender la diferencia entre el bien y el mal sin influenciarlos, sin que se sientan atrapados por las opiniones de sus padres”, dijo Lindon.
“¿Cómo podemos educarlos? Haciendo, escuchándolos, comunicándose con ellos, comprendiéndolos, observándolos y amándolos. Y estas son cosas que faltan en el mundo, vivimos de las redes sociales, escuchamos a nuestros seguidores en lugar de escuchar a los niños. Por ejemplo, yo no tengo redes sociales, no las quiero, las considero un cáncer de nuestra sociedad actual, nos impiden encontrarnos, vernos a todos juntos y esto es algo serio. Y eso hace nuestra tarea como padres más difícil”, sostuvo Lindon tiene dos hijos, ¿lo ayudaron con esta película? “No traigo mi vida personal al set, definitivamente hay una parte inconsciente que traigo al set, pero no uso mi vida personal cuando trabajo, mi objetivo como actor es ponerme en los zapatos de alguien que no sea yo, si llevara mi vida personal no sería mi trabajo, así que lo dejo en casa”, afirmó.
¿Qué clase de padre cree que es? “Un desconocido cualquiera.
Hago lo que puedo, como puedo, de la mejor manera que puedo.
Ciertamente cometo muchos errores como todos nosotros, tal vez infligimos heridas a nuestros hijos, pero tratamos de hacerles el menor daño posible. No soy diferente de todos: amo a mis hijos, me sacrifico por ellos, en definitiva, nada original”.
Preparar un personaje, para Vincent Lindon, no es devanarse los sesos con un guion.
“Paso poco tiempo leyendo, soy poco culto, tomo muchos aperitivos, siempre estoy de viaje, observo a la gente, me fascina la gente y esa es mi pasión, soy casi un imitador porque luego los llevo a las películas”, admitió.
Lindon admite haber vivido una segunda juventud cinematográfica.
“Decidí trabajar según lo que me inspira, hago mejor lo que amo cada vez menos y tengo menos miedo de cometer errores, se trabaja mejor cuando hay menos desafíos, al menos para mí”, concluyó.
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