Desde la asunción de Donald Trump, su administración ha puesto en marcha una serie de medidas para cumplir con su promesa de campaña de deportaciones masivas. Estas políticas fortalecieron la capacidad del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), a quienes se les permite realizar operativos más amplios en todo Estados Unidos.
Las maniobras recientes se concentraron en ciudades como Illinois, Nueva York, Texas y California. Aunque las autoridades han insistido en que estas redadas están dirigidas a personas con antecedentes penales, las detenciones de migrantes sin estatus legal generaron preocupación en la comunidad latina y sobre todo en aquellos que solicitaron asilo tras escapar de régimen de países como Cuba.
Entre los grupos afectados se encuentran ciudadanos cubanos que, en muchos casos, ingresaron a EE.UU. en busca de refugio o mejores oportunidades.
Según datos recientes retomados por el periodista Mario Pentón en su canal de YouTube Gallardo Law Firm, el país norteamericano retomó las deportaciones de personas de origen cubano como parte de su política migratoria, algo que no ocurría de forma sistemática en años anteriores debido a las tensiones entre ambos países y a la falta de acuerdos efectivos de repatriación.
Asimismo, según el abogado de inmigración Ismael Labrador, cualquier cubano detenido por las autoridades migratorias estadounidenses y que tenga una orden de deportación activa puede ser enviado de vuelta a Cuba. Esto incluye a quienes ingresaron al país de manera irregular o permanecieron en él después de haber vencido su estatus migratorio.
Sin embargo, Labrador señaló que aquellos que ingresaron bajo el programa de parole humanitario aún cuentan con cierta protección, ya que este estatus les otorga una residencia temporal. Estos beneficiarios corren menos riesgo de ser deportados siempre y cuando cumplan con las condiciones del programa y no acumulen faltas migratorias.
Según el abogado, quienes hayan viajado repetidamente a la isla después de obtener un estatus de protección en EE.UU. podrían ser considerados en violación de las condiciones de su estatus, lo que aumenta el riesgo de ser retornados a su país de origen.
Además, el fin de programas como el parole humanitario, ordenado recientemente por Trump, afecta directamente a quienes buscan ingresar al país norteamericano de manera legal. Este programa, implementado por la administración anterior, permitió la entrada temporal de migrantes provenientes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
El presidente Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas relacionadas con la migración desde sus primeras horas de mandato. Una de estas medidas instruyó a las agencias federales a incrementar significativamente su capacidad de detención.
Para ello, ICE se prepara para abrir nuevas instalaciones con capacidad para albergar a miles de personas, que incluyen cuatro grandes centros con espacio para 10.000 detenidos y 14 sitios más pequeños con capacidad para entre 700 y 1000 personas cada uno, informó The Washington Post.
Además, la Patrulla Fronteriza ha recibido órdenes de detener a cualquier migrante no mexicano para procesarlo y deportarlo directamente a su país de origen, en lugar de devolverlo a México. Esto incluye a ciudadanos cubanos, quienes serán retenidos en centros de detención hasta que se complete el proceso de deportación.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, criticó duramente las deportaciones masivas y las calificó como una estrategia para presionar políticamente a los países de América Latina. “Políticos cínicos de EE.UU. que lucran con la política ‘anticubana’, mienten sin pudor al justificar acciones coercitivas contra el bienestar de nuestro pueblo. Cuba desprecia su lacayismo y el mundo condena los desatinos del actual emperador”, expresó a través de X.
El mandatario también señaló que las sanciones económicas impuestas por Trump han contribuido al incremento del flujo migratorio desde Cuba hacia EE.UU., lo que agrava la crisis humanitaria en la isla.
Por su parte, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, calificó la campaña de deportaciones como “violenta e indiscriminada” y afirmó que representa una violación a los derechos humanos. Rodríguez reiteró el apoyo de Cuba a iniciativas regionales para enfrentar las medidas impulsadas por Washington.
Según estadísticas publicadas por ICE hasta la fecha del 27 de enero de 2025, un total de 1179 inmigrantes fueron arrestados luego de las redadas realizadas en los primeros días de las nuevas medidas. Además, 853 permanecen en centros de detención a la espera de la resolución de sus casos. La anterior es una cifra que se actualiza diariamente, y para conocer los últimos registros es necesario ingresar a la web oficial del servicio.